Ciencia y Tecnología

Bosques de niebla amenazados por la deforestación y el cambio climático

Los bosques de niebla de México están amenazados por la deforestación y el cambio climático, estableció un estudio encabezado por un equipo de investigación del Instituto de Biología (IB) de la UNAM.

Estos dos fenómenos (uno local y otro global) interaccionan entre sí para modificar negativamente las condiciones de este ecosistema que es altamente vulnerable, pues su distribución depende de la formación de nubes y la alta humedad constante a lo largo del año, detalló el artículo publicado recientemente en la revista internacional Science.

“La deforestación y el calentamiento global están transformando estos ecosistemas a una velocidad alarmante. Esto significa que podríamos perder gran parte de la biodiversidad de los bosques de niebla en las próximas décadas”, alertó Santiago Ramírez Barahona, investigador del IB y autor principal del trabajo.

El estudio titulado: Upslope plant species shifts in Mesoamerican cloud forests driven by climate and land use change, (Cambios en las especies de plantas de las laderas de los bosques nubosos mesoamericanos impulsados ​​por el cambio climático y el uso del suelo) encontró entre sus principales resultados que diversas especies de plantas que habitan los bosques de niebla se han desplazado a altitudes más encumbradas, a un ritmo promedio de 1.8 a 2.7 metros por año, a partir de 1979.

Ramírez Barahona puntualizó que analizaron la distribución de mil especies de plantas, entre ellas liquidámbar, aguacate silvestre, magnolia, bromelia, orquídea, helechos y diversas epífitas, así como sus cambios de elevación en los últimos 30 años.

Estos ecosistemas se ubican en rangos de ascenso particulares, que es donde el aire húmedo llega de la costa, se condensa y se forman bancos de niebla que ocupan cinturones altitudinales angostos, desde 600 metros del nivel del mar, dos mil 500 o hasta tres mil metros dependiendo de la región. Son angostos y van a lo largo de las montañas, en las vertientes que van hacia el Golfo, donde está la humedad, aclaró.

Hay bosques de niebla en Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Hidalgo y la parte norte de Puebla. También en Guerrero, Nayarit y Jalisco.

Entes dinámicos

Las plantas son sésiles (es decir, sujetas al sustrato y por ello inmóviles), pero este artículo demuestra que sus poblaciones responden en términos de movimiento al cambio climático. Con el paso de las generaciones van teniendo semillas y plántulas que crecen cada vez más arriba en términos de altitud, explicó el investigador del IB y coautor del estudio, Andrés Ortiz Rodríguez.

Los bosques no son entes estáticos que siempre han permanecido igual, sino que cambian su distribución y características con el paso de los años, apuntó.

Las poblaciones sí se están reduciendo, porque también afecta el uso del suelo y la deforestación que ha sido devastadora en diversas regiones del país, hay una disminución como del tres por ciento en los últimos 15 años, agregó Ortiz Rodríguez.

Otro resultado refiere que ocupan menos del uno por ciento del territorio nacional, pero albergan de 18 a 20 por ciento de la flora de Mesoamérica.

Los científicos encontraron que las especies menos tolerantes al calor están migrando hacia zonas más prominentes en busca de condiciones adecuadas; también que el desplazamiento es desigual, pues mientras algunas se mueven otras no logran adaptarse, aumentando el riesgo de extinción.

Hallaron que la deforestación limita la capacidad de migración, reduciendo el área disponible para que se trasladen. Es decir, si la planta está aventando sus semillas hacia arriba, pero estas caen en un potrero, no tienen las condiciones adecuadas para desarrollarse.

“Si tienen un techo de pura ganadería o agricultura, las poblaciones de plantas no pueden subir, eso las limita y puede provocar la extinción”, comentó Ramírez Barahona.

Ángeles Cuervo Robayo, investigadora del IB y coautora de la investigación, precisó que la elevación de los bosques de niebla en general, con todas las especies en conjunto, ha incrementado de 50 a 80 metros de lo que se tenía en la década de 1980.

Indicó que fomentar prácticas sostenibles y fortalecer el monitoreo de especies, son pasos esenciales para conservar estos ecosistemas únicos.

Fuente: UNAM

Mostrar más

Articulos Recientes

Back to top button