En Veracruz, Grace generó pérdidas totales a productores de maíz, plátano y de 10% a 75% en cítricos
El campo veracruzano fue fuertemente azotado por el huracán Grace. Habitantes, productores y expertos en cultivos de diferentes municipios señalan que las perdidas en milpas, maizales y platanares fueron totales, y en cítricos hay afectaciones considerables.
En el cultivo de toronja las agroindustrias jugueras estiman afectaciones del 50%, pero estás pueden alcanzar hasta 75%, por el peso de los frutos, ya que estaba a punto de iniciar la cosecha, y éstos fueron desprendidos de los árboles por la fuerza de los vientos y las lluvias torrenciales.
En naranja, las jugueras estiman entre 10% y 15% de pérdida general, pero en lugares específicos hubo daños del 50 al 100%, debido a la creciente de ríos, informó el doctor Manuel Ángel Gómez Cruz, productor y experto en cítricos.
Habitante y conocedor a fondo de la región, expresa: “no hay una familia que mencione que no tuvo daños, al menos a 50 kilómetros de ancho entre Tecolutla y Cazones, desde el mar hasta la Sierra Madre Oriental no hay un platanar en pie, no hay una milpa levantada, todas están pegadas al suelo. Tengo un árbol de carambola y dos de aguacates cercanos a casa, ninguno de ellos quedó con una fruta que estaba ya para cosechar, lo mismo sucedió con varias matas de papaya”.
Los municipios productores de naranja más afectados se ubican en el norte de Veracruz, donde están, por ejemplo, Martínez de la Torre, Misantla, Papantla, San Rafael, Tecolutla, Tihuatlán, Tuxpan , Gutiérrez Zamora, Chicontepec, Cazones de Herrera, Ixhuatlán de Madero; el menos afectado fue Álamo.
En viviendas de láminas las afectaciones también fueron muy importantes, lo que hizo la gente fue conseguir clavos recoger sus láminas todas maltrechas y volver a colocarlas haciéndole ligeras composturas. La mayor parte de los comerciantes y, en menor medida, centros comerciales, subieron los precios de carretillas, láminas, palas picos, clavos y las tortillas se fueron a las nubes, ya que un kilo de cuesta 30 pesos; una carretilla común, 1,500 pesos; un kilo de clavos, 50 pesos y una recarga de celular, 30 pesos, solo por conectarse unos minutos.
Los daños –subraya Gómez Cruz– se incrementan porque
llevamos varios días sin energía eléctrica ni agua, y la comida de los refrigeradores se perdió, en gran parte”.
“La gente –relata– primero estaba sorprendida y espantada, se sintió desesperada; luego inició la reconstrucción, todo mundo limpiaba caminos, reparaba viviendas, realizó la compostura de vehículos y la recolección de elotes de muchas milpas…”