Política Agrícola

Desconocen gobiernos papel de pueblos originarios para la conservación de los ecosistemas

Un nuevo estudio de 42 países, publicado por la Iniciativa para los Derechos y los Recursos (RRI), sugiere que muchos gobiernos, grupos conservacionistas e inversionistas han ignorado los derechos a la tierra de los pueblos indígenas, las comunidades locales y las personas afrodescendientes.

Según descubrimientos recientes, los gobiernos han reconocido derechos sólo sobre la mitad de las tierras reclamadas por comunidades indígenas, afrodescendientes y locales, en un momento de creciente conciencia sobre el claro nexo entre desforestación y pérdida de la biodiversidad y la liberación de patógenos potencialmente peligrosos. Las comunidades administran y protegen al menos el 50 por ciento del área estudiada en la investigación, suficiente para cubrir más que todo el continente africano, alrededor de tres mil millones de hectáreas.

“A pesar de las contundentes pruebas de que los pueblos indígenas, las comunidades locales y las personas afrodescendientes protegen la mayor parte de la biodiversidad remanente en el mundo, están asediados por todos los frentes —dijo Andy White de RRI, coautor de los dos documentos técnicos publicados—. Nuestro trabajo sugiere que la respuesta es invertir en los países y las comunidades que ya están listos para ampliar los derechos a la tierra. No hacerlo pone en riesgo la salud del planeta y de sus habitantes.”

Las investigaciones publicadas en Science, Nature y Proceedings of the National Academy of Sciences respaldan los descubrimientos citados el año pasado por los paneles de clima y diversidad biológica de la ONU que reconocieron el importante papel de las comunidades indígenas y locales en la conversación.

“Ahora mismo, y a pesar de todos los obstáculos, el desamparo de los estados, la pandemia y la violencia que sufrimos, los pueblos indígenas somos el equipo de primeros auxilios de la Tierra,” dijo José Gregorio Díaz Mirabal, Coordinador General de la COICA (Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica).

“Estamos protegiendo el 80 por ciento de la biodiversidad mundial, y por eso es importante preservar al menos el 50 por ciento de todo nuestro planeta si realmente queremos tener la oportunidad de sobrevivir. Pero es virtualmente imposible ayudar a proteger nuestro futuro común sin que se reconozcan nuestros derechos sobre la tierra o tener acceso al apoyo técnico y financiero que necesitamos para ampliar nuestros propios proyectos” aseguró.

“Para ayudar, necesitamos ayuda”.

Un segundo estudio publicado hoy por la RRI, basado en el análisis de 29 países, identifica 10 países que están listos para inversiones significativas destinadas a reformar la tenencia de la tierra a nivel nacional. En las Américas, los autores identificaron a Colombia, Guyana, México y Perú; en África, han identificado a Burkina Faso, la República Democrática del Congo y, en Asia, citaron a India, Indonesia y Nepal.

“En lugar de solamente señalar el problema —dijo White— estamos proponiendo un enfoque asequible de la inversión que representa un cambio de paradigma con respecto a cómo se ha llevado a cabo la conservación en el pasado, y a veces en el presente. Este análisis representa una herramienta para ayudar a donantes, gobiernos e inversionistas a apoyar una solución asequible y sostenible que se basa en el éxito de las comunidades locales en el ralentamiento de la desforestación y la pérdida de la biodiversidad.”

El proyecto con objetivo de ampliar las áreas protegidas al 30 por ciento del planeta fue analizado por más de 100 economistas y científicos en un informe publicado en junio. Descubrieron que tal iniciativa tendría muy poco impacto en la economía mundial e incluso podría generar una ganancia económica. Sin embargo, también señalaron que bajo algunos escenarios de conservación, los pueblos indígenas y las comunidades locales podrían sufrir impactos negativos desproporcionados.

Bajo los diferentes escenarios considerados por el informe, el área reconocida como representativa de la custodia de los pueblos indígenas y las comunidades locales se expandiría entre un 63 por ciento y un 98 por ciento, dijo Anthony Waldron, autor principal del informe y experto en conservación, finanzas, pérdida global de especies y agricultura sostenible.

“Cualquier negociación que involucre territorios reclamados por las comunidades locales, deberá responder a lo que quieren”, dijo Waldron. “Y deberá basarse en un entendimiento común de los objetivos de conservación, el consentimiento libre, previo e informado de las comunidades locales, y un entendimiento compartido de cómo se medirán los logros.”

Kimaren Ole Riamit, indígena masái y director ejecutivo de Indigenous Livelihoods Enhancement Partner (ILEPA), destaca que las áreas de mayor biodiversidad en el mundo se superponen con los territorios de los pueblos indígenas.

“Los pueblos indígenas comprenden la naturaleza interdependiente de los ecosistemas —dijo Riamit—. El enfoque que el mundo moderno tiene de la naturaleza es departamentalizado y compartimentado. Es una fragmentación artificial de la naturaleza y no sirve para sostener la naturaleza y que la humanidad sobreviva. Para salvar la biodiversidad, se necesitarán alianzas con nosotros, con frecuencia conducidas por nosotros, pero también hará falta nivelar el campo de juego para las negociaciones. El desequilibrio de poder actualmente es sustancial y tendrá que tomarse como una prioridad a medida que avanzamos.”

Los pueblos indígenas, las comunidades locales y los afrodescendientes, y algunos grupos de la sociedad civil, argumentan que la propuesta de proteger el 30 por ciento de la tierra y los océanos para el 2030 no es lo suficientemente ambiciosa. Los hallazgos de RRI sugieren que es posible ir mucho más allá, dijo White.

“Es completamente posible y necesario proteger el 50 por ciento del planeta para 2030, pero para hacerlo de manera asequible y eficaz, debemos ampliar los derechos sobre la tierra en territorios que aún no han sido reconocidos”, dijo White. ”Si los donantes y los filántropos privados no invierten ahora para salvar los bosques restantes, así como las vidas y culturas de los pueblos indígenas, las comunidades locales y los afrodescendientes, están revelando que están atrapados en el racismo sistémico del pasado.”

Durante la rueda de prensa de hoy, el líder de la COICA, Díaz Mirabal, señaló que dos quintas partes de todas las tierras registradas en la Base de Datos Mundial sobre Áreas Protegidas son territorios indígenas de propiedad comunal, y agregó que para 2017, el 30 por ciento de la conservación terrestre ya se había logrado, “en en gran parte gracias a las prácticas de manejo de los pueblos indígenas, y a pesar de la falta de reconocimiento y seguridad de nuestra tenencia de la tierra y la burocracia de la conservación.”

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