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Crisis ambiental podría llevar a apartheid climático

Confiar al sector privado la lucha contra la crisis del clima puede conducir a una nueva segregación entre ricos y pobres que permita a los primeros escapar a los peores efectos del calentamiento global y a los segundos sufrir esos efectos hasta las últimas consecuencias.

“El cambio climático tendrá consecuencias devastadoras para las personas en situación de pobreza. Incluso en el mejor de los casos, cientos de millones se enfrentarán a la inseguridad alimentaria, la migración forzada, las enfermedades y la muerte. El cambio climático amenaza el futuro de los derechos humanos y corre el riesgo de deshacer los últimos cincuenta años de progreso en materia de desarrollo, salud mundial y reducción de la pobreza”.

Así lo señala el informe sobre Cambio climático y pobreza del relator especial de la ONU sobre la pobreza extrema, Philip Alston, quien advierte que el cambio climático no sólo tendrá el mayor impacto sobre quienes viven en la pobreza, sino que también amenaza hasta la propia democracia y los derechos humanos.

Reflexiona sobre el hecho de que a la luz de la parálisis de los Estados durante décadas, algunos miran con esperanza al sector privado en busca de innovaciones o se involucran estratégicamente con corporaciones, “sin embargo, el historial de la industria de los combustibles fósiles deja en claro que el exceso de confianza en los actores con fines de lucro casi garantizará violaciones masivas de los derechos humanos”, ya que mientras los ricos serán atendidos adecuadamente, los más pobres serán marginados.

Un exceso de confianza en el sector privado podría llevar a un escenario de apartheid climático en el que los ricos pagan para escapar del sobrecalentamiento, el hambre y los conflictos, mientras que el resto del mundo tiene que sufrir”.

Alston subraya que “en lugar de ayudar al mundo a adaptarse al cambio climático, privatizar los servicios básicos y la protección social puede ser una forma de mala adaptación”.

Desde el año 2000, anota el documento, las personas en los países pobres han muerto a causa de desastres a una tasa siete veces mayor que en los países ricos. Además, las autoridades tienen una historia de priorizar las áreas más ricas para la protección, poniendo en peligro a las personas que viven en la pobreza.

Como ejemplo de lo que puede ocurrir, el experto de la ONU recuerda que, cuando el huracán Sandy causó estragos en Nueva York en 2012, dejando a los neoyorquinos vulnerables y de bajos ingresos sin acceso a la electricidad y la atención médica, la sede de Goldman Sachs estaba protegida por decenas de miles de sus propios sacos terreros y contaba con la energía procedente de su generador.

Otro ejemplo que cita tiene que ver con los “bomberos privados de guante blanco que han sido enviados para salvar las mansiones de los clientes de seguros de alto nivel en los recientes incendios forestales”.

El cambio climático exacerbará la pobreza y la desigualdad existentes, se hace hincapié en el informe del relator.

Inequidad

Alston destaca un hecho en su informe. Los pobres son los que se llevan a llevar la peor parte del cambio climático pese a ser los que menos han contribuido a él.

La mitad más pobre de la población mundial, 3500 millones de personas, es responsable de solo el 10 por ciento de las emisiones de carbono, mientras que el 10 por ciento más rico es responsable de la mitad completa. Una persona en el 1 por ciento más rico usa 175 veces más carbono que una en el 10 por ciento inferior”, resalta.

El relator añade: “perversamente, los más ricos, que tienen la mayor capacidad de adaptación y son responsables de la gran mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero y se han beneficiado de ellos, serán los mejor situados para hacer frente al cambio climático, mientras que los más pobres que son los que menos han contribuido a las emisiones y tienen la menor capacidad de reacción, serán los más perjudicados.”.

Los discursos sombríos de los funcionarios del gobierno en conferencias regulares no conducen a acciones importantes, anota. “Incluso hoy en día, demasiados países están tomando medidas miopes en la dirección equivocada”, dice el experto, quien cita a Brasil, Estados Unidos y China entre los países que están actuando de forma miope.

Mayor grado de temperatura aumenta riesgo de hambre

Según el Banco Mundial, con 2°C grados de calentamiento, entre 100 y 400 millones de personas más estarán en riesgo de pasar hambre y entre 1000 y 2000 millones ya no tendrán suficiente agua. El cambio climático podría dar lugar a pérdidas en el rendimiento mundial de los cultivos del 30 por ciento para 2080, incluso si se toman medidas para adaptarse a él.

Además, entre 2030 y 2050, se espera que cause aproximadamente 250,000 muertes adicionales por año a causa de la desnutrición, la malaria, la diarrea y el estrés por calor. Dado que las personas en situación de pobreza en gran parte no tienen seguro médico, el cambio climático exacerbará las crisis de salud que ya empujan a 100 millones de personas a la pobreza cada año.

Las personas en la pobreza enfrentan una amenaza muy real de perder sus hogares. Para el año 2050, el cambio climático podría desplazar a 140 millones de personas en África subsahariana, el sur de Asia y América Latina.

Las inundaciones y los derrumbes pueden debilitar las infraestructuras y viviendas ya degradadas, especialmente para las personas que viven en asentamientos no planificados o sin servicios. En 2017, 18,8 millones de personas fueron desplazadas debido a desastres en 135 países, casi el doble del número de desplazados por el conflicto.

*El experto de la Oficina de Derechos Humanos  Philip Alston, de Australia, fue nombrado relator para pobreza  y los derechos humanos en 2014.

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