Agronegocios

Retos de México para sector alimentario interno y externo

Ante el escenario futuro que se vislumbra para México en los ámbitos nacional e internacional, es necesario enfocar esfuerzos para que la producción de productos básicos llegue a niveles deseables; y, al mismo tiempo, es preciso encontrar más destinos para las exportaciones de productos mexicanos alrededor del mundo.

De acuerdo con el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), México se ha convertido en el principal destino de las exportaciones de diversos productos de Estados Unidos, donde destacan el caso del maíz amarillo, los productos lácteos, la carne de porcino, la carne de pollo donde para cada producto nuestro país representa más del 20% del destino de las exportaciones estadounidenses; con un impacto mayor se encuentran la fructosa y las grasas animales que representan 41% y 50% del destino de las importaciones a nuestro país, respectivamente.



A pesar la integración que ha logrado la región, en especial entre Estados Unidos y México, la tendencia política estadounidense en los últimos dos años ha tomado una retórica de abandonar o, como mínimo, renegociar los términos del tratado. Esto bajo el argumento de que México ha obtenido mejores beneficios del TLCAN”.

En el estudio Modelo de Política Pública Visión 2030, el organismo asegura que lo anterior no es necesariamente cierto, porque si bien México ha logrado un superávit en su balanza comercial con Estados Unidos desde 2015 a la fecha, en el período de 1994 a 2014 la balanza estuvo a favor de Estados Unidos.

Reto para soberanía alimentaria

El documento hace referencia al mercado local mexicano, donde “en el caso puntual de algunos productos la producción interna no es capaz de satisfacer la demanda lo que trae consigo un importante reto de seguridad y soberanía alimentaria”.

La publicación apunta que en México se han definido 38 cultivos estratégicos, que representan alrededor del 75 por ciento del valor de la producción agrícola total. Dentro de estos, se identifican 16 cultivos básicos cuya producción es clave para garantizar la seguridad alimentaria y que tienen un peso específico en el consumo, el gasto y la generación de empleos. De estos 16 cultivos 11 se encuentran en déficit en su respectiva balanza comercial importando en su mayor parte los productos de Estados Unidos.

De los 11 casos mencionados sólo 3 (el frijol, la manzana y el cártamo) se encuentran en un déficit del 20% o menos. En un punto intermedio están el sorgo cuyo déficit ronda alrededor del 60%; mientras que los 7 casos restantes (arroz, cacao, maíz amarillo, canola, girasol, soya y trigo harinero) muestran un déficit del 80% o mayor. Estas cifras dan cuenta de una gran vulnerabilidad en la seguridad y soberanía alimentaria de México principalmente en cultivos clave el arroz, el maíz amarillo y el trigo harinero al ser granos básicos en la dieta de las familias mexicanas.

De acuerdo con el planteamiento del CNA, una de las estrategias para asegurar la seguridad alimentaria que el Gobierno Federal se ha propuesto es cumplir la meta de producir internamente 75% de los granos básicos (arroz, frijol, maíz, trigo, soya, sorgo) que se consumen en el país para 2018 (Presidencia de la República, 2016). Sin embargo, de 2012 a la fecha la importación de estos granos ha ido al alza, lo que ha dado como resultado que para 2016 sólo se lograra producir 68% de la demanda de estos productos.

El mismo caso se repite para los productos cárnicos y lácteos. En cuanto a los productos cárnicos, el crecimiento acumulado de las importaciones entre 2011 y 2016 asciende a 35%, mientras que para los productos lácteos el crecimiento acumulado de 2007 a 2016 ha sido de 74%.

Como resultado de esto en México ha crecido la dependencia en muchos de los productos básicos para el consumo de los hogares mexicanos.

De acuerdo a las estimaciones de Sagarpa el déficit de los granos básicos en estos productos no se cerrará en el período que abarca el estudio (2030). No obstante, es posible y deseable generar estrategias que ayuden a mitigar tanto la dependencia al mercado estadounidense como el déficit en los productos básicos.

Las estrategias –indica el documento del CNA– para afrontar estos deberán considerar acciones clave, por ejemplo: el desarrollar investigación propia y pertinente, impulsar la transferencia y la adopción de tecnología, lograr la coordinación entre diferentes entes públicos y privados, entre otras.

 

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