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En el mundo 45 millones de personas con hambre; este año se suman tres millones

Con 45 millones de personas al borde la inanición, cuando eran 42 millones a principios de año y 27 millones en 2019, la agencia de la ONU calcula que el coste de evitar la hambruna en el mundo asciende ahora a 7000 millones de dólares, frente a los 6600 millones estimados a principios de 2021. 

El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas advirtió que sigue creciendo el número de personas que se encuentran al borde de la hambruna, mientras el número de personas que sufren un problema de hambre aguda se ha disparado y ha crecido en alrededor de tres millones de personas desde el inicio de año.

Tras un viaje a Afganistán, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley afirmó que “decenas de millones de personas se asoman a un abismo. Los conflictos, el cambio climático y el COVID-19 están aumentando el número de personas que padecen hambre aguda, y los últimos datos muestran que ahora hay más de 45 millones de personas que están al borde de la inanición”.

Beasley apuntó que la pandemia y los enfrentamientos no son la única fuente de problemas y apuntó a otros factores externos que aumentan la inestabilidad alimentaria.

“Ha subido el coste del combustible, se han disparado los precios de los alimentos, los fertilizantes son más caros, y todo esto alimenta nuevas crisis como la que se vive ahora en Afganistán, así como en las emergencias de larga duración en Yemen y Siria”, añadió.

El Programa Mundial de Alimentos y sus socios humanitarios continúan intensificando sus esfuerzos para ayudar a millones de personas que se enfrentan al hambre. Sin embargo, las necesidades superan ampliamente los recursos disponibles en un momento en el que las fuentes de financiación tradicionales están sobrecargadas.

El coste de evitar la hambruna en el mundo asciende ahora a 7000 millones de dólares, frente a los 6600 millones estimados a principios de año.

El hambre obliga a las familias a comer menos o saltarse comidas

Las complicaciones que sufre el PMA se extienden también a las familias que se ven obligadas a tomar decisiones devastadoras para hacer frente al aumento del hambre.

Un análisis de vulnerabilidad de la agencia de la ONU en 43 países demuestra que

las familias se ven obligadas a comer menos, o a saltarse las comidas por completo, a alimentar a los niños en lugar de a los adultos y, en algunos casos extremos, a comer langostas, hojas silvestres o cactus para sobrevivir, como en Madagascar.

En otras zonas, las familias se ven obligadas a casar a los niños a una edad temprana o a sacarlos de la escuela, a vender sus bienes como el ganado o lo poco que les queda. Un caso extremo es el reportado por los medios de comunicación de Afganistán que señalan que las familias se ven obligadas a vender a sus hijos en un intento desesperado por sobrevivir.

Enviar un contenedor de comida cuesta cuatro veces más que hace un año

La subida de los precios de los alimentos recientemente anunciada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación no solo provoca que los alimentos estén fuera del alcance de millones de las personas más pobres del mundo, sino que también aumenta el costo de la adquisición de la comida en los mercados mundiales.

A esta coyuntura se suman los altos precios del combustible, que aumentan los costos de transporte y suponen una mayor presión sobre las cadenas de suministro mundiales: cuando hace un año el envío de un contenedor costaba 1000 dólares ahora cuesta 4000 o incluso más.

Durante este año, el Programa Mundial de Alimentos se ha embarcado en la mayor operación de su historia dirigida a 139 millones de personas en los 85 países en los que opera.

Fuente: FAO

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