Brasil visualiza a nuestro país como un socio estratégico en su carrera por consolidar el mercado de biocombustibles y convertirlos en un commodity en el mundo.
Reinhold Stephanes apuntó que México tiene condiciones geográficas y climáticas similares a las brasileñas, por lo que consideró que nuestro país podría convertirse en una potencia exportadora de estos insumos siempre y cuando pueda reactivar su campo, para lo cual ofreció a la nación mexicana la experiencia acumulada y el apoyo tecnológico en la producción de etanol.
“En agronegocios, Brasil ya no debe considerarse como un competidor para México; los dos países se necesitan para afrontar a competidores como Estados Unidos; lo que queremos es realizar un trabajo de cooperación mutua, con el fin de conformar un bloque poderoso que exporte a todo el mundo estos insumos”, subrayó Stephanes.
El ministro de agricultura de Brasil consideró que este trabajo no sólo debe encaminarse a la caña de azúcar, sino que la idea es extenderlo a todos los campos de los agronegocios (por ejemplo, café, soya y maíz), además de la producción de lácteos, porcinos y avícola, donde México tiene mucho potencial.
La caña de azúcar se produce en casi todo Brasil, ocupando cerca de 6 millones de hectáreas En la cosecha del periodo 2004-2005, este país produjo 416 millones de toneladas de caña, de las cuales 91 por ciento se destinaron al sector del azúcar-alcohol, donde produjo 26.5 millones de toneladas de azúcar y 15.200 millones de litros de alcohol. Lo anterior arroja exportaciones de 18 millones de toneladas de azúcar y 2.600 millones de litros de alcohol a todo el mundo, sostiene Reinhold Stephanes.
Juntos, azúcar y alcohol – continúa el funcionario – generaron más de 4 mil 700 millones de dólares en ingresos anuales de exportación para el país sudamericano.
“Sin embargo, las exportaciones tienden a crecer, pues el alcohol etílico tiene cada vez más demanda en todo el mundo, como una opción de combustible limpio y que se puede mezclar fácilmente con la gasolina. Como resultado de esa demanda, 40 nuevos ingenios deberán entrar en funcionamiento en Brasil en los próximos tres años. Con relación al azúcar, el objetivo es la reducción del proteccionismo mundial y de prácticas desleales de comercio, a fin de ampliar el acceso a terceros mercados.”
Algunos datos sobre la producción del Etanol en Brasil:
— El país tiene experiencia en el uso del alcohol como fuente alternativa de combustible desde la década de los treinta del siglo pasado.
— Brasil utiliza, actualmente, dos tipos de alcohol combustible: alcohol hidratado, para automóviles movidos por alcohol o del tipo flex fuel, que admiten el uso de más de un tipo de combustible; y el alcohol anhidro, usado como aditivo en la gasolina. La concentración actual de alcohol en la mezcla es del 25 por ciento.
— Los sectores público y privado de ese país están trabajando en sociedad para que el crecimiento del sector azucarero ocurra de manera equilibrada y ambientalmente correcta, generando oportunidades en todas las etapas de la cadena productiva y contribuir para el desarrollo sostenible de Brasil.
