Hay que ponernos las pilas para que no nos ganen el mercado los vinos de importación, presidente del Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV), Daniel Milmo Brittingham.
Los vitivinicultores nacionales deben aprovechar la oportunidad que brinda el consumo interno de vino, el cual durante la última década observa un ritmo de crecimiento del 8 al 10 por año, afirmó el nuevo presidente del Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV), Daniel Milmo Brittingham, quien añadió que para los próximos siete años la tendencia es que se duplique el mercado.
Hoy entre 70 y 75 por ciento de los vinos que se consumen en el país son importados de países como España, Francia, Chile o Argentina, mientras que resto es nacional.
El también director comercial de Casa Madero manifestó que en este sector existen oportunidades interesantes para capitalizar los próximos años pero,”si no nos ponemos las pilas estaremos dejando dinero en la mesa para que vengan a ganarlo productos de importación”.
Al hacer un breve diagnóstico del sector, el empresario dijo que la producción está estancada, no hemos crecido a la par de la demanda, y requerimos inversión, ya que en la zona de mayor producción una limitante es el agua. Por ello, buscamos el apoyo del gobierno para que nos pueda facilitar apoyos a la inversión para infraestructura, lo cual nos permitan producir los volúmenes de vino que el mercado demandará en los próximos años.
Tanto en el mercado nacional como internacional hay muchas oportunidades, pero desde la óptica de Daniel Milmo hay que capitalizar primero el mercado interno, donde se consumen 5 millones de cajas (de 12 botellas cada una) y se exporta alrededor del 10 por ciento.
De acuerdo con el CMV el valor del mercado de la agroindustria vitivinícola en México es de 15 mil 300 millones de pesos, de los cuales 3 mil millones corresponden a la producción nacional y 12 mil 300 millones a las importaciones.
Por otra parte, Milmo Brittingham comentó que el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) no ayuda mucho, nos encarece costos y hace poco competitivos, aun cuando aplica tanto para vinos nacionales como importados, es una limitante para crecer el mercado por el alto valor que implica. Hemos promovido iniciativas para que se reduzca el impuesto, pero es complicado y son grandes cantidades de dinero que el gobierno no quiere dejar de recibir.
Por ello, al frente del CMV promoverá que Sagarpa de más relevancia al sector vitivinícola para recibir apoyos que se dan a otros sectores del agro, que facilite acceso a mercados internacionales, que elimine la burocracia en trámites. Además se buscará promover el crecimiento de la oferta, la plantación de nuevos viñedos y el consumo del vino mexicano.
Los vinos mexicanos –afirmó– son de alta calidad y son competitivos, incluso han sido premiados con medallas de oro, plata y bronce en los concursos más importantes en el mundo, donde nos califican a la par de productos españoles, franceses o italianos.
El consumo per cápita en México es de 750 mililitros, bajo si se compara con 35 a 40 litros de países europeos como España, por lo que existe un gran potencial de crecimiento del mercado.
Daniel Milmo expuso que hay que generar una cultura de vino para que la gente no vea al vino como una bebida alcohólica para emborracharse, sino como un complemento alimenticio y que apoyen el producto nacional, que tiene la misma calidad o mejor que la ofrecida por vinos extranjeros.
“Sino nos ponemos a producir más vino van a venir los chilenos, argentinos o españa a capitalizar esas oportunidades de mercado, recalcó.
Daniel Milmo, quien forma parte de la quinta generación de la familia Madero, una dinastía en la industria vitivinícola nacional, sustituye a Luis Cetto Salazar y estará al frente del CMV hasta abril de 2017, con opción a un año más por reelección, de acuerdo a los nuevos estatutos del organismo.
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La agroindustria vitivinícola mexicana genera alrededor de 4.3 millones de jornales, y su generación se extiende en: Sonora, Baja California, Coahuila, Querétaro, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí y Chihuahua.
La AMV cuenta con 33 asociados, de los cuales 22 pertenecen al sector de industrialización de brandy, jugos y vino. Además, cuenta con 10 socios pertenecientes a uva de mesa y uva pasa, así como un socio de investigación.
