Piden a Sheinbaum continuar con políticas y reformas constitucionales para impedir siembra de transgénicos en México
Luego de que la Cibiogem detectó contaminación transgénica en maíces para consumo humano, organizaciones de la sociedad civil hicieron un llamado a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, a continuar con la política, reformas constitucionales y medidas para no permitir la siembra comercial de maíz transgénico en México, que es centro de origen y diversificación.
Es muy importante que la reforma constitucional en la materia establezca que el maíz importado sea quebrado o esté expuesto altas temperaturas para que las semillas no puedan reproducirse ni germinar y no se siembre en territorio nacional, señaló la representante de la Demanda de Acción Colectiva contra el maíz transgénico en México, Mercedes López Martínez.
Destacó que ya está el decreto presidencial que prohíbe el uso de maíz transgénico directo para consumo humano, está la Ley General de Alimentación, que también habla de esta prohibición, y están las reformas constitucionales, que además de prohibir el maíz transgénico también deben detener la siembra con glifosato y otros agrotóxicos dañinos.
En entrevista con imagenagropecuaria.com, realizada en el marco del Día nacional del maíz –que se celebró el 29 de septiembre pasado–, Mercedes López, expresó que la contaminación de maíces para consumo humano detectada por la Cibiogem (Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados), sí es preocupante, la conocíamos por varios monitoreos que se han hecho, dado que tenemos la prohibición de la siembra del maíz transgénico por la medida precautoria que nos otorgaron los jueces en la Demanda Colectiva Maíz en septiembre del 2013.
Detalló que está contaminación se ha dado por las importaciones de maíz amarillo que procede de Estados Unidos. El Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) incluso tiene un mapa donde están las rutas, llegan por barco, sobre todo a Poza Rica, Veracruz, pero también a Yucatán, a Puerto Progreso. Esta contaminación tiene que ver con el traslado de grano transgénico en vagones de ferrocarril, que pasan por ciertos estados, porque se abren los costales y tiran las semillas y se va contaminando el campo.
La representante del organismo, que integra a diversas organizaciones de la sociedad civil, señaló que sabemos también que comunidades menonitas sí siembran algunos maíces genéticamente modificados. Por ello, comunidades mayas de Yucatán, a través de organizaciones como MA OGM, se han acercado para hablarles de los daños y también para plantearles alternativas. y algunos se están mudando a cultivo orgánico.
Consideró que el proyecto que Cibiogem está impulsando, con el doctor Alejandro Espinosa a la cabeza, ayudará mucho a hacer la identificación de maíz transgénico, de hecho, se esta pidiendo que puedan apoyar a las comunidades a hacer la prueba Elisa, para saber si se contaminaron sus maíces y hacer esa denuncia y sean elementos de prueba en la demanda –ante el panel de Estados Unidos– para decir que los maíces transgénicos no pueden convivir con nuestros maíces nativos porque los van a contaminar.
López Martínez hizo hincapié es que la contaminación transgénica es preocupante porque muchos de nuestros alimentos, sobre todo provenientes de la masa de maíz, que se supone son maíces nativos, está contaminada con glifosato y transgénico, porque llega a los alimentos. Recordó que una investigación de la Asociación de Consumidores Orgánicos, en 2018 demostró que harinas de Maseca recolectadas en varias partes del país estaban contaminadas con transgénicos y con glifosato.
“Presumimos que están mezclando esos maíces forrajeros transgénicos de importación con la harina de maíz de la empresa”.
Por eso, agregó, el último decreto presidencial que se expidió buscaba detener el uso de estas harinas en la alimentación.
La representante de la Demanda Colectiva expresó: “qué bueno que de manera más sistemática Cibiogem hizo esa investigación, porque es algo que presumíamos y hay que denunciar y se tiene que detener”.
Remarcó que las organizaciones están presionando y exigiendo a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) que en el país se siga defendiendo la alimentación tradicional, la milpa y se haga toda la defensa jurídica política, legal para impedir que haya transgénicos en México.