Ante brote de lepra, vital frenar su transmisión
Ante los recientes brotes de lepra registrados en diversas entidades del país, la científica del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Iris Estrada García, subrayó que, no obstante que este padecimiento es totalmente tratable mediante la combinación de antibióticos, es de vital importancia diagnosticar a los pacientes que presenten síntomas para cortar la cadena de transmisión de la enfermedad.
La especialista en inmunología de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB), Iris Estrada García, aseveró que tras los brotes de esta enfermedad no se debe generar alarma entre la población, ya que la afección causada por la bacteria Mycobacterium leprae, es totalmente tratable. Sin embargo, alertó que esta bacteria es capaz de afectar los nervios periféricos, lo cual implica el desarrollo de discapacidad, si no se trata a tiempo.
Explicó que la lepra, caracterizada por lesiones en la piel y afección de los nervios periféricos, no se considera un problema de salud pública, toda vez que, de acuerdo con la Secretaría de Salud, es una enfermedad de baja incidencia epidemiológica, cuyas cifras se han reducido drásticamente desde 1990. “Anualmente, se registran en México 160 casos nuevos de lepra en promedio y una prevalencia de 300 casos”.
Estrada García, adscrita al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel III, destacó que para cortar la cadena de transmisión es importante diagnosticar a los pacientes, por ello deben acudir a los centros de salud ante los primeros síntomas: Lesiones en la piel, úlceras y falta de sensibilidad al calor. “La principal forma de transmisión es de persona a persona, a través de las gotas que desprende un paciente al hablar o estornudar”.
La científica del IPN, quien como parte de sus contribuciones a la ciencia identificó un antígeno candidato al diagnóstico temprano de la lepra (obtenido a partir de una micobacteria no patógena y cultivable: Mycobacterium habana), indicó: De todas las enfermedades infecciosas que se conocen, la lepra es la menos contagiosa. “Una persona sana tendría que pasar muchas horas en contacto con el enfermo de lepra para desarrollar la afección, además de tener algún factor genético de susceptibilidad. Por ello, quienes tienen mayor riesgo de contagiarse son los familiares que conviven directamente con los pacientes”, concluyó.