La promoción del cultivo de café robusta –considerado de baja calidad– que hace el gobierno de Veracruz para abastecer a la empresa Nestlé y que al parecer se respalda desde la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), según acusan cafeticultores, puede poner en predicamento el dicho de que el gobierno federal privilegiará a los pequeños productores, si se considera que de esta actividad dependen 500 mil familias cafetaleras, las cuales casi 85 por ciento son indígenas, quienes en su mayoría cultivan café arábigo, reconocido por su alta calidad en los mercados internacionales.
De acuerdo con el asesor general de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC), Fernando Celis Callejas, “es claro que un fuerte incremento de la producción de café robusta en México junto al aumento en el ámbito mundial seguirá aplastando los precios tanto de los cafés robusta como de los arábigos y esto afectará en mayor medida a los productores de café de nuestro país, además de que tendería a desplazar mayor consumo de cafés arábigos”.
El experto en cafeticultura expresa que “pareciera que la prioridad de la nueva SADER es la de promover las nuevas plantaciones de café robusta que quiere la Nestlé y hasta un mayor consumo interno de café robusta”.
Lo anterior –añade– es preocupante, ya que el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, luego de sostener una reunión -a finales de diciembre pasado– con el titular de la SADER, Víctor Villobos Arámbula, señaló que se promovería un mayor consumo de café robusta.
El asesor de CNOC recuerda que dicha empresa transnacional está promoviendo que los gobiernos federal y el del estado de Veracruz subsidien más la producción de café robusta que requieren para su nueva planta que instalarán en el puerto de dicha entidad.
Fernando Celis puntualiza que el propio gobierno veracruzano ha manejado que habrá nuevas plantaciones de café robusta por 80 mil hectáreas con una productividad de 50 quintales, lo que daría 4 millones de quintales, equivalente a 3.1 millones de sacos. El proyecto es iniciar con 20 mil hectáreas (1 millones de quintales), lo cual sería mayor a la producción actual de arábigos que se calcula en 850 mil quintales.
Manifestó que el gobierno de Veracruz subsidiaría el costo de la planta y habría crédito de avío y refaccionario. Estimó que si el costo de la planta fuera de 5 pesos, por un total de 2000 plantas por hectárea, el plan inicial requerirá 200 millones de pesos (mdp).
De acuerdo con Celis se está generando mucha inconformidad por estas políticas públicas, más cuando no hay respuesta de la SADER a la demanda del sector productivo de café de otorgar mil 800 mdp como compensación por los bajos precios del aromático. Estos recursos podrían ser del FIRCAFE, donde se pusieron a disposición de los aportantes 850 mdp y se han entregado unos 300 mdp a 46 mil productores.
También lamentó que el presupuesto público de 2019 para fomento a la producción de café (arábigo) se haya reducido en 55 por ciento al ser de 346 mdp.
Celis callejas expuso que pese a insistencia de establecer un diálogo, los funcionarios de la SADER no se han reunido con el Sistema Producto Café Nacional ni con las organizaciones de cafeticultores para revisar las políticas y programas para el café.
“La crisis actual en el sector es un problema serio y el gobierno federal debe dialogar y acordar con el sector productor las políticas y programas para impulsar la mejoría de las familias cafetaleras”, remarca.
