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La cosecha de la ira

 

Fernando Celis Callejas*

Crece el enojo entre los productores de café conforme se acerca el inicio de la cosecha del ciclo 2012-13. En algunos poblados de Veracruz ya hay maduración de café, los productores hacen cuentas y estiman que por sus cafés iniciales se pagarán no más de 3 pesos el kilo de cereza y hacia el centro de cosecha, si permanecen las condiciones actuales, llegará a unos 4.20 pesos el kilo.

Lo anterior es muy bajo si se compara con los precios de las últimas cosechas, cuando en la región cafetalera de Coatepec, en la cosecha 2010-11 el promedio de pago de un kilo de cereza fue de alrededor de 11.50 pesos; mientras que en el período 2011-12 fue en promedio de 9.50 pesos y en la el ciclo 2012-13 de 6.50 pesos por kilo de cereza.

En la actualidad los precios de un quintal de pergamino se colocan en alrededor de mil 250 pesos cuando los productores en el centro de Veracruz estiman que un precio remunerativo sería de cuando menos 2 mil 200 pesos.

Hoy, los productores ven como su café es muy apreciado en el mundo y otros compradores estarían dispuestos a pagar más; pero la situación de funcionamiento del mercado lo impide; los grandes compradores de café en México y en el mundo, NESTLE AMSA (ECOM), CALIFORNIA (NEUMANN) OLAM y DREYFUSS, utilizan los precios en la Bolsa del café de Nueva York de referencia; pero ésta ya no obedece a la dinámica del mercado del café y en vez de dar certidumbre en los precios, es la mayor fuente de incertidumbre. Está dominada por capitales especulativos que se mueven en los Estados Unidos y que ahora se retiran de los mercados accionarios y de materias primas, como el café, en una especie de chantaje ante las posibilidades de que en septiembre se retire o disminuya la inyección de recursos públicos a los mercados financieros.

En este escenario, durante agosto en la Bolsa del café de Nueva York disminuyeron unos 20 mil contratos y, en la última quincena, se liquidaron más de 80 mil contratos en la posición septiembre para pasar a otras posiciones, generando una avalancha de ventas que disminuyeron aún más los precios.

Además desde organismos financieros y reportes especializados se señala que hay una “inundación de café” y excesiva oferta; cuando no es así, dado que después de varios años de menor producción que consumo, es hasta este ciclo 2012-13 que la producción es mayor en 6 millones de sacos que el consumo, y para el ciclo 2013-14 la producción será casi igual que el consumo. Aun cuando aumentaran los inventarios, a fines de este ciclo llegarán a unos 34 millones de sacos en el ámbito mundial, que siguen siendo bajos; poco más del 20 por ciento del consumo del orbe.

Los problemas se agravan por la manera en cómo funciona la comercialización de café en México; el café mexicano se exporta, en promedio, a unos 15 dólares menos por quintal que países como Colombia, Costa Rica y Guatemala, los grandes compradores aplican más dólares por gastos de comercialización y utilidades que en otros países, hay fuertes diferencias de precios en las regiones cafetaleras y por si fuera poco las crecientes importaciones de café robusta de menor precio impactan a la baja los precios internos de los desmanches y cafés naturales, y desplazan en el consumo nacional parte importante de los cafés nacionales.

Ante esta situación los productores de café a nivel nacional están demandando un monto de mil 800 millones de pesos en apoyos fiscales para compensación parcial de sus pérdidas y un poco más de certidumbre para levantar la cosecha y también que se tienda a una regulación del mercado interno y medidas a nivel internacional, que contrapesen la excesiva especulación.

Los cafeticultores llevan meses presentando sus propuestas a la Sagarpa, alertando también de la crisis social que puede darse en las regiones cafetaleras; el gobierno federal no reacciona, desde Hacienda el secretario Videgaray, además de su pésimo manejo de las políticas económicas internas y de la aplicación del presupuesto público, está más preocupado por entregar las ganancias de PEMEX a sus amigos y protectores; la Secretaria de Agricultura funciona más como un amasijo de feudos de funcionarios que obedecen más a los intereses de las distintas facciones priistas, más atentos a sus disputas internas y al manejo discrecional de recursos, que a atender la creciente crisis en el campo que ya se refleja en la fuerte baja de empleos en este sector y que es impresionante en Veracruz.

¿Hasta dónde llegara la ira de los productores de café? ¿Hasta cuándo la inacción, la ineficacia y el predominio de los grupos de interés en el gobierno federal?

*Asesor general de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (Cnoc)


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