Identifican molécula que podría ser útil en el tratamiento de la obesidad
En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018, el 75.2 por ciento de personas mayores de 20 años tienen obesidad o sobrepeso.
Ante esta problemática, Ariana Vargas Castillo, graduada del Doctorado en Neurofarmacología y Terapéutica Experimental del Cinvestav Sede Sur, realizó un estudio a fin de identificar in vitro e in vivo si la angiotensina-(1-7), un péptido con efecto vasodilatador, antiinflamatorio y antioxidante, entre otros, induce la generación de calor y el gasto de energía (termogénesis) en el tejido adiposo blanco o grasa blanca, proceso conocido como “browning” o “beiging”.
A las células grasas que experimentan este fenómeno se les llama adipocitos beige, se encuentran presentes en varios sitios del organismo y en años recientes se ha demostrado que ante diversos estímulos, como el frío o el ejercicio, activan la termogénesis, lo que contribuye a prevenir la obesidad y mejorar la tolerancia a la glucosa.
Cabe destacar que en los pacientes con obesidad el cambio de los adipocitos blancos a beige se ve afectado, aunque no se ha establecido el mecanismo por el cual sucede, explicó Ariana Vargas, quien realizó su trabajo de doctorado bajo la asesoría de Armando Tovar, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, y Enrique Hong, adscrito al Departamento de Farmacobiología del Cinvestav Sede Sur.
Así, entender cómo se activa la termogénesis podría ser útil en la identificación de nuevos blancos terapéuticos y el desarrollo de fármacos específicos para el control de la obesidad. En especial porque los actuales se basan en reducir el apetito o inhibir la absorción de lípidos y ningún tratamiento avalado por un organismo internacional está dirigido a la activación del tejido adiposo termogénico.
De acuerdo con los principales resultados de la investigación, publicada en la revista Metabolism Clinical and Experimental, la angiotensina-(1-7) contribuye a aumentar la termogénesis en el tejido adiposo blanco cuando se une al receptor Mas.
Las pruebas experimentales se hicieron con distintos modelos animales, incluido uno de obesidad, y también con cultivos de adipocitos. En los casos en los que el receptor Mas estaba ausente, la administración de angiotensina-(1-7), por diferentes vías y durante distintos periodos, no generó tejido adiposo beige o termogénico y hubo más ganancia de peso corporal y grasa.
Mientras que los efectos benéficos de la angiotensina-(1-7), como aumento de marcadores moleculares relacionados con la termogénesis, mejor tolerancia a la glucosa, pérdida de peso y grasa, fueron reportados cuando el receptor Mas estaba presente y también en el modelo animal de obesidad; esto aun cuando la capacidad termogénica del tejido adiposo se reduce en dicha condición.
La parte final del estudio consistió en medir los niveles de angiotensina-(1-7) circulante en personas con distintos índices de masa corporal (normal, sobrepeso, obesidad) y diferentes edades (20-40 y 40-60 años). Los datos indicaron que a mayor cantidad de grasa en el cuerpo menor es la concentración de angiotensina-(1-7) y que con la edad también sucede lo mismo.
Ariana Vargas, quien actualmente realiza una estancia posdoctoral en el Dana-Farber Cancer Institute y en la Harvard Medical School, señaló que la angiotensina-(1-7) podría ser útil en el desarrollo de tratamientos contra la obesidad, pero antes es necesario comprobar en ensayos clínicos su potencial termogénico y entender por qué este proceso se ve afectado durante esta enfermedad metabólica.
La investigadora dijo que espera que los resultados sirvan para impulsar la investigación del tejido adiposo blanco, que en condiciones normales almacena energía y libera hormonas, pero en el contexto de la obesidad se vuelve disfuncional y secreta moléculas con impacto negativo en diversos órganos, lo que contribuye a desencadenar padecimientos crónicos como diabetes e hipertensión.