Sembrar maíz transgénico en México un sinsentido
En el foro “De Quetzalcóatl a los transgénicos: Ciencia y Cultura del maíz en México”, la especialista en genética molecular, desarrollo y evolución de las plantas, Elena Álvarez Buylla, señaló que la tecnología utilizada para la creación de los primeros transgénicos se basa en un paradigma científico ya superado, que además implica incertidumbre, riesgo, pero sobre todo peligros reales para la cadena alimenticia del maíz si éste cultivo básico para los mexicanos se llegara a utilizar como biorreactor para la elaboración de antibióticos, anticoagulantes, vacunas y plásticos.
Durante el evento organizado por el gobierno capitalino a través del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal (ICyTDF) en colaboración con la UACM, aseguró que la promesa de que los transgénicos aumentan los rendimientos y disminuyen el uso de agrotóxicos es una falacia, pues investigadores americanos con datos recopilados en el cinturón de maíz de los Estados Unidos, muestran que las ganancias en rendimientos obtenidas por introducción de variedades híbridas fueron significativas en comparación a las obtenidas con la introducción de maíces transgénicos en particular del Bt.
En cuanto a la reducción en el uso de agroquímicos, remarcó que existen maíces tolerantes a herbicidas que son más susceptibles a la presencia de plagas, lo que ha llevado a un mayor uso de plaguicidas pues en Estados Unidos se han presentado casos de resistencia.
La investigadora del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consideró que el gobierno mexicano tendría que estar preocupado por defender por encima de intereses particulares, los intereses públicos y ambientales de nuestro país. Y opinó que “la única medida aceptable científica, económica y socialmente en términos de protección al maíz es una moratoria y un extrañamiento para que no se use como biorreactor”.
Riego innecesario
Por su parte, el biotecnólogo José Antonio Serratos Hernández, catedrático de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), indicó que no hay investigación suficiente y concreta para determinar si los transgénicos provocan daños a la salud o para medir el riesgo que podrían tener en el medio ambiente.
Sin embargo, agregó, “las hipótesis apuntan a que no tiene sentido utilizar maíces transgénicos en nuestro país cuando existen muchas otras tecnologías que pueden solucionar los problemas de producción, incluso existen algunas razas nativas que logran rendimientos muy por encima o similares a los que se pueden lograr con maíces híbridos y transgénicos, por lo que no es necesario involucrarse en una cuestión de riesgo cuando todavía hay muchas incertidumbres por resolver”.
Respecto al tema, Antonio Turrent Fernández, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), refirió que algunos consorcios trasnacionales están programando entre sus planes corporativos sembrar maíz transgénico en nuestro país que es centro de origen.
“Lo que da pánico es que si lo logran eso va a tener un impacto increíble sobre las 59 razas de maíz que existen y que son manejadas por 62 grupos étnicos y mestizos; porque siendo la tecnología de ADN recombinante aún inmadura no se puede controlar la ubicación del inserto transgénico, lo que va a conducir a que los maíces nativos sean receptores de basura transgénica que se acumulará en ellos con el riesgo de que con el tiempo se afecte su biodiversidad”.
