Edificación irregular, antros y foros de conciertos masivos amenazan zona agrícola del Valle de Guadalupe
En el Valle de Guadalupe, Baja California, construcciones irregulares, que crecen en forma exponencial y acelerada, antros, centros nocturnos, fraccionamientos y foros donde se efectúan conciertos masivos, así como la lotificación y venta de tierra ilegal, con la complicidad de las autoridades, están destruyendo la vocación agrícola de esta región, que representa 75% de la producción nacional de vino y genera 4,500 empleos directos y 10 mil indirectos.
La industria del vino de esta zona, además, contribuye con 1% del PIB agrícola y la derrama económica generada por el enoturismo en la entidad asciende a 3 mil 600 millones de pesos y una recaudación de impuestos de 165 millones de pesos.
Así lo plantearon vitivinicultores, enólogos, chefs y habitantes del lugar, integrados en Rescatemos El Valle, quienes advirtieron que la pérdida del Valle de Guadalupe implicaría graves consecuencias económicas, ambientales y culturales y, remarcaron, de no revertirse la tendencia actual esta área agrícola corre el riesgo de desaparecer en 2037.
“El Valle está en riesgo porque en los últimos cinco años ha habido una depredación impune. Muchos oportunistas han utilizado la corrupción y la falta de Estado de Derecho para vulnerar la esencia de esta región”, subrayaron productores, expertos y representantes de esta industria, entre ellos la vitivinicultora Natalia Badán; el presidente del Consejo Estatal de Productores de Vid de B.C., Fernando Pérez Castro; la académica Ileana Espejel; el presidente de Provino, Mauricio Cantú; el chef Jair Téllez; Claudia Turrent de Por un Valle de Verdad; y Santiago Cosío y Keiko Nishikawa, director General y directora de Relaciones Públicas de Bodegas de Santo Tomás, respectivamente
En rueda de prensa virtual, hicieron un llamado a las autoridades locales y nacionales a rescatar el Valle de Guadalupe, a través de la promulgación de leyes federales que lo protejan y un Estado de derecho que garantice la aplicación de estas leyes; propusieron que nombrar a la región como “Zona de belleza natural y cultural” –como lo establece la Ley de Preservación del Patrimonio Cultural del Estado de Baja California en su artículo 5– y crear una figura jurídica de denominación y protección a nível federal para zonas agrícolas, similar a la que protege las reservas naturales del país.
También solicitaron a las autoridades municipales, estatales y federales garantizar la aplicación de los reglamentos y leyes que actualmente regulan y protegen el uso de suelo y que no han sido aplicados.
No queremos antros, conciertos masivos, lotificación ni bodas multitudinarias que incumplan con el reglamento. Queremos que se proteja la vocación agrícola del Valle”, recalcaron los integrantes de Rescatemos El Valle.
Argumentaron que “entre 2014 y 2019 se perdió 18% de tierra agrícola en el Valle de Guadalupe y el futuro luce aún más desolador, porque de las 5 mil 445 hectáreas cultivables que había en 2017, el Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP) de Ensenada prevé que quedarán menos de la mitad (2 mil) en el año 2027. El mismo pronóstico estima que para el año 2037 no quedará una sola de esas tierras de cultivo que han puesto a dicha zona del estado en el panorama vitivinícola nacional e internacional”.
Además, en los últimos cinco años –puntualizaron– se han deforestado al menos mil hectáreas de conservación y producción que ahora se usan para antros y casas privadas. Este tipo de negocios, que proliferan de manera ilegal en el Valle, son impensables en otras zonas vitivinícolas del mundo, como Napa, Sonoma Valley y Bordeaux. “Es importante evitar esta situación para no subordinar la producción de vino y la producción agrícola a ningún otro interés sea inmobiliario, especulativo o incluso turístico carente de la visión y responsabilidad que amerita el Valle. Entre los antros que ahora operan en la zona agrícola se encuentran Frida, La Justina, King and Queen y el Ojá”, denunciaron.
“La compatibilidad turística que tiene toda región de grandes vinos nos rebasó y nuestro valle está amenazado con convertirse en una ciudad mal hecha, presa de intereses económicos a corto plazo. Estamos asesinando la oportunidad histórica que tuvimos de ser un valle netamente agrícola, rural, con arraigo profundo a nuestro suelo y al milagro de lo que el suelo puede darnos cuando lo tratamos bien, orgullo de todos los mexicanos. Necesitamos acciones urgentes para rescatar lo todavía rescatable: que se obedezcan las leyes ya existentes, sin excepción, que se protejan ésta y otras regiones agrícolas de México”, expresó Natalia Badán, vitivinicultora de El Valle de Guadalupe.
Complicidad de autoridades locales
Los expertos plantearon que “en términos generales se identifica como causa principal de la problemática en El Valle de Guadalupe al crecimiento descontrolado de los asentamientos humanos, que trae como consecuencia efectos directos sobre: el agua, el suelo, la agricultura, la comunidad y el paisaje”, expresaron.
Insistieron en el riesgo de la naturaleza agrícola de la región,
porque se está valorando la tierra para la construcción irregular de vivienda ocasional, centros nocturnos y espacios de concierto que van en contra de la vocación de una zona de este tipo en cualquier parte del mundo, todo esto con la complicidad de la autoridad municipal”.
Recordaron a que la edición del Programa Sectorial de Desarrollo Urbano-Turístico de los Valles Vitivinícolas (PSDUT), publicada en 2010 con el explícito propósito de “conservar la tierra agrícola en un 95% durante los próximos 30 años”, fue un fracaso. En diciembre 2018 se publicó una nueva versión. No obstante, el área decretada ‘de conservación’ se redujo 424% y el polígono total bajo jurisdicción del Programa es ahora 81% más pequeño.
Recordaron que la industria vitivinícola ha tenido un rápido crecimiento nacional. Si en 1987 el Valle de Guadalupe tenía menos de 10 productoras vinícolas, hoy en día hay más de 170 y 220 productores de uva; esto se ve reflejado en un alza importante del consumo del vino per cápita en México que pasó de 250 mm en 2002 a 964 mm en 2018.
Por ello, expresaron: “queremos es trabajar con las autoridades y la comunidad para preservar y rescatar el Valle de Guadalupe. No queremos exigir ni confrontarnos con nadie, queremos trabajar en equipo. Es trabajo de todos salvar este patrimonio nacional. Queremos consolidar esta como una historia de éxito, no una más de fracaso en este país”.
Recalcaron la necesidad de crear una legislación, de carácter estatal, que ratifique la naturaleza agrícola del Valle generando la protección jurídica necesaria para respetarla. Pero que sea acompañada de la gestión de la Secretaría de Economía y la Secretaría de Medio Ambiente.
En el foro, los participantes recordaron que meses atrás fue clausurado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente el Foro APM por desmontar 16 hectáreas de vegetación en zona agrícola y de conservación; pero la empresa de música y entretenimiento Bandamax celebró recientemente en su portal de Internet la apertura de la Arena Valle de Guadalupe para finales de 2022, con capacidad para 9 mil personas. Otro negocio es el Anfiteatro del Valle con capacidad para 7 mil personas, que organizó un concierto de Francisco Céspedes el 14 de mayo pasado. Además de esto, se han abierto más de 5 antros en El Valle de Guadalupe.
En los próximos meses, el Valle recibirá a los artistas Intocable, Los Tigres del Norte, Alejandra Guzmán, y Roberto Carlos, repartidos entre los foros Todos Santos Polo Club y Barón Balché. “Hay cuatro foros de conciertos con la capacidad de acomodar, cada uno, a la totalidad de los habitantes de Guadalupe. Los anfiteatros y conciertos masivos desafían una visión rural, agrícola, del Valle”.