Investigadoras estudian problemáticas del vital líquido
El cambio climático es un factor determinante en los problemas del agua, tanto en cantidad como en calidad, por lo que es preciso identificar qué puede ocurrir en las variaciones a nivel de cuenca y con esto detectar aquellas zonas que se encuentran en mayor riesgo en la disponibilidad del líquido para dar prioridad de atención, señaló la doctora Fabiola Sosa Rodríguez.
La jefa del Área de Crecimiento y Medio Ambiente de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ha desarrollado una línea de investigación para estudiar los impactos del cambio climático en el recurso, a partir del uso de distintos modelos climáticos como temperatura, precipitación o evapotranspiración.
Al participar en el Conversatorio Científicas y luchadoras sociales frente al bien común: el agua, la profesora sostuvo que ha trabajado de cerca con los Consejos de Cuenca, que son los espacios de gobernanza donde se toman las decisiones, para que se atiendan los problemas de escasez que afectan a los sectores agrícola, ganadero, acuícola, industrial, de servicios y comercios, entre otros.
La directora del Centro para la Sustentabilidad Incalli Ixcahuicopa CENTLI, Rebeca López Reyes, sostuvo que la Cuenca de México es endorréica por lo que necesita grandes cantidades de energía para desalojar el líquido, por lo que con sus indagaciones buscan lograr un equilibrio entre la disponibilidad, la necesidad y las mejores formas de aprovecharla.
Sobre el proyecto en el lago Tláhuac-Xico como un cuerpo de agua que puede contribuir a revertir el modelo que ha provocado la crisis hídrica en la Ciudad de México apuntó que pretenden involucrar a la gente de una forma participativa, consciente e informada mediante grupos técnicos especializados que la asesoran para que conozca y entienda los procesos, y pueda conformarse una contraloría ciudadana.
“El proceso de trabajo con las comunidades ha sido siempre un intercambio de saberes entre los conocimientos empíricos, locales y tradicionales y la ciencia para formular propuestas eficientes para el manejo del agua”, subrayó.
La doctora Eloísa Domínguez Mariani explicó que su investigación está enfocada en los humedales naturales del centro del país y los procesos que tienen que ver con el agua subterránea y su composición química, así como la contaminación, enfocado a la conservación por parte de las comunidades.
La profesora del Departamento de Recursos de la Tierra de la Unidad Lerma mencionó que ha estudiado la evolución del agua subterránea en diversos ambientes y que el análisis de humedales naturales requiere de una colaboración interdisciplinar, pues se cruzan varias áreas de conocimiento.
La maestra María Guadalupe Figueroa Torres, académica del Departamento de El Hombre y su Ambiente de la Unidad Xochimilco, relató que lleva muchos años estudiando la calidad del bien como parte del entorno que permite el desarrollo de fitoplancton, sobre todo en entornos contaminados que generan microalgas, muchas de ellas tóxicas y cancerígenas.
Su trabajo se ha centrado en los cuerpos de agua de Xochimilco, donde ha analizado especies endémicas que son depuradoras de la calidad del líquido, el cual presenta altos grados de contaminación por agroquímicos y desechos fecales, pues al ser un área natural protegida no hay drenaje, pero se rodea de construcciones que acaban en el recurso.
Por ello se ha abocado al estudio de los drenajes, las plantas de tratamiento de aguas residuales, el curso del líquido, los manantiales, la reforestación de los bosques y el manejo integral de cuencas como sistema.
Es decir, ha aplicado una mirada holística de la problemática del agua que la ha llevado a trabajar de manera transdisciplinar, por lo que considera fundamental involucrar a todos los actores sociales, desde la academia y el gobierno, hasta las comunidades y sus autoridades.
La doctora Delia Montero Contreras, profesora del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa, trabaja los temas del agua desde las perspectivas económica, política, social y cultural a partir de la gobernanza y las instituciones para conocer los flujos de información y la toma de decisiones.
La investigadora también ha indagado sobre las empresas trasnacionales del agua, sobre lo cual indicó que 90 por ciento de la población en México toma el producto embotellado, ya sea de grandes corporaciones o de purificadoras; estas últimas están muy poco reguladas por lo que se corre el riesgo de consumir un recurso de poca calidad.
A partir de la pandemia por Covid-19, dijo, se vio un mayor contagio en las zonas de la Ciudad de México donde más escasea el agua, como en Iztapalapa, donde el consumo del producto embotellado se triplicó.