Invernaderos y Riego

Fructifica asociación ejidatarios-empresarios en invernaderos de NL

La agricultura protegida sobre todo en regiones marginadas del país es una solución para atacar la pobreza, incrementar los ingresos de productores e incentivar la creación de empresarios y empleo.

En Nuevo León existe una experiencia en este sentido, que es el Tecno-Parque Hortícola FIDESUR-Sandia, el cual inició su operación en marzo del año pasado con 55 invernaderos propiedad del mismo número de ejidatarios,

asociados con doce empresarios de la entidad.

Marco Antonio González Valdez, director general  del Fideicomiso para el Desarrollo del Sur del Estado de Nuevo León (Fidesur) comenta que “se ha encontrado un mecanismo innovador para impulsar la región más marginada de nuestro estado, para poder crear fuentes de empleo y al mismo tiempo futuros empresarios, se tiene la vertiente social y empresarial”.

En este proyecto se están invirtiendo más de 110 millones y en la tercera etapa cerca se llegará a 150 millones. Este año se van a generar más de 300 empleos directos y más de 400 indirectos. Ya son 80 empresarios del sur que están dentro del proyecto.

En su primer ciclo se logró cosechar más de 3 mil 500 toneladas. Hubo productores que lograron rendimientos por arriba de 70 toneladas por invernadero –de 250 mil metros cuadrados– y el productor que menos sacó llegó a 51 toneladas, apunta González Valdez.

El complejo cuenta con una empresa integradora que se llama Productores del Sur de Nuevo León SA de CV que es la que compra y vende. Tiene un Centro de Empaque donde se acopia la producción del total de los invernaderos y su capacidad es de 60 toneladas de la hortaliza empacadas por día.

El cultivo se desarrolla abril a junio y se espera comercializar de julio a diciembre.

El proyecto fue impulsado por el gobierno del estado de Nuevo león, ubicado en la localidad de Sandia El Grande, municipio de Aramberri en Nuevo León, a unos 240 km del área metropolitana de Monterrey.

La inversión en 2008 en la primera etapa fue de 80 millones de pesos, que fueron recursos aportados por Alianza para el Campo y Fidesur. Este último financió la aportación de los agricultores con la condición que una vez que saliera el crédito a través de FIRA, el dinero se les rembolsaría.

Las tierras son del gobierno y éste se las pasara a los productores a través de un comodato, en un contrato de dominio real de superficie donde se beneficia a ejidatarios e hijos de ejidatarios que no tienen tierra.

Además, se contrataron ocho técnicos que viven de manera permanente en el parque.

La experiencia se presentó en el Noveno Foro del SIAP, "Crisis económica global, riesgos y oportunidades para el sector agroalimentario", realizado los días 24 y 25 de marzo pasado.

 

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