México con capacidad de producir el maíz amarillo que importa; se requiere plan urgente: Cibiogem
Con el plan maíz del sur-sureste mexicano existe la posibilidad de cultivar 2 millones de hectáreas de grano amarillo y cosechar 16 millones de toneladas en el ciclo otoño-invierno, lo que permitirá a México dejar de importarlo de Estados Unidos y lo llevaría a la suficiencia y la soberanía alimentaria de este alimento.
Lo anterior podría ejecutarse sin la necesidad de grandes inversiones o de reconvertir otros cultivos, pero sí con el apoyo de lo ya desarrollado por instituciones públicas nacionales, como el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); la Universidad Autónoma Chapingo y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expresó el secretario ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), Alejandro Espinosa Calderón.
En entrevista exclusiva con imagenagropecuaria.com, el experto explica que el Plan maíz del sur-sureste mexicano es un proyecto del doctor Antonio Turrent, quien propone que existe la posibilidad de habilitar esos dos millones de hectáreas en el ciclo otoño-invierno en estados como Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Campeche, Yucatán y Guerrero, donde existen tierras ociosas y hay agua suficiente para cultivar.
La superficie se podría habilitar con pequeñas bombas, obras muy ligeras para aprovechar el agua,
se necesita una decisión muy relevante que llevaría a México a la suficiencia alimentaria, y dejar de importar 17.5 millones de toneladas de los últimos dos o tres años”.
En el caso de maíz amarillo no hay duda, subraya, el sur-sureste mexicano sería la opción más tangible, donde no habría competencia de cambio de un cultivo por otro. Más bien se puede aprovechar la superficie e incluso también producir arroz y tener abastecimiento de este cereal, del cual importamos 85% de lo que consumimos.
El especialista anota que la producción de grano amarillo en México se ha mantenido estable en los últimos años, pero hay una inquietud del Presidente en el sentido de que sería conveniente que en lugar de importarlo y por la inversión que esto representa, podría producirse en México. “Es algo que se puede hacerse realidad”.
Alejandro Espinosa destaca que el Plan maíz del sur-sureste mexicano aún no se ha planteado al presidente Andrés Manuel López Obrador, pero ahora es tiempo y ello corresponde a la Secretaría de Agricultura y confió que ante esta necesidad seguramente se revisará y se podría hacer en esta administración.
Abastecimiento de semillas de pequeñas y medianas empresas
El también exdirector nacional de semillas del INIFAP manifestó que el otro aspecto es poner las semillas disponibles para las variedades que están en las instituciones públicas, que necesitan un cierto empujón un acompañamiento para producirlas. Ese sería un aspecto fundamental, tener la semilla necesaria.
En tanto, agrega, se puede echar mano de las semillas nativas. En una gran proporción serían maíces amarillos y las instituciones como INIFAP tienen una gran cantidad de variedades que están listas, lo único que falta es un plan de abastecimiento de esa semilla. Tampoco en este rubro se requiere tanta inversión, porque la producción masiva de semilla estaría a cargo de empresas pequeñas y medianas.
“Sería un plan urgente, dinámico, sabemos con detalle como sería el procedimiento, habría que saltar las categorías y de semilla original avanzar a semilla registrada para entregar inmediatamente a quienes abastecerían de semilla certificada para el Plan maíz del sur-sureste mexicano en el ciclo otoño-invierno”, detalla el también investigador, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Hace hincapié en que la estrategia del Presidente de lograr la suficiencia y soberanía alimentaria se puede acompañar por las instituciones, universidades y agrónomos disponible, hay miles desempleados, y echar mano de fortalezas de la Cuarta Transformación como Producción para el Bienestar.
Decreto sigue su curso
Alejandro Espinosa apunta que en torno al decreto presidencial en materia de glifosato y maíz transgénico hay mucha confusión, pero para las secretarías que intervienen están muy claro los términos de éste, sigue en pie y lo que se trabaje en adelante va en el sentido de lo que marca de no al glifosato, reducirlo y hacia el 2024 cancelarlo. “No a la siembra de maíz transgénico en México, no al grano de maíz para la alimentación de los mexicanos”.
El decreto –remarca– va por excelente camino y vino a confirmar la defensa que se ha hecho por tantos años en contra del maíz transgénico.
Por último, Espinosa Calderón recuerda que en los gobiernos neoliberales las grandes corporaciones solicitaban la siembra de 30 millones de hectáreas de maíz transgénico, de MON-603, cuando en México se siembran 7.4 millones de hectáreas, “casi o lograban si no hubiera sido por la Demanda colectiva; postura que luego es ratificada por un presidente nacionalista que atiende la demanda de grupos, científicos y sociedad y emite el decreto presidencial referido”.
Si logramos producir todo el maíz en México “tendríamos el sueño dorado por el que hemos luchado muchos años en el campo, recuperar aquellos tiempos cuando el Milagro Mexicano, antes de la larga noche neoliberal”, expresa.
