Conagua intensifica medidas para evitar derrames en presas
Con el objeto de proteger a la población y sus bienes de posibles inundaciones en esta época de lluvias, el gobierno federal, a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), implementa una estrategia para sostener capacidad de almacenamiento para recibir las crecientes en las presas del sistema hidrológico Cutzamala y las cuencas de los ríos Yaqui, Grijalva-Usumacinta, Alto Lerma y Bravo.
Esta estrategia consiste en aumentar el gasto que sedestina a algunas regiones, así como en realizar extracciones adicionales, entre otras acciones paulatinas, con lo que se evitan derrames, incrementos abruptos y excesivos en los cauces, en tanto que se conserva el nivel necesario para cumplir con los requerimientos ordinarios.
En el Sistema Cutzamala se realizó un ajuste en los niveles de agua que entrega a la zona Metropolitana, con lo que las presas El Bosque, Villa Victoria y Valle de Bravo se encuentran en 32, 56 y 78% de su capacidad, respectivamente, lo que indica bajas probabilidades de derrames.
En la Cuenca del río Yaqui ya se logró tener espacio de almacenamiento para recibir las mayores crecientes del año, que ocurren en agosto y septiembre. Actualmente la presa Álvaro Obregón esta en 83%, mientras que la Plutarco Elías Calles se ubica en 80% y la Angostura en 100 por ciento.
El estado de seguridad logrado en el río Yaqui se logró a través de extracciones controladas ejecutadas en mayo y en la primera quincena de junio.
En la Cuenca del río Grijalva-Usumacinta, la presa Angostura Chiapas está a 70% del nivel de almacenamiento, Chicoasén está a 100%, mientras que Netzahualcóyotl y Peñitas registran un llenado de 65 y 92%, respectivamente.
Ante esto, el 4 de Junio se incrementó la extracción en la Presa Peñitas de 450 m3/s a 600 m3/s y se planea continuar con esta tendencia hasta llevarla a niveles que no provoquen afectaciones en la planicie baja, con lo cual se logrará tener espacio suficiente para recibir las crecientes de septiembre y octubre.
Las presas pertenecientes a la Cuenca del río Alto Lerma, Tepuxtepec y Solís, se encuentran a 67 y 78% de su capacidad, logrando con ello recuperar niveles seguros después de que las presas almacenaron las crecientes ocurridas en febrero.
Al día de hoy la presa Tepuxtepec extrae 36 m3/s y la Presa Solís 65 m3/s para continuar conservando los niveles alcanzados al día de hoy. De esta manera se redujo la necesidad de realizar extracciones superiores a los 100 m3/s aguas abajo de la presa Solís, con lo que se evitan inundaciones.
Las presas de la Cuenca del río Bravo también registran altos niveles de almacenamiento: la presa Luis L. León se encuentra a 95% de su capacidad, mientras que la Amistad está a 93%, Falcón a 62%, El Cuchillo a 107% y Marte R. Gómez a 59% del total de llenado. El proceso de extraer oportunamente los volúmenes ganados durante las crecientes que ocurrieron en abril aún está en proceso.
Luego de diversos análisis, se determinó que se requiere transvasar 100 mil metros cúbicos de la Presa la Amistad hacia la presa Falcón, a fin de evitar perder agua bajo las condiciones del tratado de 1944 con los Estados Unidos y hacer espacio para recibir los excedentes de la presa Luis L. León, en caso de ser necesario.
Para los excedentes que pudieran registrarse en la presa el Cuchillo, se tiene margen suficiente en la Presa Marte R. Gómez, lo que minimiza los riesgos de inundaciones.
Adicionalmente se realizan otros análisis para conocer las probabilidades de que en junio se requiera realizar transvases para incrementar los espacios de recepción de crecientes, reducir las probabilidades de derrame y no perder agua aprovechable en la temporada de estiaje 2011.
Cabe señalar que el fenómeno del Niño no sólo provocó un estiaje con precipitaciones por arriba de la media, sino que al convertirse en La Niña, se espera que provoque una temporada de lluvias con alto potencial de precipitación, como ocurrió en 1998 y 2005.
Esto incrementa aún más la importancia de que la Conagua implemente este tipo de estrategias para disminuir los riesgos de derrame en las presas, así como de inundaciones en las poblaciones vecinas, al tiempo que garantice que en la época de estiaje se cuente con el agua suficiente para satisfacer las necesidades de la población.
Fuente: Conagua