Agronegocios

Industria azucarera: ¿Diversificarse o morir?

La industria de la caña de azúcar en México enfrenta un dilema: se diversifica en un plazo breve con nuevos productos de alto valor agregado o perece a manos de la competencia de los jarabes fructosados. ¿Habrá una zona, región o productores que tomen el reto de la diversificación de la caña de azúcar? La solución de fondo a los problemas de la industria azucarera está en la diversificación del uso de los derivados de la caña, y esto requiere de un gran esfuerzo de asimilación y desarrollo tecnológico.

No basta con producir caña para hacer azúcar, se necesita encontrar nuevos productos con nuevos usos rentables y de gran volumen debido a que en la actualidad se tienen estructuras económicas y productivas desaprovechadas para la diversificación de los usos de la caña de azúcar, esto es diversificarse o morir.

Esto cambia la concepción tradicional de ver la producción de derivados como un proceso anexo a los ingenios azucareros, y pasa a ser parte integral desde el punto de vista tecnológico y energético. La importancia del desarrollo de los derivados de la caña de azúcar radica, entre otros, a la urgente necesidad que tienen los productores de diversificar su economía, no sólo porque disminuirían su dependencia del comercio exterior y sus deformaciones estructurales, sino porque contrarrestarán los actuales precios del azúcar debido a que éste como producto de comercialización internacional tiene vida limitada.

Por ello, el actual proceso que se ejecuta de reestructuración de este sector implica alcanzar por vía intensiva los niveles de eficiencia de manera que se reduzcan los costos, lo que en conjunto con la diversificación agrícola e industrial generaría el valor agregado necesario en sus producciones  para la captación de recursos financieros requeridos para el desarrollo del sector y de la economía regional en general.

La industria azucarera mexicana es una industria madura, que muestra signos de declive. Para mantenerse competitiva y sostenible en el futuro, requiere cambios paulatinos para mejorar el valor agregado del cultivo de la caña de azúcar, y no meramente tecnologías para aumentar rendimientos en campo y fábrica.

La falta de compromiso de algunos productores e industriales de la caña de azúcar con el objetivo común de producción y procesamiento de caña de azúcar de una manera sostenible en términos ambientales, sociales y económicos; la creciente vinculación de la economía mexicana al mercado internacional, en especial la apertura comercial del azúcar de caña en el 2008 dentro del TLCAN; la sustitución de la sacarosa por jarabes de maíz de alta fructosa (JMAF) y edulcorantes bajos en calorías en las industrias de alimentos; y la caída del precio internacional del azúcar, conllevarán a que zonas cañeras, en el corto plazo, afronten serías dificultades en su actividad económica tradicional debido a la caída en sus rendimientos agroindustriales en áreas de cultivo extensivas y la poca utilización de los subproductos.

Reconvertir o diversificarse

La agroindustria tendrá que llevar a cabo prácticas más sostenibles, reconvertirse o diversificarse  tarde o temprano, y dedicarse a las actividades productivas o de servicios que puedan desarrollar de manera más competitiva y rentable

La solución de fondo a los problemas de la industria  azucarera está, según numerosos autores del medio académico, gubernamental, industrial y sindical en la diversificación del uso de los derivados de la caña, y esto requiere de un gran esfuerzo de asimilación y desarrollo tecnológico.

El hecho de que la caña de azúcar haya sido utilizada desde la colonia en México como materia prima para la producción de azúcar, contribuyó a crear la mentalidad de que la síntesis de sacarosa es la característica más importante de esta planta. La necesidad de transformar esta agroindustria constituye un problema mundial, el reto más importante en este siglo será hacer de la caña de azúcar una fuente para solucionar tres problemas esenciales de la humanidad: la alimentación, la energía y el medio ambiente.

No basta con producir caña para hacer azúcar, se necesita encontrar nuevos productos con usos rentables y de gran volumen debido a que las potencialidades para la diversificación se derivan precisamente del  volumen de subproductos que la agroindustria genera zafra tras zafra y de los elementos fisiológicos que constituyen a la materia prima y de la composición química de los coproductos y subproductos.

En este sentido, en los últimos años ha existido una considerable atención tanto nacional como internacional acerca de la sostenibilidad y productividad de la agroindustrias de la caña de azúcar. Las preocupaciones surgen acerca de las prácticas gerenciales de producción de la caña de azúcar que se enfocan casi exclusivamente a la productividad. Las críticas acerca del aspecto de la sostenibilidad ambiental, en particular, han recibido una publicidad sustancial debido a que la expansión de la producción de azúcar es una extensión de la actividad económica tradicional en una agroindustria que generalmente no ofrece desarrollo de empresas colaterales acciones para diversificar el uso de la caña e innovaciones.

Principales problemas de la agroindustria azucarera

Los principales problemas relacionados con la industria azucarera a partir de la apertura del comercio con Estados Unidos desde 2008 son (a) altos costos de producción e ineficiencias que podrían poner a la industria en desventaja competitiva; (b) probabilidad de enfrentar incrementos sustanciales en  importaciones de HFCS, edulcorantes bajos en calorías y de diversas presentaciones, agresivas campañas publicitarias sobre los peligros del consumo de azúcar y el impacto que tendrán sobre el comercio de azúcar a nivel mayoreo y menudeo; (c) la calidad y las características del azúcar mexicano, en especial la estándar, que podrían limitar su penetración al mercado estadounidense; (d) incógnitas sobre tendencias de consumo en México con respecto a mercados más abiertos y (e) las ramificaciones políticas y sociales que se generaran de no lograrse reformar la industria azucarera o de reestructurarla para hacerla más competitiva.

Garantizar la competitividad de la industria azucarera mexicana requerirá de reformas políticas, inversiones con fines específicos y la reorganización de aspectos clave a lo largo de la cadena productiva. Algunas de estas metas pueden lograrse simplemente mediante inversión, reordenación y coordinación. Pero otras, incluyendo algunas de las que podrían generar las mayores ganancias están rodeadas de controversia política y social acerca de los patrones de propiedad de la tierra, las tradiciones agrícolas, los derechos de los campesinos y laborales, y la estructura del capitalismo agroindustrial en México.

En el futuro cercano, la capacidad del gobierno para crear una estrategia común entre intereses diversos y algunas veces en competencia resulta esencial para la creación de una industria azucarera sostenible aunque los costos en la industria mexicana son aún innecesariamente altos y todavía existe espacio sustancial para lograr una mayor eficiencia, tanto en el campo (a consolidación de explotaciones agrícolas, reducción de costos de transporte, mejoría de variedades y mayor racionalidad de las inversiones de capital) y los ingenios (reducción de costos laborales, generación y uso de energía a partir del bagazo, reducción de tiempos ociosos y reparto del riesgo con los productores de caña.

Y es que, por sus características, la caña de azúcar esta dentro de un mercado donde hay un producto para un sólo mercado,  es decir, el productor de caña la siembra porque cerca hay un ingenio que se la va a comprar y el ingenio se instaló ahí porque ahí se puede sembrar caña y va a encontrar materia prima. Es por esta razón, que a diferencia de otras actividades, el cañero no puede agregar valor a su producto ya que el único plus que le da es cortarla, subirla a un camión y llevarlo al ingenio.

Por otro lado, no es tiempo de cambiar los contratos o la modalidad de pago para desmejorar los ingresos del cañero sino, de analizar la situación interna de la agroindustria, o sea de cada ingenio y cañero y la incorporación de la diversificación en la industria azucarera. Es el reto más importante para todo el sistema azucarero debido a que en el proceso agroindustrial es posible obtener diferentes productos y subproductos que representan materias primas para la industria transformadora química y bioquímica.

Dependerá del grado de desarrollo tecnológico, voluntad política y compromiso de todos los involucrados de la industria azucarera, el poder obtener y utilizar al máximo subproductos de la caña de azúcar y de esta forma incorporarlos a la economía regional.

El potencial de diversificar

Las potencialidades para la diversificación de la agroindustria cañera se derivan precisamente del  volumen de subproductos que la agroindustria genera zafra tras zafra y de los elementos fisiológicos que constituyen a la materia prima y de la composición física y química de los coproductos y subproductos.

Estos están compuestos básicamente de azucares, carbohidratos estructurales del complejo lignocelulósico y material inorgánico, los cuales ofrecen diferentes posibilidades de industrialización con diversas rutas físicas, químicas y biotecnológicas (Figura 1).

Entre los países productores de azúcar se encuentran en explotación comercial más de 50 derivados en diferentes escalas. Otros 100 cuentan con factibilidad técnico/económica y su explotación está en función de las oportunidades que se identifiquen en los mercados.

Toda esta información técnica y económica  plantea un amplio espectro de alternativas de desarrollo de la industria de la caña de azúcar por lo que se requiere emplear métodos científicos para tomar una buena decisión hacia el futuro.

En un escenario de economías abiertas, la reconversión y diversificación forma parte de la estrategia de inserción internacional y de desarrollo productivo, y complementa la creación de ventajas competitivas. La reconversión o diversificación es necesaria cuando sectores o regiones de importancia económica y social como la caña de azúcar sufren persistentes e importantes rezagos competitivos. Algunos de estos sectores pueden contar con capacidad para reconvertirse o diversificarse, pero no encuentran en el mercado, ni en las políticas gubernamentales, incentivos suficientes para hacerlo por sí mismos, por lo que el sector público puede complementar los esfuerzos de readecuación competitiva. Otros sectores no cuentan con capacidad para reconvertirse, lo que exige la puesta en marcha de estrategias que tiendan a minimizar el costo social de retirarse del sector, reubicarse en otra zona o cambiar de actividad económica.

Residuos o subproductos de la agroindustria

a) Residuos agrarios de la caña de azúcar: Están formados por aquellos residuos que tienen su origen en las actividades agrícolas y de cosecha de la caña de azúcar (punta, cogollo y tlazole), así como los generados por los procesos de aprovechamiento y  diversificación agrícola.

b) Residuos y aguas residuales industriales: Considerando como tales a los procedentes de sectores de la industria de transformación de la caña de azúcar que generan gran cantidad de residuos de naturaleza orgánica y cuya eliminación supone un costo adicional (bagazo, medula, melazas, cachaza, vinaza) Se denominan derivados de la caña de azúcar a aquellos productos que se obtienen industrialmente a partir de los coproductos y subproductos de la agroindustria cañera.

Existen dos estrategias posibles para el aprovechamiento de la biomasa residual de caña de azúcar y subproductos. La primera consiste en desarrollar, a partir de ella, derivados que podamos insertar en cadenas de producción y mercados ya existentes, como la panela, el ron, etc. La segunda implica el desarrollo de nuevas tecnologías de  aprovechamiento de los propios residuos como tales.

Puede considerarse cuatro direcciones básicas:

1 Obtención de energía.

2 Obtención de productos químicos.

3 Reciclado en la actividad agrícola.

4 Utilización en la alimentación ganadera.

Existe toda una serie de alternativas para el tratamiento y reciclado de la biomasa residual cañera, coproductos y subproductos, que pueden plantearse de forma complementaria o simultánea a las tradicionales como azúcar mascabado, estándar o refinada, papel, cogeneración y etanol. En relación a su composición, el desarrollo de los derivados, desde el punto de vista de sus materias primas, complejidad tecnológica y valor agregado del producto final, se puede caracterizar por cuatro generaciones de productos, cuyos límites y alcances están fijados en forma convencional.

1) La primera generación corresponde al uso directo de los subproductos o de derivados, con un bajo nivel de procesamiento de las materias primas originales.

 2) La segunda generación la integran las producciones que utilizan como materia prima subproductos y coproductos del proceso azucarero; se caracterizan por tecnologías de baja y media complejidad y dan lugar a derivados de características propias.

3) La tercera generación es la de productos obtenidos por la transformación química y biotecnológica de derivados de la segunda generación y el azúcar, que dan lugar a nuevos productos con propiedades que los diferencian de la materia prima que les dio origen y parten de tecnologías de mediana y alta complejidad.

4) La cuarta generación pertenece a los productos obtenidos a partir de: subproductos; derivados de segunda y tercera generación, dando lugar a productos de alto valor agregado, precursores o productos de otros procesos. Parten de tecnologías químicas y bioquímicas de alta complejidad.

Relevancia de la caña de azúcar

El azúcar como artículo de consumo básico popular es un activo agente de reacciones sociales, tanto por su precio al público como su disponibilidad. Por ello, las autoridades, a pesar de la liberación de su precio, mantienen políticas, directas o indirectas, encaminadas a garantizar un mercado a precios moderados.

El impacto social de la industria azucarera es la generación de  empleos directos donde trabajan en el proceso de siembra, zafra, molienda, comercialización y administración. Sería de gran problemática que dejase de otorgar todos esos empleos lo que la inserta en un complicado contexto de intereses económicos, políticos y sociales.

La presencia del ingenio azucarero en algunas zonas ha generado al paso de los años una cultura regional cañera. Muchas de las actividades han girado en torno a la producción del azúcar y no tan sólo de pueblos sino de muchas rancherías y poblaciones que siembran caña.

La producción de caña es de tal importancia en la vida social de varias regiones que incluso se liga a cuestiones simbólicas y religiosas.

El hecho de que la caña de azúcar haya sido utilizada desde la colonia en México como materia prima para la producción de azúcar, contribuyó a crear una mentalidad de que la síntesis de sacarosa es la característica más importante de esta planta. La necesidad de transformar esta agroindustria constituye un problema mundial, el reto más importante en este siglo será hacer de la caña de azúcar una fuente para solucionar tres problemas esenciales de la humanidad: la alimentación, la energía y el medio ambiente.

La cultura de la caña de azúcar hacia la producción de azúcar, energía y otros productos derivados de la industria cañera ofrecen nuevas oportunidades con gran potencial para el desarrollo sostenible y la competitividad regional a largo plazo. El sector posee todas las características necesarias para constituir la base de un desarrollo social económicamente viable, autoenergético y ecológicamente sustentable.

*Profesor Investigador de la Universidad Veracruzana, Campus Orizaba-Cordoba

Candidato a Doctor en Ciencias Ambientales en la Universidad Autonoma de San Luis Potosi.

 

1 2Página siguiente
Mostrar más

ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

Articulos Recientes

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button