Estudian uso de malezas para control de plagas en cultivo de jitomate
En México se pierden entre 30 y 70 por ciento de las cosechas de jitomate debido a las plagas, pero hay casos en los que puede ser del 100 por ciento. “Cuando cierto tipo de hongos infectan los cultivos, la pérdida puede ser total. Por ejemplo, hay un oomiceto (Phytophthora spp.) que es muy difícil de controlar” aseguró la investigadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Mariana Miranda Arámbula.
Por ello, la científica del IPN realiza estudios con plantas arvenses (maleza) con potencial actividad bactericida, fungicida y fitotóxica, las cuales podrían emplearse en sustitución de plaguicidas sintéticos para proteger cultivos de dicho fruto y mejorar su calidad.
La maestra en Biotecnología adscrita al Centro de Investigación en Biotecnología Aplicada (CIBA) Tlaxcala, mencionó que en bioensayos dirigidos in vitro han observado que los metabolitos secundarios obtenidos de las plantas Lepidium spp., Baccharis spp. y Argemone spp., entre otras arvenses de la región de Tlaxcala, inhiben microorganismos, como hongos y oomicetos, los cuales merman la producción del jitomate; por ello, más adelante éstos podrían representar una alternativa para impulsar mayores rendimientos y calidad del fruto.
La investigadora politécnica -quien ha centrado sus estudios en esta línea de investigación a lo largo de una década- precisó que aun cuando los metabolitos ya han probado su efectividad in vitro, es muy importante analizar a profundidad su actividad biológica, con el propósito de garantizar que inhiban a los microorganismos patógenos, pero que no dañen a los que se encuentran en los suelos y son benéficos para los cultivos, ni afecten a los insectos polinizadores.
Miranda Arámbula informó que el proyecto se lleva a cabo en colaboración con los doctores Ana Luisa Anaya Lang y Ricardo Reyes Chilpa, especialistas del departamento del Instituto de Ecología y del Instituto de Química, ambos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Asimismo, ha contado con el apoyo de productores de algunas regiones de Tlaxcala, quienes han compartido su experiencia y algunas técnicas naturales que aplican para mantener sanos los cultivos, lo cual ha enriquecido la investigación, mediante la que se pretende generar un producto natural que coadyuve a combatir los microorganismos patógenos y, de esa forma, otorgar al jitomate características de alimento orgánico y darle valor agregado.