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Campo mexicano sin estrategia

Los programas siguen siendo contradictorios entre sí y cada dependencia trabaja por su cuenta: experto.

La política pública para el campo carece de una estrategia y el Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable (PECDRS) sigue siendo una suma de programas que se contradicen uno a otro, hay una inercia muy grande, y cada secretaría sigue trabajando por su cuenta, afirmó el especialista Luis Gómez Oliver.

El profesor titular de la Facultad de Economía de la UNAM y hasta hace poco colaborador de la representación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (por sus siglas en inglés FAO) en México, expuso que incluso algunos programas fueron generados por un diputado o un director de alguna institución, por lo que no obedecen a una estrategia de conjunto que sea consensuada y de largo plazo.

Durante una entrevista con www.imagenagropecuaria.com, el especialista, quien también ha colaborado en la CEPAL como experto en Economía Agrícola, apuntó que si el presupuesto para el campo se gastara bien podría cambiar, en gran medida, la situación de todos los agricultores mexicanos.

Gómez Oliver explicó que una estrategia da una directriz de hacia dónde vamos e implica una estrategia real que define cuáles serán las acciones para llegar a un objetivo, pero en las políticas para el campo en México, “la estrategia no existe”.

El también ingeniero agrónomo por la Universidad de Chapingo y doctor en Economía por la Universidad de Grenoble, Francia, comentó que lo que se ha hecho hasta ahora es ver qué programas tiene cada secretaría, los juntamos y es el Programa Especial Concurrente, cuyos componentes se contradicen, porque cada uno se definió en forma independiente y cada secretaría sigue trabajando por su cuenta.

No obstante, reconoció que en lo que va de la presente administración federal se ha avanzado en reformas estructurales muy importantes, que tienen una “gran trascendencia”; lo que se ha hecho en financiamiento para el campo tiene su valor y en Oportunidades relativamente se observa un cambio menor, pero estos cambios significan avances.

Sin embargo, matizó, “se habló de una reforma del campo y esa no está y es una tarea pendiente de este gobierno”.

Inercia para el campo

Luego presentar su ponencia Políticas Agrícolas hacia el Pequeño Agricultor, en un foro organizado por el FIRA a finales de octubre, Gómez Oliver consideró que falta mucho por avanzar porque hay una “inercia muy grande” con los programas, sigue existiendo un conjunto de apoyos de fomento productivo agropecuarios y se estima que 75 por ciento de éstos llegan a los grandes agricultores.

La visión actual de política para el campo está concentrando los apoyos hacia los grandes empresarios agrícolas y en México tenemos una agricultura dual de agricultores grandes y chicos. Se dice que hay que apoyar éstos últimos, donde a su vez hay dos categorías muy diferentes, por una parte 3.5 millones campesinos de autoconsumo, donde muchos no tienen tierra, producen en su patio, pero enfrentan una situación intolerable de pobreza.

En el caso de estos campesinos, resaltó, la solución no es propiamente agropecuaria, sino está en otras actividades complementarias, que son mucho más productivas, es decir, el empleo no agrícola, asalariado o autoempleo, el turismo o la elaboración y comercio de artesanías.

Dentro de estos pequeños agricultores, detalló, hay otro millón de unidades con potencial de desarrollo, quienes no producen más porque no pueden vender mejor ni tienen cómo almacenarlo. Se dice, vamos a apoyar a esos productores con tecnología para que produzcan, pero y lo que se necesita es apoyar la comercialización, no la producción, “mientras no tengan acceso a esos mercados no van a gastar más en tecnología”.

Lo que se requiere es invertir en infraestructura, servicios comerciales, crédito para la comercialización, crear posibilidad de pignoración y poder dar la cosecha como garantía, que asegure que esto permitirá un flujo de activos continúo, “y eso no se resuelve mandando un extensionista a que les diga que tecnología deben de usar”.

Destacó que todos los sectores, empresarial, de subsistencia o de agricultura familiar, son muy importantes, pero hay que atenderlos con una política integral y diferenciada y, por ahora, no la hay.

La Reforma para el campo, subrayó, debería de decir vamos a basarnos en una política a largo plazo compartida, consensuada con productores, intermediarios, grandes empresas y vamos a ver hacia dónde vamos en el largo plazo y hacer programas diferenciados.

Luis Gómez comentó que a toda la población pobre del medio rural se le dan programas de beneficio social, lo cual está muy bien; pero son programas de alivio, no de erradicación o eliminación de la pobreza, los cuales deben ser complementados con programas que fomenten capacidades autónomas de generación de ingresos y eso no está ocurriendo.

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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