En México está presente racismo y discriminación contra indígenas, experto
En México y en el resto del orbe los pueblos indígenas continúan inmersos en la discriminación social por las mayorías lingüísticas y étnicas; es decir, de los grupos dominantes históricamente acaparadores del poder. Esas asimetrías no han cambiado, por el contrario, se acentúan cada vez más.
De acuerdo con el especialista del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA), Fernando Nava López, las desigualdades socioeconómicas “siguen absolutamente reproduciéndose desde hace siglos y esto no sólo afecta a las poblaciones indígenas en México, sino lamentablemente a las de todo el mundo”.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, más de 70 por ciento de la población mundial vive en países con creciente desigualdad de ingresos y riqueza, incluidos los pueblos indígenas que se enfrentan a altas tasas de pobreza y graves desventajas socioeconómicas.
En la obra “Derecho Indígena y Derechos Humanos en América Latina”, el sociólogo Rodolfo Stavenhagen detalló: “la violación de los derechos humanos de los grupos indígenas no solo se manifiesta por las carencias de orden material y los procesos de despojo y explotación de los que son víctimas y que han sido extensamente documentados en los últimos años, sino también porque se les ha negado sistemáticamente la posibilidad de poder conservar y desarrollar sus propias culturas, incluyendo lenguas, costumbres, modos de convivencia y formas de organización social”.
En territorio mexicano habitan 68 pueblos indígenas, cada uno hablante de una lengua originaria propia, las cuales se organizan en 11 familias lingüísticas y se derivan en 364 variantes dialectales. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 25.7 millones de personas, es decir 21.5 por ciento de la población, se autoadscribe como indígena.
Distintas formas de discriminación
Fernando Nava López opina que, paradójicamente, durante el período novohispano la población indígena tuvo ciertos espacios socioculturales, los cuales perdió en el siglo XIX a partir de la Independencia, proceso histórico que pelearon los criollos y no los habitantes nativos del país.
Con motivo del Día Mundial de las Poblaciones Indígenas que se conmemora el 9 de agosto, el especialista universitario indica que son de reconocer los triunfos y cambios políticos, sociales y económicos, aunque no se ha logrado la plena participación social de los indígenas; “parece que nunca se ha mostrado un interés particular por estas poblaciones”.
Más aún, en el siglo XIX se acentuaron las ideas del positivismo (hombres y mujeres eran formados desde una mentalidad ortodoxa) y se hicieron más profundas las aspiraciones de los estados homogéneos: una religión y una lengua, esos parámetros se agudizaron cuando el combate contra el uso de las lenguas indígenas comenzó a tener mayor fuerza política e impacto, añade.
“De hecho, Justo Sierra, al mismo tiempo que proponía que la enseñanza primaria fuera obligatoria, decía que la instrucción obligatoria tenía como uno de sus objetivos acabar con las lenguas indígenas y establecer la lengua nacional, el español, con lo cual el país podría desarrollarse más civilizadamente”.
Todas esas ideas son del siglo XIX y no han cambiado en esencia. Desde luego tenemos un Instituto Nacional de Lenguas Indígenas y al Instituto de los Pueblos Indígenas; es decir,
contamos con espacios institucionales, pero la población mexicana continúa con una perspectiva positivista y se reproducen procesos racistas, subraya el investigador.
Nava López puntualiza que el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación realizó encuestas en las que están identificados los grupos vulnerables, como son, entre otros, las minorías religiosas y también los hablantes de lenguas indígenas, quienes son víctimas de distintas formas de discriminación en el país.
Un mundo respetuoso
Es necesario mantenernos en la diversidad, incrementar nuestra sensibilidad hacia la diferencia, sea religiosa, lingüística, étnica, cultural, etcétera, para que tengamos un mundo respetuoso, y esta fecha nos recuerda una apuesta promovida por los organismos internacionales para mantener o, mejor aún, fortalecer tal sensibilidad, subraya.
Debemos construir un mundo multicultural, donde quepan todas las culturas y revertir las ideologías que surgieron, sobre todo en el siglo XIX, que también las hay del siglo XX, que anhelaban una unidad ficticia, atropellando derechos culturales y vidas humanas lo cual no debemos permitir, concluye.