Granos y Oleaginosas

Arranca Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos en Puebla

 

Las primeras acciones del Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos (PMMM), fueron identificar las zonas, parcelas y productores que aún cultivan semillas de maíces criollos en la sierra del estado de Puebla, para invitarlos a participar en la conservación in situ de dichos maíces y conformar las redes de custodios que velarán por la diversidad genética del maíz en toda la República.

 

El director general del PMMM, José Luis Herrera Ayala, mencionó que hasta el momento se tienen 88 custodios de maíces criollos en diversos municipios de Puebla a quienes está programado darles un “pago por servicios ambientales equivalentes a un Procampo”, para realizar los trabajos de conservación.

 

El proyecto de maíces mexicanos, que durará tres años, cuenta con un Consejo de Administración integrado por Monsanto, quien aportará siete millones de pesos por año; el gobierno del estado de Puebla, destinará un millón y medio de pesos por cada año; la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM),facilitará el equipo y la infraestructura en sus estados; y la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), pagará el sueldo de los 11 investigadores que participan en el proyecto, además de la donación de un terreno de aproximadamente dos hectáreas (con valor de ocho millones de pesos) para edificar el Banco de Germoplasma.

 

En entrevista con Imagen Agropecuaria, el ingeniero Herrera Ayala explicó que además de la conservación in situ, se tiene contemplado que cada una de las redes de custodios envíe una muestra de su maíz al Banco de Germoplasma -que se construye desde marzo pasado en la UAAN- para su conservación ex situ.

 

La labor de dicho Banco de Germoplasma consistirá en conservar y caracterizar cada una de las razas y criollos de maíz proporcionados por las redes de productores, para buscar su denominación de origen e impulsar su uso con fines industriales y alimenticios que permitan colocarlos en nichos de mercado especializados para darles un valor agregado. Con ello –enfatizó Herrera Ayala- “se busca que las organizaciones de custodios sean los principales beneficiados del uso de una raza o criollo de maíz”.

 

Respecto a los custodios, el investigador señaló que la idea es formar redes de conservación en cada uno de los estados (hasta el momento se tienen programados Puebla, Tlaxcala, Oaxaca y Estado de México) que a su vez conformen una red nacional, constituida formalmente ante la Reforma Agraria como una asociación de producción que recibirá apoyo técnico para mejorar su estructura productiva desde paquetes tecnológicos básicos para el desarrollo del cultivo de la raza hasta la mecanización, almacenamiento y comercialización de la misma.

 

Todo ello con la finalidad de que dicha asociación de productores, “sea reconocida por la sociedad mexicana y el gobierno federal, como la estructura formal que conserva la diversidad genética del maíz y reciba un presupuesto asignado desde el Congreso para la conservación”, apuntó.

 

Maíces mexicanos, pero también nuevas tecnologías

 

Cabe recordar que en la firma del convenio marco para la conformación del PMMM que se llevó a cabo en abril del año pasado entre la CNPAMM, la Confederación Nacional Campesina (CNC) y Monsanto, se indicó que el proyecto de maíces mexicanos también contemplaría acercar nuevas tecnologías en semilla a los productores de maíz en México.

 

Al respecto, el director de Desarrollo de Tecnologías y Asuntos Regulatorios Latinoamérica Norte de Monsanto, Jesús Eduardo Pérez Pico, reiteró la semana pasada que el organismo cenecista, que cuenta con 800 mil miembros, muchos en el norte del país, Sinaloa, Tamaulipas, además de Jalisco y Michoacán, considera que ante el deseo que tienen de mantenerse productivos y competitivos, necesita ofertar a su membresía la posibilidad de acceder a innovaciones tecnológicas, y también ayudar a las comunidades que han conservado el maíz por tantas generaciones a encontrar valor adicional en su cultivo para animarlos a mantenerlo, conservarlo y producir con mayor acceso a tecnología.

 

Durante la firma de dicho convenio, Jesús Madrazo Yris, presidente de Monsanto Latinoamérica Norte, mostró su satisfacción y apuntó que éste combina las metas de la empresa con la defensa de la riqueza cultural y de biodiversidad que quieren defender los productores de maíz mexicano”. Además indicó que éste tipo de acuerdos “facilita la disposición de los agricultores a tecnologías de mayor eficacia para incrementar rendimientos y bajar costos de producción con respecto al medio ambiente”.

 

En esa misma reunión, el dirigente de la CNC, Cruz López Aguilar celebró que la trasnacional estuviera interesada en estos temas, sin embargó, pidió a Madrazo Yris, presidente de la semillera, cumplir con dos aspectos pendientes y de interés para su organización: “En primer lugar tiene que trabajar en el desarrollo de materiales que combatan el hambre y la desnutrición, así como variedades resistentes a sequías, heladas y con mejoramiento proteico y, en segundo lugar, está pendiente la reducción en los costos de la producción de semilla y el acceso de los productores que menos tienen a los materiales desarrollados con alta tecnología”.

 

Lo tiene que hacer porque los costos de producción nos están matando; a los productores nacionales éstos nos dejan prácticamente sin utilidad y nos convertimos en trabajadores de las transnacionales”, comentó en su momento Cruz López.

 

En días pasados durante una conferencia de prensa, el presidente de la CNPAMM, Efraín García Bello habló sobre los avances del PMMM y afirmó que la mejor manera de conservar el maíz criollo no es en una vitrina o en un museo junto con el campesino, sino integrándolo a los circuitos de comercialización en nichos de especialidad.

 

Pero además refirió que como organización que también atiende a productores de maíz del norte de México, hace un llamado al gobierno para que se empiece a trabajar con las parcelas experimentales de maíz genéticamente modificado, para que así esos productores también puedan incursionar en los adelantos biotecnológicos.

 

La iniciativa del PMMM arrancó los trabajos de conservación en el estado de Puebla, por ser la región donde se halló el vestigio más antiguo del maíz y donde fueron identificadas desde hace 50 años, cinco razas distintas (arrocillo, pepitilla, chalqueño, toluqueño y cacahuacinte), Aunque la meta –expresó Herrera Ayala- es continuar con Tlaxcala, Oaxaca y Estado de México.

 

Por lo cual hizo una invitación a las instituciones para que se sumen al proyecto y aporten más recursos para asegurar la conservación del maíz a través de las redes de custodios en dichos estados. Agregando que “no basta criticar y decir que los maíces deben de conservarse, debe haber acciones concretas”.

 

 

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