El presidente de la UNA destacó que el presente año ofrece mejores perspectivas para los avicultores, porque con las lluvias de diciembre y las heladas de fin de año, el cultivo de sorgo en el estado de Tamaulipas es promisorio y ello puede ayudar a que el costo del alimento balanceado, principal insumo de la industria, baje de precio.
Sergio Chávez González, presidente ejecutivo de la Unión Nacional de Avicultores (UNA) refirió que en 2010 se pagó la tonelada del grano a 2 mil 400 pesos, en 2011 se incrementó a 4 mil 600 pesos y para este año proyecta que el forraje pueda bajar en 500 o 600 pesos con respecto a 2011.
El presidente del Consejo Nacional de Productores de Sorgo (CNPS), Juan Báez Rodríguez, expuso que la humedad en los suelos tamaulipecos permitiría incrementar la producción del ciclo otoño-invierno de 2 millones a casi 3 millones de toneladas, incluyendo los volúmenes que ofertará al mercado Sinaloa.
En el marco del Simposium: expectativas para la avicultura y el sorgo en México, organizado por la UNA y el CNPS, Sergio Chávez hizo un recuento de la evolución del precio del sorgo, sustituto inmediato del maíz amarillo en periodos de escasez del grano o de precios elevados del mismo.
Indicó que 70 por ciento de los costos de producción de la industria avícola corresponden al alimento balanceado, mismo que se incremento entre 30 y 35 por ciento durante el año 2011.
Sin embargo, esta alza no se reflejó en los precios al consumidor, es decir, los tuvo que absorber la misma industria debido a que si se encarecen los productos por encima de los precios internacionales, el mercado nacional se inundaría con productos de importación, estadounidenses principalmente, que son más baratos y tienen libre acceso por el acuerdo comercial entre ambos países.
Pese a este escenario, , destacó que la industria mexicana avícola registró un crecimiento de entre 2 y 3 por ciento; aún sumando el elevado tipo de cambio peso-dólar, la volatilidad de los precios por contingencias climáticas y los altos índices de inflación en el mes de enero, que el Instituto nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) publicó el pasado 9 de febrero, en el que se refiere que la inflación estuvo muy por encima de lo previsto y de lo que se registró en el mismo mes pero del año previo.
Por otra parte, explicó que el comportamiento de los precios de los productos avícolas es difícil determinarlo, debido a que los comercializadores al consumidor final fijan precios por encima del que reciben los productores y los mantienen porque la demanda no decrece. Es más, detalló, cuando el valor del pollo o el huevo baja, los comercializadores no reducen el precio y no hay justificación para ello.
Advirtió que si este problema de precio al consumidor es exagerado, la UNA intervendrá para buscar la forma de destrabar ese problema de comercialización.
Con relación al consumo per cápita de huevo, señaló, este se ubica en 22.4 kilos al año y en 24.5 kilos de pollo, ya incluidos los volúmenes de origen extranjero. El consumo se ha mantenido estable, incluso ha crecido, porque le huevo es un producto insustituible por sus propiedades nutritivas, mientras que el pollo a pesar de subidas en su costo, sigue siendo la opción más barata de proteína animal, comparado con la carne de cerdo o res.
