Cuesta desnutrición 5% del PIB mundial: FAO
Esto aunado a efectos a la salud y calidad de vida de las personas generados por malnutrición y obesidad.
El costo de la desnutrición para la economía mundial en pérdida de productividad y gastos de atención sanitaria es “inaceptablemente alto” y podría alcanzar hasta 5 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial, es decir, 3.5 billones de dólares estadounidenses, equivalentes a 500 dólares por persona. Casi la cifra del PIB anual de Alemania, la mayor economía de Europa.
En términos sociales, la desnutrición infantil y materna siguen reduciendo la calidad de vida y la esperanza de vida de millones de personas, mientras que los problemas de salud asociados a la obesidad, -como las enfermedades cardíaca y diabetes-, afectan a millones más.
En una declaración grabada con motivo del lanzamiento de la publicación anual de la FAO El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA 2013, por sus siglas en inglés), el director general de FAO, José Graziano da Silva, pidió un decidido esfuerzo para erradicar tanto la malnutrición como el hambre en el mundo.
Afirmó que aunque el mundo ha registrado un cierto progreso frente al hambre -una de las formas de malnutrición-, todavía queda “un largo camino por delante”.
El informe, que lleva por título Sistemas alimentarios para una mejor nutrición, indica que aunque todavía cerca de 870 millones de personas pasaban hambre en el mundo en 2010-2012, son tan solo una parte de los miles de millones de personas cuya salud, bienestar y vida se ven malogradas por la malnutrición.
Hay 2 000 millones de personas que sufren de una o más deficiencias de micronutrientes, mientras que 1 400 millones tienen sobrepeso, de los cuales 500 millones son obesos, según el SOFA. Un 26 por ciento de todos los niños menores de cinco años sufren retraso del crecimiento y el 31 por ciento sufre de deficiencia de vitamina A.
Malnutrición en América Latina y el Caribe
Según el Representante Regional de la FAO, Raúl Benítez, la región debe mejorar sus sistemas alimentarios y convertir a la nutrición en una de sus prioridades de desarrollo.
Para combatir la malnutrición, el SOFA señala que una alimentación sana y una buena nutrición debe comenzar con la alimentación y la agricultura. La forma en que cultivamos, criamos, procesamos, transportamos y distribuimos los alimentos influye en lo que comemos, según el informe, señalando que la mejora de los sistemas alimentarios puede hacer que los alimentos sean más asequibles, variados y nutritivos.
“La experiencia de países con estrategias de nutrición exitosas, tales como Brasil y Perú, muestran que se requiere un fuerte compromiso y liderazgo político para alcanzar el éxito”, explicó Benítez.
El SOFA señala que en Brasil la formulación y adopción de las políticas nutricionales está coordinado por un sistema compuesto por 17 ministerios y liderado por el Presidente. La sociedad civil también juega un rol clave a través del Consejo Nacional de Seguridad alimentaria y Nutricional.
En Perú, la reducción de la malnutrición se debió en parte al crecimiento económico, pero más aún a la coordinación mejorada de estructuras y mecanismos nacionales, mayor gasto público y privado en programas nutricionales y la alineación de los programas sociales bajo la estrategia nacional de nutrición.
Las recomendaciones específicas para actuar que incluye el informe son:
• Uso de políticas, inversión e investigación agrícola adecuadas para aumentar la productividad, no sólo de cereales básicos como maíz, arroz y trigo, sino también de legumbres, carne, leche, verduras y frutas, todos ellos ricos en nutrientes.
• Cortar las pérdidas y el desperdicio de alimentos, que en la actualidad ascienden a un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano cada año. Eso podría ayudar a que hubiera más alimentos disponibles y asequibles, así como reducir la presión sobre la tierra y otros recursos.
• Mejorar el rendimiento nutricional de las cadenas de suministro, mejorar la disponibilidad y accesibilidad de una amplia diversidad de alimentos. Los sistemas alimentarios correctamente organizados son clave para dietas más diversificadas y saludables.
• Ayudar a los consumidores a tomar buenas decisiones alimentarias para una mejor nutrición a través de la educación, la información y otras acciones.
• Mejorar la calidad nutricional de los alimentos mediante el enriquecimiento y la reformulación.
• Hacer que los sistemas alimentarios estén más atentos a las necesidades de las madres y los niños pequeños. La desnutrición durante los críticos ‘primeros 1000 días’ desde la concepción puede causar un daño permanente a la salud de las mujeres y trastornos físicos y cognitivos de por vida en los niños.
Fuente: FAO