Sanidad

Afecta broca 25% de la cafeticultura mexicana

México produce alrededor de 3 millones 500 mil sacos anuales del aromático, de muy buena calidad, sin embargo, la presencia de plagas como la broca, que afecta a 25 por ciento de la producción nacional, le resta calidad y valor al café mexicano.

Lo anterior resulta preocupante, sobre todo en un escenario de buenos precios del café en el mercado internacional, que oscilan entre los 2.5 y 3 dólares por libra.

En entrevista con Imagen Agropecuaria, Alfredo Moisés Ceja señala que las plagas siempre han existido en los cafetales mexicanos y se trabaja para combatirlas y erradicarlas; pero hoy día tenemos el problema de la broca, un insecto muy pequeño que perfora y se come el grano del café, esto hace que baje la calidad del grano.

“El campo mexicano para la producción de café no está sano, tenemos brocado cerca del 25 por ciento del café”, advierte. La presencia de esta plaga incide en la calidad del café mexicano, “siendo que nuestro café es uno de los mejores del mundo,” asegura.

Apunta que a pesar de que contamos con varios métodos para combatir la broca, es necesario que las autoridades correspondientes como el Servicio Nacional Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), hagan una campaña exhaustiva de combate a la plaga.

Momento de mantener calidad

Por otro lado, anota que el consumo de café creció en todo el mundo. Hace cinco años en México se consumían cerca de 900 mil sacos y en la actualidad un millón 200 mil sacos, es decir, 35 por ciento más.

Es por esta razón –añade– que las exportaciones de café mexicano han disminuido. No obstante, se siguen comercializando 3 millones 200 mil sacos –de 69 kilos cada uno–, en el mercado internacional, principalmente en los Estados Unidos, quienes compran 70 por ciento del volumen producido; otro 30 por ciento se envía a los mercados europeo y japonés.

El empresario destaca que los altos precios internacionales del aromático hacen que este sea un buen momento para producir café. Pero no para abrir nuevas áreas de plantación de cafetales, eso sería equivocado; ya que cuando los productores que decidan entrar el día de hoy a este negocio, tardarán cerca de cinco años para obtener una cosecha de calidad. Van a llegar tarde, porque es muy probable que el mercado retome su curso y los precios caigan como hace 20 años. En ese escenario su producción deterioraría más los precios.

No es el momento de abrir nuevas plantaciones, consideró Alfredo Moisés, sino de mantener las que tenemos en buen estado, produciendo café de excelente calidad. Para ello, se requiere de hacer los trabajos necesarios en el campo, como la renovación de los cafetales, la entrega a tiempo de los apoyos gubernamentales para la producción y el combate adecuado de las plagas y enfermedades del cultivo.

El programa de renovación de cafetales que tiene en operación más de dos años, considera el empresario, no ha arrojado los resultados que se esperaban. Se requiere de un grupo de asistencia técnica especializado, que haga bien las cosas, que lleve a cabo un levantamiento de información pormenorizado de cada una de las parcelas de todo el país, que nos permita conocer las variedades de plantas que se deben sembrar en cada región. “No se trata de hacer un programa de ese tipo, nada más porque sí,” subraya.

Nuevas plantas de café ayudarían a incrementar el volumen de la producción y a mejorar sensiblemente la calidad del aromático, pero es un proceso que lleva tiempo y mucho trabajo.

De acuerdo con datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) del a Sagarpa en 2010, la superficie sembrada de café es de 812 mil 657 hectáreas.

México ocupa el décimo lugar en la producción de café a nivel mundial, con un volumen de 3 millones 500 mil sacos anuales, pero hace 20 años se ubicó en el cuarto puesto. La disminución se debió, básicamente, al abandono de las plantaciones de café, a la falta de tecnología en el campo y los malos precios que hubo en el sector café durante dos décadas. Previo a la devaluación del producto, se producían en el país alrededor de 6 millones de sacos.

El repunte en el valor del producto es un aliciente para incrementar la producción, aunque eso no significa que podamos volver a generar los 6 millones de sacos de aquellos tiempos de la noche a la mañana, ese objetivo nos llevaría entre tres y cinco años, proyecta Alfredo Moisés.

Puesto que muchos de los espacios que dejaron de producir el grano, fueron reconvertidos; algunos cafetales en Veracruz se fueron a caña de azúcar, otros en Chiapas, Puebla y Oaxaca se convirtieron en forestales. Difícilmente podremos, en menos de cinco años, recuperar el cuarto lugar mundial en producción, lamenta.

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Broca del café

La Broca del Café (Hypothenemus hampei) es considerada como la plaga más importante del café, tanto en México como en la mayoría de los países productores. Esta plaga ataca directamente al fruto y produce pérdidas considerables al afectar tanto el peso  como la calidad del grano de café. Las pérdidas ocasionadas por esta plaga pueden llegar a ser de hasta un 80% en infestaciones severas.

La Broca del Café es una plaga originaria de Uganda, de donde se dispersó al resto de los países cafetaleros de África, Asia y América; se cree que en América llegó primero a  Brasil en 1913, de ahí pasó a Perú en 1962, Centroamérica en 1971, Ecuador y Colombia en 1988. En México se le encontró por primera vez en el estado de Chiapas en el año de 1978.

A partir de su llegada al país, la broca se dispersó rápidamente en las áreas productoras de  café.  Se  cree  que el principal medio de dispersión de la plaga fue por medio de la  costalera que se usa para la cosecha, almacenamiento y transporte del grano.

Fuente: INIFAP

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