Rancheo de cocodrilo

En 2017, el ejido Chacchoben, situado al norte de Chetumal, se convirtió en la primer comunidad autorizada para operar una Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) dedicada al aprovechamiento sustentable del cocodrilo de pantano a través de la colecta de sus huevos o “rancheo”.
De acuerdo con información de la CONABIO su primer aprovechamiento fue con apego al Protocolo de rancheo para el cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletii) en México.
En opinión del biólogo Hesiquio Benítez Díaz, director general de Cooperación Internacional e Implementación de la CONABIO, este protocolo:
Es la primera publicación de su tipo en el mundo e incluye los métodos detallados para un adecuado rancheo de cocodrilos; su contenido puede compararse, coloquialmente, con una receta para guiar paso a paso, el conocimiento, conservación y aprovechamiento sustentable de la especie en el país”.
El Protocolo fue presentado en la Biblioteca Vasconcelos por el doctor Miguel Equihua Zamora, investigador titular de la Red de Ambiente y Sustentabilidad del Instituto de Ecología A.C. (INECOL) con sede en Xalapa, Veracruz.
El Proyecto piloto y el Protocolo, fueron coordinados por la CONABIO con el apoyo de la organización internacional Responsible Ecosystems Sourcing Platform (RESP) y en colaboración con diversas autoridades gubernamentales y expertos en el tema.
El objetivo es establecer un sistema integrado de producción de pieles de alta calidad y otros derivados del cocodrilo de pantano. El sistema se basa en la conservación de la especie y de su hábitat, así como en el uso sustentable, legal, trazable, y con reparto justo y equitativo de beneficios a los actores de la cadena productiva, particularmente las comunidades locales.
El esquema de rancheo consiste en la recolección del 50% de los nidos del medio silvestre para llevarlos a incubadoras que tuvieron un éxito del 90%, en comparación con el 1% que se obtiene naturalmente. Las crías posteriormente son vendidas a la granja Cocodrilia, en donde crecerán para obtener la piel de alta calidad para el mercado internacional, aportando beneficios a todos los involucrados en la cadena de valor.
La Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca de Quintana Roo (SEDARPE) también apoyó su implementación, donde el ejido Chacchoben se comprometió a conservar 4,686 hectáreas del ecosistema local para mantener poblaciones saludables de cocodrilo de pantano y de al menos otras 563 especies de fauna y flora silvestres, generando 19 empleos en los que participa activamente la comunidad.
La presentación del Proyecto piloto y Protocolo de rancheo para el cocodrilo de pantano se realizó en México en la Biblioteca Vasconcelos y como parte de las actividades de la 8ª Semana de la biodiversidad biológica.