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Clima no afectó producción lechera

La industria de la leche no ha resentido los efectos de la sequía en sus volúmenes de producción ni en el precio del lácteo. No obstante, la eventual falta de lluvias y las altas temperaturas en los próximos meses de verano son un escenario que causa mucha preocupación en el sector, porque representarían muertes de ganado.

En 2011, año marcado por la sequía más severa de los últimos 70 años, la producción de leche creció entre 2 y 3 por ciento, el incremento fue marginal, pero al menos no decreció, subraya el presidente de la Cámara nacional de industriales de la leche (Canilec), Raúl Riquelme Cacho.

Las sequías o heladas que mermaron la producción de granos y forrajes no impactaron de forma significativa en el precio de la leche, pues esta se paga de 4.80 a 5.50 pesos por litro a los productores, dependiendo la región en la que se ubiquen y la calidad de producto que generan, argumenta.

Con relación al precio al consumidor, este sólo sufrió unos ajustes marginales de unos cuantos centavos, pero no tenemos previsto un incremento en valor de la leche durante el 2012.

Puntualiza que el año pasado se alcanzó una producción de 10 mil 750 millones de litros equivalentes, mismos que equivalen al 70 por ciento del consumo nacional. El 30 por ciento restante, se cubre con importaciones, tanto de leche en polvo como de materias primas del lácteo.

De enero a diciembre de 2011 ingresaron al país 620 mil toneladas de derivados lácteos, de los cuales 86 por ciento corresponde a materias primas; y el otro 14 por ciento fueron productos terminados como quesos de especialidad.

Raúl Riquelme resaltó que si las condiciones de mal tiempo se complican durante el periodo de estiaje, los ganaderos y el gobierno se verán en la necesidad de tomar decisiones más drásticas que permitan la continuidad de la producción de leche y otros productos agropecuarios, como trasladar los sistemas de producción hacia otras regiones con mejores condiciones de clima y disponibilidad de agua, es decir, al sur-sureste del país.

Especialización de los consumidores

México se tiene que avocar en garantizar el abasto interno de leche, fomentando el incremento en la producción y únicamente compensar el déficit con importaciones.

El consumo per cápita de los mexicanos es de 139.5 litros equivalentes de leche por año, que representan un volumen diario de 385 mililitros diarios. Este consumo está muy por debajo de lo recomendado por la Organización mundial de la Salud (OMS), pues señala que la ingesta óptima es de medio litro por día.

Riquelme Cacho indica que no es tan sencillo crecer el consumo de los productos lácteos, debido a que por cuestiones de salud y prescripciones médicas no todas las personas pueden incrementar su ingesta. Además esta industria tiene muy bien delimitadas las etapas en las que más se bebe leche o comen productos lácteos, como son los niños menores de 12 años, los adultos de más de 30 años y los adultos mayores de más de 65 años.

Las empresas están haciendo un buen esfuerzo, a través de la investigación científica y de mercado para ofertar productos especializados en cada una de las exigencias de los distintos grupos de consumidores. Un ejemplo son las leches deslactosadas, que han tenido un crecimiento exponencial en su participación en el mercado.

Raúl Riquelme asegura que al día de hoy los productos sin lactosa representan alrededor del 16 por ciento del volumen total de leche; por ello las empresas intentan diversificar cada vez más su gama de leches y nos es muy fácil encontrar variedades light, descremadas, enteras, adicionadas con calcio, vitaminas, minerales, saborizadas, sin calorías; y en todo tipo de presentaciones.

Tales innovaciones también son una respuesta al buen trabajo que han realizado otras industrias como la del agua, los refrescos, el té y hasta el café; que en el segmento de bebidas representan una competencia para la leche.

Composición del mercado blanco y normatividad

El 80 por ciento de los más de 15 mil millones de litros de leche que se consumen en el país los ofertan las empresas que pertenecen a la Canilec, sólo 750 mil litros los elabora y distribuye Liconsa. El resto corresponde a la importación de productos terminados como quesos; que también ofertan las pequeñas queserías artesanales, principalmente de la región sur de la República, aunque de forma marginal.

En el mercado se pueden encontrar una infinidad de productos lácteos, con distintos porcentajes en su composición de derivados de la leche, tales como las formulas lácteas y los productos lácteos combinados.

Para distinguir esta vasta diversidad, se promovió la implementación de la Norma Oficial Mexicana (NOM-155) que el día de hoy está vigente y que consiste en la diferenciación entre los productos elaborados al cien por ciento de leche y los que contienen una menor concentración a través de un etiquetado visible al consumidor.

La Norma ha ido avanzando y ya terminó el proceso de consulta pública. Ahora el proyecto ya lo tiene la Dirección General de Normas entidad que deberá publicarlo ya como norma definitiva.

Tal denominación no tendrá repercusión en el precio de estos productos ni de su participación en el mercado, puesto que tanto los derivados como los productos elaborados de pura leche, ya tienen un posicionamiento en el mercado y en las preferencias de la gente, comenta el presidente de la Canilec.

Futuro incierto

El porvenir de esta industria depende, en gran medida, de las decisiones globales que se tomen en torno al consumo de granos básicos, como el maíz, trigo, soya, canola, entre otros; si la industria de los biocombustibles a base de estos productos sigue creciendo, la presión en el precio de este insumo se elevará y por ende su valor.

Asimismo, el crecimiento poblacional significa un incremento natural en la demanda de estos cultivos y los precios podrían hacer inviable el desarrollo de la producción de leche y de otras actividades de la industria agroalimentaria.

Por el momento, en la industria mexicana de la leche hemos logrado mantener un ritmo de creciendo, mínimo, pero constante, subraya Riquelme cacho.

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