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Aprueban nuevas Directrices voluntarias sobre sistemas alimentarios y nutrición

Los miembros del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) aprobaron las primeras Directrices voluntarias sobre los sistemas alimentarios y la nutrición destinadas a brindar apoyo a los países, entre otros, en sus esfuerzos por erradicar el hambre y malnutrición basado en los sistemas alimentarios.

Las Directrices voluntarias constituyen una herramienta que aborda la malnutrición en los distintos sistemas agroalimentarios de manera coherente y holística. Incluyen una amplia gama de recomendaciones destinadas a reducir la fragmentación de las políticas entre los sectores pertinentes haciendo especial hincapié en los sectores de la alimentación, la agricultura y la nutrición, al tiempo que abordan la sostenibilidad económica, social y ambiental, que en todos los casos repercuten en los sistemas alimentarios y deben tratarse en todos los niveles.

La lucha contra la malnutrición en todas sus formas, como desnutrición, carencias de micronutrientes, sobrepeso y obesidad, es uno de los retos a escala mundial más acuciantes que enfrentan los países hoy en día.

Según las estimaciones más recientes de la FAO, el hambre va en aumento, con cerca de 690 millones de personas que padecen subalimentación crónica y hasta 130 millones más que están viéndose empujadas al hambre a causa de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (Covid-19). Dos mil millones de personas sufren carencias de micronutrientes, y sigue aumentando el número de adultos que tienen sobrepeso o son obesos, lo que los expone a un alto riesgo de padecer enfermedades no transmisibles, que son la causa principal de muerte en el mundo. Más de tres mil millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable.

Las Directrices, que son resultado de un proceso de negociación inclusivo quinquenal llevado a cabo por múltiples partes interesadas, están fundadas en las aportaciones científicas del Grupo de alto nivel de expertos del CSA y de un equipo de trabajo técnico integrado por miembros del Grupo asesor del CSA. Tienen como objetivo brindar apoyo en la elaboración de políticas, leyes, programas y planes de inversión nacionales coordinados y multisectoriales dirigidos a facilitar el logro de dietas inocuas, saludables y nutritivas a través de sistemas alimentarios sostenibles y a poner en práctica el Marco de acción de la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2) de conformidad con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

“Hoy es un día histórico para el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial y para toda la familia de las Naciones Unidas”, declaró Thanawat Tiensin, presidente del CSA y representante permanente de Tailandia ante los organismos de las Naciones Unidas con sede en Roma, al referirse a la aprobación de las Directrices voluntarias, añadiendo que el próximo paso sería aún más importante y difícil: su adopción y aplicación a nivel regional, nacional y local.

Al presentar el borrador final de las Directrices voluntarias, Hans Hoogeveen, Embajador de los Países Bajos y Presidente del Grupo de trabajo de composición abierta sobre sistemas alimentarios y nutrición del CSA que las negoció, señaló que el documento constituía un instrumento concreto en manos de gobiernos, organismos de las Naciones Unidas, la sociedad civil, el sector privado, instituciones financieras y otros actores que podía facilitar orientación sobre políticas e intervenciones en los planos local y nacional para hacer frente a la malnutrición en todas sus formas desde una perspectiva holística de los sistemas alimentarios.

Enfoque basado en los sistemas alimentarios

Los sistemas alimentarios determinan los hábitos dietéticos y el estado nutricional de las personas. Constituyen una red compleja de actividades que abarcan la producción, la elaboración, la manipulación, la preparación, el almacenamiento, la distribución, la comercialización, el acceso, la adquisición, el consumo y la pérdida y el desperdicio de alimentos, así como los productos de estas actividades, incluidos los resultados sociales, económicos y ambientales.

Las recomendaciones contenidas en las Directrices voluntarias se centran en promover una gobernanza transparente y responsable, cadenas de suministro sostenibles, acceso en condiciones de igualdad y equidad a dietas saludables por medio de sistemas alimentarios sostenibles, la inocuidad alimentaria en los distintos sistemas alimentarios sostenibles, conocimientos, la educación e información en materia de nutrición, la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, y el fomento de la resiliencia de los sistemas alimentarios en un contexto humanitario.

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