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Lucha contra pobreza sin resultados si no hay crecimiento económico: FAO

ENTREVISTA EXCLUSIVA Un proceso como el de la Cruzada nacional contra el hambre “es casi una revolución social”, implica redistribución del ingreso y reducir la desigualdad: Nuria Urquía, representante de FAO en México.

La lucha contra la pobreza no tendrá resultados si no hay crecimiento económico, expresó la representante de la FAO en México, Nuria Urquía Fernández, quien sentenció que un proceso como la Cruzada nacional contra el hambre “es casi una revolución social”, porque implica una redistribución del ingreso para todos los sectores, la disminución de la desigualdad y un cambio de mentalidad de las personas.

En entrevista con www.imagenagropecuaria.com expuso que el impacto de dicho programa, siendo realistas, va a tardar, sobre todo “si pensamos que la Cruzada tiene una cobertura en 400 municipios, muy pequeña todavía; si queremos conseguir algo tenemos que esperar, no va a ser algo de hoy para mañana, ni para uno o dos años”.

Proyectó que el programa se juzgará por la transferencia y el uso que se hará de los fondos de que dispone; tenemos que pensar en dejar instalados los procesos, si conseguimos de verdad que éstos sean transparentes y que haya un empoderamiento de la Cruzada a niveles estatal, municipal y de la sociedad civil, ese va a ser un gran éxito. Luego los resultados lo vamos a ver en tres, cuatro o cinco años.

La representante de la FAO aceptó que todavía no se ha dado una incidencia de la Cruzada en “focos rojos”, como zonas indígenas, pero consideró que se están creando los mecanismos y matizó que no podemos pensar que la falta de acción de dicho programa es culpable de esto cuando tenemos un país que ha crecido al 1.2 por ciento, con una inflación de más del 3 por ciento, donde el salario mínimo ha crecido menos que ésta, y donde el costo de la canasta básica esta aumentado y cada vez hay menos dinero para comprar algo que no sea comida.

Resaltó que esta situación afecta primero a los estractos de alta y muy alta marginación, porque cuando el margen de compra es muy estrecho, 1 o 2 por ciento del costo de alimentos significa que, a lo mejor, un día no van a comer.

Impacto del PESA importantes, pero reducidos

La representante de FAO hizo referencia a que el Programa Estratégico de Seguridad Alimentaria (PESA) –que impulsa el organismo y atiende 256 municipios que están la Cruzada– opera desde hace seis años y aunque los impactos que ha tenido son importantes, también son reducidos, dado que la población objetivo a atender es de un millón de familias de alta y muy alta marginación, de las cuales atendemos a 230 mil familias, es decir 30 por ciento de dicho universo.

Para el presente año, el PESA incidirá en 10 mil comunidades y mil municipios, “pero no somos un programa de extensionismo de zona marginada con impacto global”; para serlo debemos crecer tres veces más.

Al preguntarle sobre si aún no existen indicadores que muestren que la Cruzada ya está dando resultados, Nuria Urquía apuntó que si se habla de procesos éstos se están dando, instalación de comités o el empoderamiento a nivel local. La gente busca éxito rápido, pero son zonas de muy alta marginación, donde los resultados seguramente los vas a ver en sus hijos, porque son cambios de situaciones históricas.

La representante del organismo internacional en México subrayó que sino hay crecimiento económico no puede haber resultados en el combate contra la pobreza. En situaciones de crisis los programas sociales inciden en que las cosas no empeoren, en dar una posibilidad de desarrollo a la población; cuando el crecimiento económico apoya, los resultados son más rápidos.

Por ejemplo, cuando en 2008 se presentó la crisis en Estados Unidos disminuyeron las remesas, que son 40 por ciento de ingreso de algunas familias de zonas marginadas, la situación mostró situaciones dramáticas. Advirtió que para este año se prevé que éstas volverán a disminuir.

Cuidado con crear zonas de tensión social

Durante la conversación, Urquía Fernández llamó la atención sobre el hecho que dentro de la propia Cruzada han encontrado ejemplos no representativos, pero sí simbólicos de que empiezan a canalizar muchos recursos en una zona y esto genera desinterés de trabajar en el campo. “Hay que tener un poco de cuidado de no convertir los lugares piloto en panaceas de recursos, que no se están convirtiendo en verdaderos polos de desarrollo, porque mientras están los recursos la gente está muy bien; pero qué va a pasar después”.

Hay que crear –aseveró– el ambiente habilitante, que generará desarrollo económico; pero no a base de recurso directo, porque eso crea mucho dependencia y no es un motor, es solo un bálsamo, que reduce la tensión social, pero no crea las condiciones para los próximos cinco años.

También hay que tener mucho cuidado en excluir zonas que son de alta marginación, porque en la Cruzada se han escogido municipios, pero no todas están en zonas marginadas, pero hay otras que son marginadas y no están en el programa, aunque en una segunda fase se unan. Hay que pensar qué representa para habitantes de una comunidad marginada ver como una población no marginada, pero que está en un municipio de la Cruzada, recibe apoyos y ellos no.

“Si olvidas el enfoque de territorio de la población y te concentras simplemente en datos estadísticos, estas creando zonas de tensión social donde antes no había; tienes que tener cuidado de no crear un problema adicional”.

Por ello, es muy importante empatar la estrategia con los planes de desarrollo del territorio, para que esos enfoques en la Cruzada se complemente con las acciones de los estados en esos lugares que también son marginados y no separarlos, el enfoque tiene que ser más de dónde se necesita, no donde cayó.

Atender focos rojos

Es muy importante llegar a zonas donde los focos rojos son elevados, como en población indígena donde hay 30 por ciento de niños de cinco años con desnutrición crónica. Ahí sí debemos ver cambios relativamente rápidos y no es tan difícil hacerlo, afirma Nuria Urquía.

Si no actuamos –enfatizó– estamos despidiendo el futuro de una generación entera, un niño que no está bien alimentado va a tener un desarrollo muy por debajo de su potencial durante toda su vida. “Para mí eso es un foco de tensión social fuerte, no sólo desde el punto de vista de desarrollo humano; desde la convivencia social y la paz social”.

La representante de la FAO en México puntualizó que un tema como la alimentación infantil debería ir más allá de un diseño de Cruzada, debería tener una cobertura total. Todos los niños con algún índice de marginación deberían tener una alimentación asegurada en el colegio, esto debería ser una norma del país; lamentablemente no hay fondos suficientes para eso, pero se debería tenderse hacia ese objetivo.

Debido a que se encontraron índices de desnutrición y obesidad en zona indígena, dentro del PESA se decidió trabajar con esquema de educación nutricional y en menos de un año logró tener impactos en los patrones nutricionales, que mejoraron significativamente. La iniciativa empezó como piloto y por el buen resultado este año incluirá en los 24 estados que atiende el programa.

Más peso al PESA

El presupuesto del PESA ha aumentado desde su creación y el año pasado contó con 3 mil millones de pesos (mdp) y atendió a 20 estados; mientras que 2014 el monto es de 3 mil 200 mdp y el universo de atención aumentó a 24 estados.

No obstante este crecimiento, dichos montos significan 1 por ciento del Programa Especial Concurrente para el campo, que cuenta con 300 mil millones de pesos. Por ello, Nuria Urquía consideró que un programa de marginación necesita una financiación un poco mas importante, si se observa que el programa está teniendo experiencias exitosa, aunque hay cosas por mejorar.

Entre las mejoras que deben hacerse está la distribución del PESA, la cual hoy no es homogénea, ya que cubre 80 por ciento de zonas de alta y muy alta marginación de Zacatecas; 85 por ciento deTlaxcala; 60 por ciento de Nayarit; 80 por ciento de Durango; 96 por ciento de Chihuahua; 58 por ciento de Campeche; pero hay estados como Veracruz donde es del 19 otros; en San Luis Potosí del 24 por ciento; Puebla del 34 por ciento; en Oaxaca del 40 por ciento y en el Estado de México del 25 por ciento.

Para 2014, de acuerdo con Nuria Urquía, ha habido más coordinación entre el PESA y las dependencias del gobierno federal y una modificación estratégica en varios frentes, la coexistencia de varios programas para aumentar su impacto y este año se ha ido más directo a la producción de alimentos para incidir y reforzar el trabajo en comunidades que coinciden con la Cruzada.

El PESA es un programa integral que no sólo se limita a producción de alimentos, es un proceso que implica el desarrollo comunitario, educación nutricional, capacitación para microahorro, con planes de desarrollo comunitario e intenta motivar a las familias para que tengan cambio de actitud, que “es casi tan importante como el proyecto productivo; un activo sin una motivación detrás se convierte en una mera entrega de dinero o de productos, no tiene impacto”, anotó la representente de la FAO en México.

Por otro lado, destacó que la permanencia de proyectos del PESA después de un año es de 80 por ciento, mientras 20 por ciento se abandona, ya sea para por cuestiones de clima, migración, porque van a otras alternativas productivas u porque simplemente no funcionó.

Para Urquía Fernández el PESA ha evolucionado a un nuevo modelo de extensionismo, donde participa un grupo interdisciplinario, que es parte de la comunidad y tienen un esquema y visión microregional y mantienen un acompañamiento permanente. “Nos centramos con una visión más estratégica y menos asistencial, en comunidades que realmente generen desarrollo”.

También manifestó que es importante no sólo tener un buen programa, sino operarlo bien, porque muchas veces hay mucha burocracia, los pagos a las agencias de desarrollo rural se hacen tarde o hay retraso en firmas de convenio.

Por ello, insistió, es importante el empoderamiento de estados y municipios. Sino baja a esos niveles vamos a presenciar un problema clásico de muchos países que es un excesivo burocratismo, donde un buen intento no funciona.

La lucha contra la pobreza, subrayó, no sólo es una responsabilidad del gobierno federal, sino de la sociedad civil, el sector, privado, de todos los órdenes de gobierno y de los organismos internacionales.

 

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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