Bioestimulantes a base de algas marinas reduce aplicación de fertilizantes minerales
Mexicali, BC.- El empleo de bioestimulantes elaborados a base de algas marinas reduce sensiblemente la aplicación de fertilizantes de origen mineral en la agricultura y, en consecuencia, la carga de nitrógeno y fósforo que se filtra hacia los mares.
Esto es parte de lo que demostrará el proyecto Nutrialgae que, además, busca comprobar que dichos insumos son capaces de aumentar la productividad de las cosechas agrícolas entre 6 % y 15%, según el tipo de cultivo.
Esta iniciativa la encabeza el Grupo Ficosterra, seleccionada, entre más de 600 empresas e instituciones, por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP, por sus siglas en inglés) para participar en el programa Ocean Innovation Challenge (OIC), una herramienta diseñada por el organismo internacional para acelerar el progreso del cumplimiento del Objetivo 14 de Desarrollo Sostenible (ODS), cuya misión es conservar y utilizar sosteniblemente océanos, mares y recursos marinos.
“Lo que haremos es tomar los principios activos del mar y devolvérselos; el apoyo a este proyecto supone un respaldo muy importante de Naciones Unidas a nuestra filosofía, que básicamente
busca demostrar que un cambio de la fertilización convencional a la ecológica y orgánica es posible”, destaca Luis Lombana, director de Grupo Ficosterra, firma de biotecnología marina dedicada al desarrollo de insumos agrícolas con base en algas.
El proyecto se realizará de forma simultánea en Marruecos y México. En éste último, Ficosterra América trabajará en coordinación con el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior (CICESE) en Ensenada –que pertenece al sistema de centros públicos de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)–, y la empresa bajacaliforniana GN Productores Agrícolas; en el país del norte de África, se abordará en colaboración con centros de investigación de la Universidad Hassan II de Marruecos.
Los ensayos se han iniciado ya en Mexicali, Baja California, y están dirigidos por un equipo multidisciplinario de ingenieros agrónomos y biólogos de las empresas e institución mencionadas.
En un comunicado, la empresa detalló que el proyecto tiene el objetivo de demostrar que el uso de los bioestimulantes ficosagro® (complejo microbiano con extractos de algas) y cystium-k® (extracto puro del alga Macrocystis Pyrifera), reduce sensiblemente el uso de fertilizantes de origen mineral y en consecuencia la carga de lixiviados –nitrógeno y fósforo– que se filtra hacia los mares.
La firma pretende acercar estos ensayos a un escenario real, en el que el agricultor desarrolla su trabajo día a día y que pretenden definir la nueva agricultura del siglo XXI. Por esta razón, los ensayos con cultivos de brócoli se realizan en laboratorio y a campo abierto, tal como lo haría un agricultor.
Para la ejecución del proyecto, la compañía ha recibido el apoyo de UNDP-OIC y el financiamiento de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo y de la Agencia Noruega de Cooperación al Desarrollo, lo que permite abordar el reto de reducir la aplicación de fertilizantes convencionales sin afectar la productividad y el medio ambiente, además de devolver al mar lo que sale de este, “un valor ponderado hoy por la economía circular”, apunta Luis Lombana.