Genera decreto sobre glifosato y maíz transgénico posiciones encontradas de ambientalistas e industria
Mientras que organizaciones ambientalistas celebraron el decreto presidencial “que marca la prohibición del maíz transgénico” y la eliminación progresiva del glifosato hacia 2024, la industria de agroquímicos lo consideró un “grave retroceso para el campo nacional y una traición para los agricultores mexicanos por parte de funcionarios federales”.
El decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciembre del 2020 pasado, reavivó las reacciones en pro y en contra del uso del glifosato y los transgénicos en México.
La organización ambientalista Greenpeace México expuso, en un comunicado, que “tanto los transgénicos como el herbicida glifosato tienen graves repercusiones para las y los agricultores y los pueblos indígenas de México. También se pone en riesgo la diversidad de variedades agrícolas conservadas en los campos que resultan fundamentales para la producción de alimentos en nuestro país. Lo cual nos aleja cada vez más de gozar de soberanía y autosuficiencia alimentaria”.
En tanto, el director ejecutivo de Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología (PROCCYT), Cristian García de Paz, consideró que con la publicación de dicho decreto las siembras de los agricultores “están en grave riesgo de perderse” y además de generar pérdidas económicas, “pone al país al borde de una crisis alimentaria porque la producción de maíz, cítricos, tomate, café, chile y frijol, entre otros, podría caer hasta 40 por ciento”.
En un comunicado, el representante de la industria de agroquímicos, “hizo un llamado al presidente Andrés Manuel López Obrador para revertir los efectos negativos que conlleva dicho decreto, y a no permitir que en su gobierno se realicen actos que atentan contra el sustento, la vida y el trabajo de miles de agricultores, y contra el derecho a la alimentación suficiente y de calidad de los más de 127 millones de mexicanos”.
El presidente de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos, (UMFFAAC), Luis Eduardo González Cepeda, dijo que la eliminación del glifosato producirá un aumento en los costos de producción hasta en un 300 por ciento por hectárea…”
La prohibición del glifosato –subrayó– podría incrementar hasta en 25 veces los costos en el control de la maleza. Deshierbar una hectárea con glifosato costaba típicamente alrededor de 160 pesos y hacerlo de forma manual costaría alrededor de 4 mil pesos para la misma extensión de terreno”.
Decreto salda deuda histórica con la diversidad genética
Al referirse a decreto, Greenpeace señaló que “el tiempo de saldar la deuda histórica con la diversidad genética en México llegó y celebramos la prohibición del maíz transgénico y la prohibición progresiva del glifosato para 2024, pues son pasos importantes para avanzar hacia una producción ecológica que preserve la biodiversidad y la agrobiodiversidad forjada en manos campesinas desde hace milenios, dándonos la oportunidad de gozar de un medio ambiente sano y un sistema agroalimentario verde y justo”.
Recordó que junto con diversas organizaciones campesinas, de consumidores, académicos, investigadores, artistas e intelectuales hemos denunciado que los transgénicos y su paquete tecnológico ocasionan daños a la salud humana y medioambiental. Tal como las y los científicos lo han comprobado en diversas investigaciones.
Greenpeace recordó que México es considerado el centro de origen, de domesticación y de diversificación de 59 razas de maíz y de otros cultivos, entre ellos, el chile, el frijol, la calabaza, la vainilla, el algodón, el aguacate, cacao y el amaranto.
Mencionó “que en agricultura, el verdadero progreso son las técnicas agrícolas sostenibles, la agricultura ecológica, la protección de la agrobiodiversidad, conservación a la fertilidad del suelo, el desarrollo de modelos locales, basados en las variedades tradicionales y los agroecosistemas”.
Habrá pérdida de competitividad
Por parte de la industria de agroquímicos, Cristian García de Paz expresó que la prohibición del herbicida, impulsada por funcionarios federales de la Semarnat, el CONACYT y la Conamer, “condena” a nuestros productores a la pérdida de competitividad frente a los agricultores de naciones donde sí se utiliza glifosato, como Estados Unidos.
Aseveró que no fue casualidad que la publicación del citado decreto se haya realizado en pleno 31 de diciembre por la tarde, a escasas horas de concluir el 2020: “Fue un albazo dogmático-político, una alevosía que nos hace recordar los peores tiempos de nuestra historia; aquellos en que prevalecía la sinrazón, la cerrazón y el desprecio por el diálogo”. Además, “el documento también está plagado de errores y falsas premisas…”
Consideró que los opositores al glifosato han montado una estrategia de mitos y mentiras para hacerle creer a la población que el herbicida causa enfermedades y daños ambientales.
Luis Eduardo González dijo también que “otra situación que llama la atención del decreto es que en el portal de consulta registramos 446 comentarios y posiciones a favor del uso del glifosato contra 77 observaciones o comentarios en contra. Es decir, ni siquiera este indicador fue tomado en cuenta por las autoridades para tomarse el tiempo de realizar, al menos, una serie de consultas o foros que tomaran en cuenta el parecer de los productores agrícolas y se evaluara con seriedad los costos, implicaciones y alternativas viables al uso de un producto clave para la productividad de alimentos como el glifosato”.
El presidente de la UMFFAAC concluyó que “es necesario que la política pública del país responda a las necesidades reales del país, no a las necesidades ideológicas de funcionarios que simplemente no entienden o no les parecen relevantes las decisiones que toman en materia agropecuaria” e hizo un llamado a reconsiderar la decisión de un decreto que tendrá consecuencias muy negativas para el campo y para la economía del país.