Predominará maíz transgénico en EU

El especialista —reconocido por sus investigaciones de selección de proteínas y aceites— indicó que 95 por ciento de la soya sembrada en Estados Unidos es genéticamente modificada, con resistencia a herbicidas; en el caso del maíz se estima que arriba de 60 por ciento tiene resistencia transgénica para el barrenador y el gusano de raíz, otra parte es resistente a herbicidas.
John W. Dudley considera que los productos transgénicos son seguros y no presentan ningún riego para la salud, debido al proceso que deben seguir para poder ser autorizados. “Cada transgén es un caso diferente y tiene que pasar por un proceso regulatorio en Estados Unidos y es una fase que tiene un control y un costo de millones de dólares para que se examine, analice y se apruebe o no.”
El investigador matiza que sí puede haber un riesgo, pero es menor; pero cualquier producto transgénico tiene que valorarse, cada uno debe ser analizado, comprobarse que es seguro y no es dañino antes de ser introducido al mercado. En los estudios realizados se habla del riesgo-beneficio, y siempre puede haber un pequeño riesgo, explica.
Dudley destaca que gran parte de la población estadounidense acepta el producto transgénico, aunque siempre hay grupos pequeños que optan por no consumirlo e incluso prefieren los orgánicos. Los productores pueden ganar dinero con esos productos, pero será una porción de la sociedad la que decida consumirlos.
Para ejemplificar el grado de penetración de los transgénicos en Estados Unidos, el especialista expone que en un supermercado cualquier producto procesado tiene alguna contribución de soya, ya sea aceite o algún aditivo; la gente está consumiendo algo que procede de una parte transgénica y nadie ha muerto.
Otras herramientas de la biotecnología son los marcadores moleculares —que no tienen que ver con los transgénicos necesariamente—, y que se están utilizando para mejorar la eficiencia y eficacia del fitomejoramiento tradicional.
El enfoque es pragmático, señala Dudley, vamos a hacer lo necesario para lograr incrementar los rendimientos frente a factores limitantes bióticos —insectos, patógenos y malezas—, y abióticos —sequía y baja fertilidad del suelo.
El progreso en mejorar los rendimientos seguirá, resalta el especialista, quien agrega que tomando en cuenta el avance en mejoramiento de aceite y proteínas, si hubiera un avance semejante en rendimiento, éste se podría cuatriplicar, aunque sería un proceso lento —75 o 100 años— porque es más difícil ya que se alcanzan parámetros similares a los actuales.
Los avances se darán usando métodos convencionales, combinando biología molecular y manejo agronómico mejorado.
Producto indirecto de los trabajos del investigador, son los híbridos de alto contenido de aceite para uso pecuario que comercializa Cargill.
La investigación realizada acerca de la aplicación de genética cuantitativa para mejorar la eficiencia y eficacia de mejoradores es básica. Una aplicación específica que ha explorado tuvo como objetivo mejorar la resistencia a pudrición de tallo y enfermedades de la hoja.
Investigación hereditaria
Dudley, quien ha publicado cerca de 155 documentos y participado en el consejo editorial del Journal Crop Sciences, ha trabajado en un experimento que realmente inició en 1896, un experimento de selección en el largo plazo, que este año se ubica en la generación 107 de una sola población de maíz.
Los fitomejoradores se han dado cuenta de que hay más diversidad genética dentro de una población de lo que realmente pensaban en un principio. Este experimento se enfoca en el alto contenido de aceite y de proteínas.
En términos prácticos tienen familias de plantas con alto contenido de proteína y aceite y pueden usarlas para aprovechar los genes y transferirlos a otros materiales, mediante cruzas convencionales y también mediante transgénicos.
El problema —dice Dudley— es que tienen rendimientos muy bajos; sólo sirven como fuentes de genes para esas características y se pueden usar para cruzar con materiales con mejor adaptación y rendimientos, mejores características agronómicas, para incorporar el alto contenido de aceite o proteínas. Esto puede ser por polinización, con marcadores moleculares o ingeniería genética de transferencia directa. Esas características están regidas por muchos genes y no es tan sencillo manejarlos con ingeniería genética, no se trata sólo de transferir un gen y ya funcionan, aclara.
Fuente: imagenagropecuaria.com