Frutas y hortalizas traen beneficios nutricionales y económicos
Las frutas y las hortalizas jugarán un papel clave en la transformación de los sistemas agroalimentarios por sus grandes aportes y beneficios para la salud de las personas, para el logro de las dietas balanceadas que demandan cada vez más los consumidores y por su contribución al desarrollo socioeconómico y rural de los países en las Américas.
Así lo plantearon expertos internacionales y líderes de la agroindustria convocados por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en una mesa redonda que buscó difundir conocimientos actuales sobre el rol del sector fruticultor y horticultor en los sistemas agroalimentarios sostenibles.
En el diálogo moderado por el director general del IICA, Manuel Otero, se analizaron las contribuciones de los productores de frutas y hortalizas de las Américas a las exportaciones mundiales y a la seguridad alimentaria y nutricional global, en particular en la promoción de dietas balanceadas, así como el camino que se debe recorrer para reconectar a los consumidores modernos con los agricultores.
También se hizo un llamado a reconocer la relevancia del sector agrícola a todo nivel, algo que ya puso en evidencia la pandemia de Covid-19.
“Los consumidores hoy buscan productos con prácticas agrícolas sostenibles, con mayor conciencia de lo que están consumido y se demandarán cada vez más productos frescos como frutas y hortalizas. Nuestro continente reúne por experiencia y climas todas las características para esas demandas”, indicó Cristián Allendes, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) de Chile.
En ese contexto, el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura de Chile resaltó además el potencial productor y agroexportador del continente americano. “Por ejemplo, exportamos el 52% de las naranjas, el 37% de las piñas, el 29% de las manzanas, el 58% de la uva de mesa, el 32% de las peras, el 62% de las cerezas y el 60% de las bananas del mundo”, agregó.
Durante el encuentro los especialistas hicieron énfasis en que también es crucial que los sectores frutícola y hortícola continúen avanzando hacia una producción más sostenible, haciendo un uso más eficiente de los recursos naturales, aprovechando prácticas basadas en la ciencia y la adopción de nuevas tecnologías, garantizando trazabilidad e inocuidad de los productos para la seguridad del consumidor.
“Debemos reforzar y hacer una producción sostenible de corto y largo plazo. Esto no lo podemos hacer sin el apoyo y coordinación con los gobiernos. Hoy, ante la situación que nos ha puesto la pandemia, hemos visto es un cambio, un incremento en la conciencia y la educación del consumidor hacia una vida y consumo saludable, está tendiendo hacia una dieta más balanceada, se preocupada por el origen de sus alimentos, de dónde vienen y cómo son producidos”, mencionó el gerente general de Driscoll’s en México, Miguel Curiel.
“El banano en Costa Rica es el primer rubro de exportación agrícola del país, es la generación de empleo en zonas más marginales, 140 mil empleos directos e indirectos, y es fuente de fibra, serotoninas, potasio, magnesio y lecitina. En 2019 América Latina y el Caribe fue responsable del 19% de todas las frutas que se produjeron alrededor el mundo. Con esta participación tiene mucho por contribuir a la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, a la reducción del hambre, la pobreza, el cambio climático, con técnicas de producción más sostenibles y una agricultura moderna y responsable con el medio ambiente”, aseguró el gerente general de Corporación Bananera Nacional (CORBANA), Jorge Sauma.
El director general del IICA, en tanto, mencionó en las conclusiones del evento que es la hora de estar “unidos y defender una agricultura que tiene un futuro enorme para nuestros países como generadora de empleos y divisas para las exportaciones”.
“Necesitamos hacer un renacimiento de la agricultura, son tiempos de desafíos, de búsqueda de consensos, de demostrarle al mundo que tenemos una agricultura que con todas sus fallas y con todas sus imperfecciones está de pie y dispuesta a cumplir lo que toda la humanidad espera de este continente en cuanto a la producción de alimentos. Sin nosotros no hay ecuación que cierre para la seguridad alimentaria y nutricional”, concluyó Manuel Otero.