crónica

  • La noche de Cantolla

    El Ocotal, Santa Ana Tlacotenco.-Aaaahhhh, ¡qué lugar! Aquí se respira un aire fresco, perfumado por grandes pinos y arcilla mojada, parda como la tarde que dudosa deja asomar tras la arboleda nubes blancas en el horizonte corto; braveras desafían a sus iguales plomizas que llegaron antes a cincelar el retablo en la bóveda de este valle de breves dimensiones, vestido…

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