Ciencia y Tecnología

Estudian estrategias sustentables para el cultivo de caña de azúcar

La industria cañera enfrenta diversos retos como lo son factores de naturaleza biótica y abiótica que son agravados por el cambio climático global.

Además entre las enfermedades que afectan a este cultivo se encuentran las ocasionadas por el hongo del género Fusarium, el cual ha sido reportado como agente causal de enfermedades en aproximadamente el 80 por ciento de las plantas cultivadas y provoca la reducción del contenido de sacarosa en caña de azúcar en porcentajes de 40.8 a 64.5 por ciento.

El manejo de diversas enfermedades de origen fungoso en caña de azúcar, se realiza de manera convencional con benzimidazoles como carbendazim y benomilo. Lamentablemente, el uso indiscriminado de estos productos ha inducido mecanismos de resistencia microbiana, que, aunado con los efectos del cambio climático global, estimulan la proliferación de estas patologías y hacen más difícil su control, aseguran investigadores del Campus Córdoba del Colegio de Postgraduados quienes realizan estudios en la caña de azúcar.

La búsqueda de nuevas alternativas que complementen el control cultural y uso de variedades resistentes, forma parte de las prioridades de investigación en el manejo sustentable la caña de azúcar. Un primer método es la selección varietal por su capacidad de resistencia y tolerancia a factores de estrés biótico y abiótico.

Desde el punto de vista del biocontrol, productos como el fosfito que inducen mecanismos de resistencia a plagas y enfermedades también ha cobrado importancia, y pueden actuar directamente en el control de hongos y oomicetos fitopatógenos. Así mismo, también se ha impulsado el uso de microorganismos antagonistas. El género Trichoderma incluye un grupo de especies comúnmente utilizadas en el biocontrol de patógenos del suelo.

Con base a lo anterior, el grupo de trabajo integrado por Fernando C. Gómez Merino, Jericó Jabín Bello, Josafhat Salinas Ruíz y Juan Valente Hidalgo Contreras, del Colpos, y Gabriela Hernández Ramírez del Instituto Tecnológico Superior de Tierra Blanca, ha venido realizando estudios sobre procesos de bioestimulación y biocontrol detonados por sales de fosfito y organismos benéficos, como Trichoderma sp., en el control de Fusarium sp. en caña de azúcar. Este grupo busca impulsar tecnologías que permitan la producción sustentable de cultivos de importancia comercial, como es el caso de la caña de azúcar.

En un primer trabajo recientemente concluido en la Maestría en Ciencias en Innovación Agroalimentaria Sustentable de Rocio Solis Palacios, se estudió cómo dosis bajas de fosfito en combinación con aislados nativos de Trichoderma actúan de manera sinérgica en el control de hongos fitopatógenos de caña de azúcar, y en el crecimiento y rendimiento de las plantas al ser usados como bioestimulantes.

Con estos trabajos se ha comprobado la eficiencia de cepas nativas de Trichoderma sp. como antagonistas eficaces y compatibles, con dosis bajas de fosfito, en el control de Fusarium sp. Asimismo, se validó cómo la combinación de estos agentes mejora características morfológicas y fisiológicas de la caña de azúcar, como el aumento del número de brotes, volumen de raíz e índice de clorofila.

La caña de azúcar (Saccharum spp.) es un cultivo con gran importancia agroindustrial en más de 130 países y territorios alrededor de las regiones tropicales y subtropicales del mundo, y es la principal fuente de azúcar comercial.

México es el sexto productor mundial de este cultivo, y en el país la actividad cañera se desarrolla en 227 municipios de 15 entidades federativas, siendo Veracruz el estado con la mayor producción de azúcar a escala nacional. La actividad azucarera impacta económicamente a cerca de un millón de personas de manera directa y a más de 2.2 millones de manera indirecta.

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