Biotecnologia

Descifran científicos del Cinvestav mapa genético de maíz

La secuenciación del genoma del maíz es, sin duda, uno de los hallazgos más relevantes en los últimos años de la ciencia mexicana, ya que los científicos del Langenbio lograron detectar genes involucrados con resistencia a enfermedades que dañan el cultivo, tolerancia a sequía, eficiencia en el uso de fertilizantes y productividad, los cuales que podrían ser patentados y beneficiar a los agricultores mexicanos.

Todos los avances científicos y tecnológicos en esta materia hoy en día tienen especial importancia a partir de que el maíz se convirtió en el “oro amarillo” por los altos costos que está alcanzando en el ámbito global. El valor comercial de la gramínea supera los 40 mil millones de dólares.

Sin embargo, el gobierno mexicano no ha dado a este hallazgo la importancia que tiene. El 6 de noviembre pasado el genoma sería presentado al ex presidente Vicente Fox, quien suspendió su gira donde se realizará el acto.

Los investigadores del Langebio sostuvieron reuniones con el equipo de transición de Felipe Calderón, quienes mostraron interés en apoyar la ciencia y la tecnología; empero la semana pasada se anunció que sería el secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas, quien recibiría los resultados de la secuenciación del genoma; el acto se suspendió de última hora. Los científicos quieren entregar el genoma del maíz al propio presidente.

La secuenciación del genoma del maíz coloca a México  en una posición importante en el ámbito mundial, ya que este proyecto es desarrollado por otros países y se ubica como el más importante después del genoma del humano, por ser un cultivo fundamental para la alimentación de millones de habitantes del planeta.

La secuenciación del genoma del maíz concluyó a principios de noviembre y tuvo un costo de 120 millones de pesos, cuyo financiamiento en su mayor parte procedió del gobierno federal, a través de la Secretaría de Agricultura.

Los investigadores del Langebio, del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) de Irapuato, descubrieron que el maíz que secuenciaron –un palomero muy antiguo— supera los 30 mil genes del ser humano, ya que tiene

53 mil genes.

Sin embargo, encontraron que la parte que especifica que contiene todas las instrucciones o brinda las características de la especie, representa apenas 7 por ciento de este genoma; el otro 93 por ciento son secuencias que se repiten muchas veces y cuyas funciones aún son sujetas de estudio.

En noviembre pasado, el director del Langebio, Luis Herrera Estrella, explicó a este reportero que la variedad secuenciada fue un maíz palomero muy antiguo y se eligió porque de él se derivan otros maíces que se usan comercialmente y por tener un genoma más pequeño respecto a variedades que se están secuenciando en Estados Unidos, unos dos mil millones de pares de bases contra 2,700 millones del que se investiga en la nación estadounidense.

Herrera Estrella, también miembro de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, hizo hincapié en que México es centro de origen y diversidad del cultivo, por lo tanto tenemos la mayor variabilidad genética en todo el mundo, lo cual nos da una ventaja comparativa respecto a otras naciones.

Nuestro país, paradójicamente, importa 10 millones de toneladas de maíz de otros países, principalmente Estados Unidos.

En territorio mexicano,  se calcula, existen alrededor de cinco mil diferentes tipos de maíces. El conocimiento del genoma del maíz —anotó Herrera Estrella— nos va permitir entender las diferencias que hay entre todas estas variantes que existen y poder utilizar las características distintas que tienen de adaptación al medio ambiente, forma de grano o color, para poder generar nuevas variedades que se adapten a usos específicos y que éstas sean más competitivas.

Herrera Estrella afirmó que se habían encontrado la función y utilidad de varios cientos de genes y se estaba en proceso de iniciar las patentes de algunos de ellos. Empero, la selección debe ser cuidadosa, porque el proceso de patentamiento es costoso.

Los científicos del Langebio coinciden en señalar que una vez que se obtiene el genoma de un maíz es más fácil hacer las comparaciones con otros maíces, porque en principio los genomas son más parecidos.

La secuenciación del genoma del maíz es un paso importante, sin embargo, el análisis de la información todavía continúa y llevará por lo menos un año. “Todavía falta la interpretación completa del libro, que es bastante compleja”, destacó Herrera Estrella.

Frente a la polémica generada por los maíces genéticamente modificados, el director del Langebio anota que la información que se deriva del genoma no sólo sirve para hacer transgénicos, sino que su impacto más importante es para los procesos de mejoramiento convencional, porque los fitomejoradores tendrán herramientas que les permitirán hacer procesos de mejoramiento más rápidos y efectivos. Añade que es posible hacer que los maíces acumulen cierto tipo de características sin llegar a la transgénesis.

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