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Más de 1000 razones para dejar de usar glifosato

La agricultura industrial, asociada a la deforestación, es una fábrica productora de enfermedades, incluídas las crónicas, algunas relacionadas con el uso de glifosato, agrotóxico que diversos estudios han vinculado con cierto tipos de cáncer –cada año mueren 10 millones de personas a causa de este mal en el mundo— y daños al medio ambiente.

De ahí la relevancia de la 5ª Antología Toxicológica del Glifosato, edición 2020, que contiene 1108 artículos científicos sobre los impactos de este insumo químico sobre la salud humana, el ambiente y la biodiversidad, compilado por Eduardo Martín Rossi, técnico en inmuno hemoterapia y en epidemiología, en colaboración con Fernando Cabaleiro, abogado ambientalista.

Para la doctora Vandana Shiva, reconocida a nivel mundial por su labor científica y por su amplia participación en la defensa de los derechos humanos, la publicación es “más relevante que nunca” en tiempos de la pandemia del coronavirus y “es una llamada de atención sobre el hecho de que el modelo de agricultura industrial altamente ineficiente basado en agrotóxicos y monocultivos está contribuyendo, de múltiples maneras, a la emergencia sanitaria”.

El documento, subraya, “proporciona evidencia detallada del daño que el Roundup/Glyphosate ha causado a nuestra salud y a la salud y biodiversidad del planeta. Y proporciona la urgencia de liberarnos del veneno”.

En el prologo de la compilación, expone que “hay evidencias científicas de que a medida que los ecosistemas forestales son invadidos, destruimos los hogares de las especies y manipulamos las plantas y los animales para obtener beneficios, creamos las condiciones para nuevas enfermedades”. La agricultura industrial globalizada, por ejemplo, invade los bosques para cultivar soya “Roundup Ready” en el Brasil, Uruguay, Bolivia, Paraguay y Argentina y Palmoil en Indonesia.

Durante los últimos 50 años, remarca, han surgido 300 nuevos patógenos. “Está bien documentado que alrededor del 70% de los patógenos humanos, incluidos el VIH, el Ébola, la gripe, el Mers y el Sars, surgen cuando se invaden los ecosistemas forestales y los virus saltan de los animales a los seres humanos”.

También –destaca el texto– en la producción industrial, cuando los animales están hacinados en granjas para maximizar sus beneficios, se propagan nuevas enfermedades como la gripe aviar o nuevas cepas de la peste porcina africana o variantes novedosas influenza A, entre las que se incluyen H1N1 (2009) o H5N1.

En este contexto recuerda que en marzo de 2015, el glifosato fue clasificado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la OMS, como un probable carcinógeno (2A) para los linfomas no Hodgkin, basado en suficiente evidencia de genotoxicidad y estrés oxidativo. Incluso, en 2019, los tribunales de Estados Unidos ordenaron a Monsanto pagar daños de hasta 2,000 millones de dólares a los individuos con cáncer y se enfrenta a muchas más demandas. A pesar de la evidencia científica y las decisiones legales, Bayer, que compró Monsanto, dijo que “apoya totalmente sus productos a base de glifosato”, refiere Vandana.

La activista añade que el Roundup fue vendido con la etiqueta “seguro para los humanos”. Monsanto afirmó que el glifosato, que mata las plantas interrumpiendo la vía del shikimato, no tiene ningún efecto en los humanos porque la vía del shikimato no está presente en los mamíferos. “Lo que Monsanto –explica– ocultó fue que muchas bacterias en nuestro intestino tienen la vía del shikimato”. En 2020, Bayer tuvo que aceptar un acuerdo de 39,6 millones de dólares en una demanda colectiva por cargos contra su unidad de Monsanto por haber engañado a los consumidores/as sobre la seguridad de su herbicida Roundup que contiene glifosato, rememora.

Para Vandana hay una cuarta razón del por qué el cambio de una agricultura basada en agrotóxicos es vital para la salud: “mientras que la mortalidad con la infección del coronavirus es del 1%, con condiciones preexistentes como el cáncer, salta a más del 7.6%”.

Los agrotóxicos son químicos de guerra, sentencia la activista. El modelo industrial es ignorante de la complejidad de la auto organización e interconexión de los sistemas vivos, y está en la raíz de esta pandemia y de futuras pandemias. También está enraizado en un modelo económico que ve los límites ecológicos y éticos como obstáculos que deben ser eliminados para el creciente crecimiento de las ganancias corporativas, añade Shiva.

Glifosato en México

La publicación consta de nueve capítulos en los que se clasifican las referencias científicas por los efectos del herbicida en la salud (enfermedades, alteraciones metabólicas, trastornos sistémicos), la biodiversidad (toxicidad en animales y otros organismos), el ambiente (aire, agua y suelo) y otros temas.

Un documento de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem) indica que en México se han otorgado 651 permisos para la liberación al ambiente de cultivos genéticamente modificados (479 en fase experimental, 150 en fase piloto y 22 en fase comercial, ésta última fase tiene una vigencia indefinida), desde 2005 a la fecha, de los cuales el 77.6% son tolerantes al glifosato, es decir que fueron modificados genéticamente para que al cultivarlos, los agricultores puedan aplicar el herbicida sin que éste tenga un efecto sobre el cultivo de interés, pero que sea capaz de aniquilar al resto de las plantas que crezcan dentro o en los alrededores de la parcela.

“El glifosato –define el texto– es el herbicida más usado actualmente en todo el mundo. Se utiliza como herbicida sistémico de amplio espectro y no selectivo que mata todo tipo de plantas, incluidas diferentes especies de herbáceas, arbustos y árboles. La formulación comercial del herbicida basado en glifosato más conocida a nivel internacional es el Roundup®. En México, las principales marcas de herbicidas hechos a base de glifosato son Faena®, Cacique 480®, Nobel 62%®, Lafam®, Eurosato® y Agroma®”.

Recuerda que el año pasado, el año pasado la SEMARNAT prohibió la importación de cerca de 1000 toneladas de glifosato, con base en el principio precautorio. La Cibiogem anota que la  publicación referida “adquiere una mayor relevancia en estos momentos cuando están en proceso varios requerimientos de información relacionada con el glifosato por parte de autoridades judiciales a nivel internacional”.

El documento indica que en 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) reclasificó al glifosato, asignándole la categoría de probable carcinógeno en humanos (Grupo 2A), “lo que ha generado una gran preocupación debido a su amplio y continuo uso en los cultivos, tanto genéticamente modificados como convencionales, así como por su alto grado de aplicación en lugares públicos (parques, jardines)”.

Por último, en su prólogo, Vandana Shiva manifiesta que “durante la crisis y en la recuperación del bloqueo post coronavirus necesitamos aprender a proteger la Tierra, sus sistemas climáticos, los derechos y los espacios ecológicos de las diversas especies, los pueblos indígenas, las mujeres, los agricultores/as y los trabajadores/as. Para evitar futuras pandemias y hambrunas y un posible escenario de personas prescindibles, debemos ir más allá del sistema económico globalizado e industrializado que está impulsando el cambio climático, empujando a las especies a la extinción y propagando enfermedades que amenazan la vida. La localización deja espacio para que prosperen diversas especies, diversas culturas y diversas economías locales”.

Recalca que “un planeta sano y personas sanas son una posibilidad si nos liberamos de los sistemas industriales globalizados de agricultura controlados por el Cartel de Veneno”.

Descarga el documento en:

www.naturalezadederechos.org/antologia5.pdf

Actividad herbicida del glifosato Está basada en su capacidad de bloquear la vía enzimática del shikimato, al inhibir a la enzima 5-enolpiruvilshikimato-3-fosfato sintasa (EPSPS), relacionada con la biosíntesis de aminoácidos esenciales (aminoácidos aromáticos como fenilalanina, triptófano y tirosina). Al no producirse estos aminoácidos, se detiene la síntesis de proteínas en las células vegetales, con lo que el crecimiento de la planta cesa hasta que muere.

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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