Agricultura familiar, milpa y escuelas campesinas vías para superar pobreza alimentaria
En México, la agricultura familiar debe convertirse en una política de Estado, recomienda el representante del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en nuestro país, Víctor del Ángel, quien también considera necesario revalorizar la milpa campesina para garantizar la seguridad alimentaria, mejorando rendimientos y sistemas de comercialización mediante asistencia técnica a través de “escuelas campesinas”. Esto contribuirá a la superación de la pobreza en el medio rural, afirma.
Durante una entrevista con www.imagenagropecuaria.com, el representante del organismo internacional, detalla que la primera escuela campesina, donde se brinda asistencia técnica a los productores, ya está trabajando en Mártir de Cuilapan, Guerrero –modelo de la Cruzada nacional contra el hambre–, donde la productividad, en algunos casos, puede aumentar de 1.5 toneladas por hectárea hasta cuatro toneladas; los primeros resultados se tendrán para el presente ciclo agrícola, adelanta.
Las escuelas campesinas son la base de los proyectos, no son muros ni edificios, a lo mucho es un tejaban a orillas de una parcela demostrativa, donde en un proceso participativo entre productores y técnicos se pueda plantear problemas, proponer soluciones y definir prioridades. La enseñanza se empata con los ciclos agrícolas, empieza con la siembra y el acompañamiento se da conforme el ciclo avanza. Se lleva un seguimiento para ver si el productor aplicó los conocimientos y que rendimientos obtuvo al final.
De hecho, la Sedesol solicitó al IICA trabajar primero en Guerrero, uno de los estados que la dependencia clasifica como prioritarios, al igual que Puebla, Chiapas y Oaxaca, hacia donde se pretende extender el esquema.
Aún no está definido cuántas escuelas pueden establecer en los estados mencionados, todo dependerá de los recursos que pueden aplicar, pero se espera que para el próximo año haya un convencimiento del esquema para contar con presupuesto desde principios de año. Es un modelo replicable y la logística no cuesta mucho, subraya Víctor del Ángel.
Al rescate de la milpa
El representante del IICA en México recuerda que en febrero pasado se empezó a hablar en Mártir de Cuilapan de revalorizar la milpa campesina, un sistema de producción que integra maíz, frijol, calabaza y chile, porque ha demostrado que tiene la capacidad de resistir condiciones adversas y asegurar la alimentación del productor y sus familias.
El proyecto milpa para la seguridad alimentaria que impulsa el IICA no tienen una “visión romántica”, ya que se considera que pueden traer mejoras sustanciosas a para poder revalorar y repensar el sistema, que es importante por su valor económico, comenta del Ángel.
De esta manera –asesorados por el doctor Antonio Turrent, reconocido investigador del INIFAP– se piensa incorporar árboles frutales que generen mayor valor económico en la milpa y sea una fuente de ingreso para el agricultor. También se trabajará en la agricultura de ladera y en enseñar buenas prácticas agrícolas para evitar la erosión de la tierra, donde se pueden usar árboles o magueyes para retener suelos.
Este proyecto no se queda sólo en la milpa, porque la agricultura familiar en los territorios rurales tiene diferentes características, asevera el representante del IICA en México.
Cruzada por la agricultura familiar
Víctor del Ángel considera que se tiene que realizar una cruzada por la agricultura familiar para revalorizarla como fuente de empleo y de ingreso, de seguridad alimentaria para la población campesina.
“Tiene que ser una decisión consciente tomada por el gobierno federal, que debe retomar la agricultura familiar como punta de lanza de todas sus políticas agrícolas, porque puede incidir en resolver problemas directos de consumo, de empleo y alimentación; la visión de la agricultura no sólo tiene que ser la tecnificada”, expone.
“La agricultura familiar debe de convertirse en una política de Estado y se deben de conjuntar todos los recursos que existan”, recalca del Ángel.
La FAO dice que la agricultura mexicana es muy importante para la seguridad alimentaria y es la oportunidad para que México se coloque en la punta de las naciones, apunta.
Reflexiona en que en el tiempo se han tenido infinidad de programas para el desarrollo rural y no se ha resuelto el problema de la pobreza rural; no es cuestión de dinero, pues hay muchos recursos para el campo, pero falta hacer planes participativos y trabajar directamente con los campesinos. En este país se han hecho programas que se emplean por igual en todo el país; no hay planes diferenciados, lo cual es necesario.
El esquema que plantea el IICA no sólo está basado en la productividad, sino también contempla aspectos de comercialización para cuando existan excedentes para el mercado. En este sentido se diseñó el centro de apoyo y servicios, donde los mejores productores de las escuelas campesinas pasan a formar parte de éstos y ahí se atienden problemas de almacenamiento, transformación y comercialización. Se trabaja en el modelo y se instrumentará en el futuro.
También hay que fortalecer mercados locales, trabajar en la integración de las cadenas productivas; las tiendas Diconsa hoy venden maíz, pero éste no es el que producen los agricultores de la región, indica el representante de organismo internacional.
Víctor del Ángel hace hincapié en que el IICA a 70 años de su creación tiene una riqueza de conocimiento que es muy importante y que se puede poner al servicio del gobierno mexicano para el esfuerzo de la Cruzada. Somos un organismo de participación técnica, que trabaja con el conocimiento y la experiencia y nuestros modelos son de extensión e innovación directamente para el productor.
“No estamos inventando el hilo negro, esto se ha hecho; se requiere voluntad de hacerlo”, manifiesta.
