Agronegocios

SCJN determinará si mantiene suspensión al cultivo de maíz transgénico

Esta semana la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinarán el mantenimiento de la suspensión de siembra de maíz genéticamente modificado (GM) ordenada por diez tribunales federales a raíz de la Demanda Colectiva de diversos grupos de la sociedad civil.

De esta manera, los ministros iniciarán la discusión sobre la ratificación de la Medida Precautoria que impide dar permiso de siembras de maíz transgénico muchas veces asociadas al herbicida glifosato.

Lo anterior, según un comunicado de las organizaciones que integran la Demanda Colectiva Maíz, donde expresan que, “la SCJN tienen el compromiso de proteger nuestra planta sagrada y mantener la medida precautoria”, por ser una nación que es centro de origen y de diversidad constante del maíz.

Recuerdan que en septiembre de 2013, un Juez Federal suspendió toda acción tendente a permitir sembrar maíz transgénico en el país. Ante lo cual las trasnacionales presentaron decenas de impugnaciones, argumentando una supuesta finalidad de innovación tecnológica y científica en supuesto beneficio general.

Añaden que ante los argumentos de las empresas promotoras de transgénicos, los Tribunales Federales han sostenido desde marzo de 2016 que las siembras experimentales de OGM de maíz “…podrían ser útiles para recabar elementos de prueba que demuestren los efectos (positivos o negativos)… y esos elementos podrían ponderarse para decidir… si pueden permitirse o no liberaciones de OGM de maíz…”

La agroindustria ha tenido cinco años y medio para solicitar siembras experimentales de maíz transgénico y así aportar elementos a los tribunales federales, para decidir si proceden más siembras en nuestro país, puntualiza el comunicado.

Sin embargo, señala el texto, “Monsanto y otras trasnacionales han evadido por cinco años solicitar permisos de siembras experimentales para evitar que su tecnología sea evaluada en posibles lugares de siembra, y han eludido reportar mensualmente los datos de control y seguridad de su tecnología ante los Tribunales Federales, por tanto, han evitado que las comunidades científicas y campesinas les cuestionen a través de sus personas abogadas y frente a los Tribunales”.

Recalca que “los resultados de las evaluaciones durante la etapa experimental serían la prueba idónea para resolver si son seguros los transgénicos o no”. pero las trasnacionales en lugar de hacer uso experimental de su tecnología, han “preferido mantenerla oculta a la confrontación judicial”.

La Colectividad afirma que los transgénicos no son seguros por generar cáncer, según cientos de miles de demandantes contra el glifosato de Monsanto-Bayer en Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, reitera que las demandadas Monsanto-Bayer, Syngenta, Dow Agrosciences y PHI México (conocida mundialmente como DuPont-Corteva) no han solicitado permisos para siembra experimental, con base en la puerta que les abrió el Poder Judicial en 2016.

La Colectividad demandante asegura que ha logrado demostrar los riesgos que implica la siembra de maíz GM. Ha documentado oficialmente la presencia de maíz genéticamente modificado en el campo sin evaluación previa y sin ningún control. Asimismo, se ha constatado que el principal herbicida asociado a la tecnología es cancerígeno.

 

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