Guajolote, el ave prehispánica de México
El guajolote es un ave que esta presente en las celebraciones, rituales y ceremonias en distintas partes de la República mexicana.
El nombre de Guajolote deriva de la castellanización a partir del vocablo náhuatl “huacholotl” que significa monstruo grande. En Europa fue donde algunos hombres de la edad media tuvieron la ocurrencia de nombrarlo como “Pavo” debido a su preconcebida semejanza que encontraron con el pavo real.
Durante la época prehispánica, los aztecas lo consumían durante el Panquetzalitzli en el solsticio de invierno, fiesta que se hacía en honor de la victoria de Huitzilopochtli sobre la diosa de la luna, evento que marcaba el nacimiento de un nuevo ciclo. Fue hasta 1528 que Fray Pedro de Gante, tuvo la idea de festejar la primera Navidad en México mezclándola con la celebración del Panquetzaliztli, haciendo más fácil la fusión de tradiciones.
Investigaciones
El etnólogo del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, Andrés Medina Hernández, ha realizado estudios acerca de la presencia del ave en las tradiciones culturales de los mexicanos.
Como parte de su trabajo de investigación, recopiló datos sobre la presencia del guajolote en rituales de boda tanto en la Alcaldía Tláhuac de la Ciudad de México, como en una comunidad Tzotzil en Chiapas. Asimismo Medina ha documentado la relación del guajolote con el nahualismo en Milpa Alta y en Zongolica, Veracruz.
Comentó que en Tláhuac, como parte de estos rituales, los padres del novio dan a los de la novia un guajolote vivo, pero antes de entregárselo danzan con él junto con canastas llenas de comida y bebida; posteriormente la familia de la novia recibe al animal y todos bailan con él.
Entre los tzotziles del municipio de Venustiano Carranza, en el estado de Chiapas, al sureste de México, los pobladores despluman vivo al ave en una ceremonia de petición de novia. Asimismo, existe información que muestra que en algunos pueblos mixtecos de Oaxaca, el guajolote es desplumado en el recorrido de la casa del novio a la de la novia.
También encontró que en Yucatán existe una danza del guajolote en la que estos animales son degollados y colgados para que la sangre caiga en la tierra, en este sitio el ritual es parte de la fiesta patronal.
Asimismo, en la Alcaldía Milpa Alta, de la CDMX, recordó que existe un vínculo muy fuerte entre guajolote y nahualismo. En este sitio perdura la creencia de que por las noches se aparece un nahual con la figura de esta ave.
“Como parte de las tradiciones de estos lugares se cree que hay una bruja que se quita las piernas, se pone alas de petate y recorre las calles del pueblo para chupar la sangre de los niños”, narró el investigador.
Estos datos muestran que el guajolote ha formado parte de las tradiciones mexicanas desde tiempos inmemoriales, como rituales sociales y religiosos, pero a la vez que es una figura compleja de estudiar de la tradicional cultural mesoamericana por la falta de información etnográfica que existe sobre él, reconoció Andrés Medina.
“El guajolote es importante en el México mesoamericano, aparece en los códices yucatecos y mayas, en donde se le ve decapitado, hay un mes en el calendario del centro de México que lleva su nombre, además en los códices muchos dioses tienen el traje de guajolote y se ha encontrado que existe un vínculo fuerte entre este animal y el dios Tezcatlipoca”, comentó.
La carne de guajolote además de ser muy sabrosa es muy sana, ya que tiene un alto grado de proteínas y es baja en grasas; lo que lo hace una opción saludable para cualquier ocasión, ya sea en un cumpleaños acompañado de un buen mole, o en la cena de Navidad y año nuevo.