Predominan intereses particulares en proyecto CNC-Monsanto
En entrevista con Imagen Agropecuaria, Jesús Axayácatl Cuevas Sánchez, curador del Banco Nacional de Germoplasma Vegetal (Bangev), ubicado en la Universidad Autónoma Chapingo (UACH), opinó que “en el Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos existen intereses particulares que pueden conducir al desperdicio de una infraestructura de materiales que ya existe en México a través de varios bancos de germoplasma”.
Pero acotó que como institución no tienen interés en participar en un esfuerzo “de esa naturaleza”, porque entre otras cosas ese es un trabajo que ya se ha realizado desde hace más de 20 años, pero también porque consideran que en ese proyecto existe un interés comercial, ya que -dice-“la gente de Monsanto sabe perfectamente lo que tenemos”.
En su oficina, junto al cuarto frío donde se conservan poco más de 18 mil 500 accesiones de germoplasma, el experto señaló que “si el interés de Monsanto fuera real, lo único que tendría que hacer sería apoyar el esfuerzo que hacen los investigadores, sin tener que crear desde cero una infraestructura que difícilmente podrá ser mantenida sin no se cuenta con el apoyo continuo por parte de ellos, porque una cosa es crear una instancia o un banco de germoplasma y otra es mantenerlo durante siglos”.
Conserva las semillas durante 150 años
El curador del Bangev, ubicado al interior del Departamento de Fitotecnia de la Uach, refirió que desde hace 30 años en ese lugar se conservan semillas de plantas con atributos que satisfacen las necesidades alimenticias, medicinales y de combustibles para la población nacional. Las cuales han sido colectadas durante todo ese tiempo por investigadores de 37 instituciones académicas (Uach, UNAM, IPN, UdeG entre otras) y estudiantes hijos de campesinos.
En México hay cinco instituciones que cuentan con al menos un cuarto frío en funcionamiento con el propósito de conservación de germoplasma: la Universidad Autónoma Antonio Narro en Coahuila (donde ya se construye el banco del Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos); la Universidad de Guadalajara, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), campus valle de México y Chapingo que tiene un banco en su centro regional de Oaxaca y dos en el campus Texcoco, uno de ellos es el Bangev, el cual es el único que cuenta con infraestructura para conservar los recursos hasta por 150 años.
En el banco nacional de germoplasma almacena semillas correspondientes a 128 familias botánicas -de las 304 que existen en México-, 238 géneros, 352 especies y 754 variantes específicas, en unos sobres especiales, con una humedad relativa de hasta 15 por ciento y una temperatura de menos 20 grados centígrados. Esta gran colección de materiales vegetales denominada Colección Núcleo tiene en su haber las 62 razas de maíz que existen actualmente en México y la colección más grande de semillas de jatrhopa curcas, la cual es empleada para la elaboración de biodiesel, con 600 accesiones.
Para acceder a cualquiera de éstos materiales se debe realizar una solicitud al Bangev y firmar un documento donde se establecen claramente las reglas de acceso, el cual dependerá del nivel de honestidad y definición de los objetivos de la investigación científica para la cual se requiere el material. “El documento establece que si se desea crear un producto de importancia comercial a partir de un material proporcionado por el banco de germoplasma se tendrán que compartir los beneficios económicos con el país al que sea solicitado”, aseguró Cuevas Sánchez.
Al respecto mencionó que por primera vez en el caso de jatrhopa curcas, investigadores ingleses podrían firmar un convenio en el que se establece por escrito que, el 10 por ciento de la comercialización de las variedades mejoradas obtenidas de dicha especie será destinado única y exclusivamente en beneficio de la comunidad totonaca Ecatlán, Puebla para que en ella se cree un vivero y banco de germoplasma en beneficio de la gente de la región.
Cabe señalar que los cuartos fríos son tan sólo un método de conservación pues existen otros que también constituyen verdaderos bancos de germoplasma como los jardínes botánicos, reservas de la biosfera, parcelas de productores, conservación in vitro, etc. ya que el germoplasma se refiere tanto a semillas como a esquejes, granos de polen, tejidos y plantas completas.
Por otra parte el especialista mencionó que mientras los investigadores de países como Brasil tienen todo el apoyo para realizar su trabajo de conservación e investigación, en México se sigue discutiendo la Ley para el acceso y conservación de los recursos fitogenéticos de México, una propuesta que fue entregada desde hace tres años al diputado Héctor Padilla Gutiérrez, actual presidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados, de la cual aún no se concreta nada.
Maíz transgénico, sólo si es prioritario para México
Cuestionado sobre el uso de maíz transgénico en nuestro país, Cuevas Sánchez, comentó que la tecnología de los transgénicos puede ser de utilidad “pero necesitamos ponernos de acuerdo en cuáles son las prioridades para crear transgénicos de maíz en México y estar muy claros de los riesgos a los que nos puede conducir su uso masivo”.
Explico que el maíz es una planta alógama, lo que significa que puede recibir información genética vía polen, por viento, por insectos o a través de los propios seres humanos, pudiendo contaminar con genes transgénicos una raza que con sacrificios fue mejorada por los campesinos.
“Si hablasen de un maíz transgénico resistente a sequía, lo pensaría y tal vez hasta lo aprobaría, pero uno resistente a herbicidas no, porque estos productos si bien son utilizados por algunos productores, no es un tema prioritario en México, sin embargo, las políticas de diversas empresas trasnacionales, no sólo de Monsanto, responden a sistemas de cultivo e intereses económicos distintos a la mayoría de los campesinos del país”, enfatizó.
Para conocer más sobre el Banco Nacional de Germoplasma Vegetal (Bangev) visite la siguiente dirección:
