Fortalecer agricultura familiar en AL podría reducir impactos de pandemia
La agricultura familiar (AF) es un actor estratégico en términos de sostenibilidad, sin embargo, su potencial no ha sido aprovechado y/o incluido por las políticas públicas de los gobiernos latinoamericanos.
En el contexto actual generado por Covid-19, la importancia de la AF radica en el papel que juega en el suministro de alimentos, pero también en la transición hacia sistemas agroalimentarios sostenibles, y en la lucha contra una posible crisis alimentaria.
De acuerdo con el Rimisp (Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural), la AF, de pequeña y mediana escala, se caracteriza por emplear principalmente, aunque no de manera exclusiva, mano de obra familiar, en la explotación de la tierra con apoyo de mano de obra y maquinaria bajo estrategias de eficiencia productiva.
Refiere que en medio de la pandemia del coronavirus Covid-19, el rol que juega la agricultura familiar, en la transición hacia sistemas agroalimentarios sostenibles, ha vuelto a adquirir importancia, esta vez, desde el foco de la seguridad alimentaria en los territorios rurales de AL).
El organismo destaca ante la emergencia del coronavirus desarrollará el proyecto Impacto de COVID-19 en la agricultura familiar y la seguridad alimentaria en América Latina. Respuestas de políticas públicas basadas en evidencia, con el apoyo del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) de Canadá, para generar evidencia sobre los impactos en la producción, comercialización y consumo de alimentos en los territorios rural-urbanos de la región, y promover la recuperación post Covid-19 mediante procesos de diálogo de políticas y asistencia técnica a los gobiernos.
El proyecto se realizará en cinco países: México, Guatemala, Colombia, Ecuador y Chile.
Según Ignacia Fernández, directora ejecutiva de Rimisp, “este proyecto nos va a permitir generar información de primera fuente sobre el modo en que el Covid-19 está impactando sobre las posibilidades de producción y comercialización de los pequeños productores agrícolas, y consecuentemente, sobre sus ingresos y calidad de vida; así como sobre los cambios en patrones de abastecimiento y consumo en los hogares en situación de pobreza y vulnerabilidad”.
“Con esta información buscamos contribuir al diálogo y la formulación de estrategias para la seguridad alimentaria, un problema que se está volviendo crítico para millones de hogares a consecuencia del Covid-19, así como para apoyar procesos de reactivación en las zonas rurales de América Latina” agregó la doctora en Sociología.
La directora de oficina de Rimisp en México, Yuritzin Puig, dijo que en el campo mexicano “la mayor parte de su población enfrenta condiciones de pobreza y desigualdad, pero al mismo tiempo tiene oportunidades de poder producir alimentos sanos y nutritivos para ellos y contribuir en la seguridad alimentaria del resto de la población”.
De esta forma, el proyecto “nos da la oportunidad de analizar, alrededor de los sistemas alimentarios de localidades intermedias, las condiciones previas y post pandemia, que nos referirá una reflexión en materia de políticas con una gran variedad de actores”, agregó.
En efecto, la iniciativa que desarrollará Rimisp apunta, también, a promover cambios políticos e institucionales en el contexto de Covid-19, a través del diálogo de políticas públicas basado en evidencia y asistencia técnica a los gobiernos.
Desde Ecuador, el director de la oficina de Rimisp, Ney Barrionuevo, sostiene que “Ecuador ha sido uno de los países más golpeados por la pandemia del Covid-19 y se conoce que las mujeres rurales se encuentran siempre entre los grupos más vulnerables a los shocks económicos y sociales que se derivan de la crisis sanitaria”.
Fuente: Rimisp