Convergencia de cinco placas ubica a Turquía y Siria en zona altamente sísmica
En la zona limítrofe entre Turquía y Siria seguramente habrá más temblores, dado que ahí confluyen cinco placas terrestres y se ubican también dos grandes fallas, aseguró el doctor Delfino Hernández Láscares, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La placa euroasiática se localiza al norte de Turquía, país que forma la placa continental Anatolia; en tanto, al sur existen dos que se mueven de sur a norte, una conocida como del mar Egeo y la otra como africana y, finalmente, la arábiga, lo que da como resultado una nación altamente sísmica, explicó el académico del Departamento de Biología de la Unidad Iztapalapa.
Además, se han generado dos grandes fallas geológicas –que se presentan cuando hay un movimiento de un bloque respecto de otro– una al norte de Anatolia y otra en la parte sur de tipo corrimiento, que en cierta forma es parecida a la de San Andrés.
“Es como juntar dos mesas para obtener una línea, si movemos una mesa respecto de la otra, pero de forma horizontal, esa es una falla de corrimiento, muy diferente a las de subducción que hay en el pacífico mexicano, donde la placa de cocos, una corteza oceánica que está colisionando con el continente entre Jalisco y Chiapas, y que se va hasta Panamá. Al chocar la más pesada que es la corteza oceánica se hunde, y eso es lo que genera los sismos en México”.
En la región asiática sucede otro modelo de movimiento de placas que tiene muchas consecuencias por la concentración de cinco de ellas. En Chiapas también confluyen cinco, que si bien no están en movimiento sí son factores para los temblores. Cada dos días, en promedio, en el país ocurren entre 80 o 90 movimientos telúricos, que se concentran en Chiapas y Oaxaca.
Ante los sismos se han presentado dificultades para la gestión y atención de los afectados por el conflicto religioso entre turcos y musulmanes, el enfrentamento armado en Siria, la corrupción en los procesos de construcción y una pobreza alarmante, alertó el especialista, quien cuenta con dos maestrías, es ingeniero geólogo y doctor en gestión del riesgo y protección civil.
En entrevista asentó que al ser una falla de cientos de kilómetros ya se movió en esa zona el centro, el norte y el sur, “pero aún parece que es tanto el desgarre de la corteza por el movimiento horizontal que quiero suponer que aún no se descarga todo, porque después de grandes sismos vienen grandes réplicas”.
Por el movimiento de intensidad 6.4 no pareciera que ocurra un tsunami en la parte sur de esa región, si bien “aún no sabemos el comportamiento de las placas en este momento, lo sabremos después de cinco o hasta ocho meses de que se hagan los estudios pertinentes, pero en el área de Antatia, donde ocurrió la réplica sísmica, no se prevé un maremoto”.
Sobre la gestión del riesgo, abundó que en Turquía existen la confrontación religiosa, los fríos brutales y las fallas en la construcción de edificios, entre otros factores.
En el caso de Siria la religión también presenta un contrariedad grave, además de los intereses de algunos países: Rusia tiene presencia fuerte; Estados Unidos apoya al grupo ISIS, contrario al presidente actual; además de que Irak e Israel no permitieron que pasara a través de sus territorios ayuda humanitaria.
Este conglomerado de circunstancias hace muy complicada la situación de la gente, que se profundiza por estos fenómenos. Además, hay una corrupción muy grande en la edificación, “vemos fotografías espantosas de las varillas con las que fueron levantados los inmuebles, eso sucedió por malas obras que tienen 20, 30, 40 y 50 años, y los temblores dieron un golpe certero”.
Turquía pasa por una crisis económica, en tanto que en Siria el conflicto es peor, en conjunto, recuperar la economía de los dos países resulta sumamente complejo. “La problemática de fondo son las características del riesgo, el tema es cómo proceder ahora para la reconstrucción, ya que no se tuvo la prevención de proyectar estructuras sismo resistentes, por tanto, existen elementos que pueden agudizar el panorama”.
El investigador refirió que la Península Arábiga se está partiendo, hay un bloque que se está abriendo, tipo Baja California, en la protección civil y la gestión integral del riesgo se evalúan estos aspectos, las visiones y las dimensiones para el futuro son muy difíciles.
El desastre ocurrió cuando menos preparados se encontraban, a eso se suma la pobreza; la migración de sirios que ha recibido Turquía a causa de la guerra que ha durado casi 15 años; el aspecto político, social y cultural están haciendo más difícil el contexto de la población de aquella zona, finalizó Hernández Láscares.