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64% de suelos de México muestran algún nivel de degradación: Sader

En México, 64 por ciento de los suelos muestran algún nivel de degradación y parte de esa condición se asocia al impacto de las actividades agrícolas; mientras que en 28 por ciento de las unidades de producción el principal problema es la pérdida de fertilidad y 20 por ciento de la superficie en los Distritos de Riego tiene problemas de salinidad, procesos que se incrementan debido a los efectos del cambio climático.

Los datos se dieron a conocer en el marco del Día Mundial del Suelo 2022 por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), la cual detalló que el mayor problema que enfrenta el suelo es la degradación física, química, eólica e hídrica, a causa de las actividades agrícolas, deforestación, sobrepastoreo e industria.

El titular de la dependencia, Víctor Villalobos Arámbula, detalló que a través del programa Fertilizantes para el Bienestar, el gobierno de México atiende la falta de fertilidad de los suelos, una de las principales problemáticas que enfrentan los productores del país.

Destacó que el gobierno federal ha puesto en marcha diversos mecanismos para lograr la meta de conservar la salud y calidad de este recurso y, con ello, mantener e incrementar su productividad, como la Estrategia Nacional de Suelo para la Agricultura Sostenible (ENASAS) que impulsa a la fecha 120 acciones, además de los programas prioritarios de la dependencia.

Expuso que la dependencia, sumando a los esfuerzos internacionales de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), atiende la misión de fomentar el manejo sustentable de los suelos agropecuarios y la rehabilitación de aquellos ya degradados.

Resaltó que, con la publicación este año en el Diario Oficial de la Federación (DOF) de la ENASAS, el sector primario del país es pionero en atender el compromiso del cuidado de los suelos de México. Esto representa una respuesta a la imperiosa necesidad de organizar, coordinar y fortalecer la implementación de acciones dirigidas al manejo sostenible de los suelos agropecuarios del país.

Aseguró que dicha estrategia ya está dejando una marca a través de los avances logrados a la fecha y, en particular, el día de hoy con la presentación de las contribuciones a los diferentes ejes estratégicos y acciones puntuales, que incluyen también elementos de investigación y generación de datos para la toma de decisiones.

Villalobos Arámbula invitó a todos los sectores a sumarse a la tarea de cuidar los suelos desde su ámbito de acción, pues a partir de este recurso surge prácticamente la totalidad de los alimentos. Sin agua ni suelo no tendríamos agricultura, y propiamente no tendríamos vida, anotó.

Cuentan México y Chile con red nacional de análisis de suelos

La directora general de Políticas, Prospección y Cambio Climático y punto focal ante la Alianza Mundial por el Suelo, Sol Ortiz, expuso que la restauración de suelos degradados contribuye a mejorar la calidad de vida de los productores, incide en la mejora de otros sectores como forestal y acuícola-pesquero y contribuye a la atención de desafíos como el cambio climático, disponibilidad de agua y pérdida de biodiversidad.

Subrayó que América es la región número dos en el uso de fertilizantes, después de Asia, por lo que es necesario impulsar el manejo integral de estos insumos con base en experiencias efectivas como el uso de biofertilizantes en Brasil, expandir compostaje adecuado a productores de pequeña escala e impulsar investigación y transferencia de tecnología para el uso adecuado de bioestimulantes.

La también presidenta de la Alianza por los Suelos de América Latina y el Caribe señaló que la fertilidad es el mayor reto de los productores, pero solo dos países en Latinoamérica y el Caribe cuentan con una red nacional de análisis de suelos: Chile y México, por lo que se busca fortalecer la red nacional al sumar a más laboratorios para apoyar a los agricultores del país con análisis de suelo y toma de decisiones más informada, por ejemplo, respecto al uso de nutrientes.

El encargado del despacho de los asuntos correspondientes a la Dirección General del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Luis Ángel Rodríguez del Bosque, manifestó que ante los retos en el tema de suelos este organismo contribuye con investigación en temas como biología, degradación, remediación, contaminación y fertilización, a través de 146 investigadores en líneas de conservación y mejoramiento de las propiedades del suelo y tratamiento, producción, uso y dosis de aplicación de fuentes de fertilización orgánicos, entre otros.

En capacitación en bioinsumos para la nutrición vegetal y conservación de la fertilidad del suelo, dijo, se ha cubierto 80 por ciento del compromiso con mil 100 técnicos capacitados y se han generado  240 mil dosis de micorrizas, 250 mil litros de bioles y lixiviados y 80 mil kilogramos de bokashi, abundó.

La directora en Jefe del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), Patricia Ornelas Ruiz, refirió que

95 % de los alimentos vienen del suelo, pero este recurso se sigue degradando por diferentes causas.

Puntualizó que la frontera agrícola asciende a 24.6 millones de hectáreas, sin embargo, el crecimiento acelerado de la población ocasiona que la frontera urbana gane terreno ante la agrícola, lo que genera la reducción en la productividad en zonas con potencial para diversos cultivos.

En su oportunidad, el encargado del Subsistema Nacional del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Mauricio Márquez Corona, indicó que el abasto de alimentos es presionado por el crecimiento demográfico y la degradación del suelo. Para 2024, agregó, la población de México sumará 140 millones de personas, por lo que el desarrollo agrícola deberá atender, de forma sostenible y sustentable, la demanda de alimentos de una población en crecimiento.

Soluciones para cada sistema productivo

En videomensaje, el director general del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), Bram Govaerts, comentó que debido a la gran diversidad de sistemas que hay en el país, no existe una solución única para mejorar los suelos, por lo que es necesario identificar soluciones adecuadas para cada tipo de sistema de producción.

Expresó la importancia de la capacitación y de que otros agricultores repliquen o implementen prácticas sustentables en sus parcelas y se extraiga la información para que estos ensayos de campo sean conectados con módulos y áreas de extensión donde los productores participan, codiseñan y evalúan resultados.

En conferencia magistral, el investigador del Colegio de Postgraduados (Colpos), Jorge Etchevers Barra, refirió que aspectos como la erosión, pérdida de carbono, contaminación, manejo inadecuado, acidificación, salinización y poca valorización de la población, ocasionan que el suelo fértil del planeta disminuya a un ritmo acelerado, lo que compromete la capacidad de producir alimentos.

La rotación de cultivos, abonos verdes, labranza mínima o cero, cultivos en franja, zanjas de infiltración, eficiencia de insumos (riego, fertilizantes y pesticidas), entre otras medidas, coadyuvan en el mejoramiento de la producción de alimentos sanos, nutritivos, sustentables, resilientes, competitivos y socialmente responsables, y todas ellas se encuentran integradas en la Estrategia de Acompañamiento Técnico a productores del programa de Producción para el Bienestar y en la ENASAS, resaltó.

El encargado del Despacho de la Coordinación General de Agricultura, Santiago Argüello Campos, informó que a través del Programa Nacional de Capacitación en Nutrición Vegetal y Conservación de la Fertilidad del Suelo se trabaja en la sostenibilidad de este recurso.

Detalló que se han concluido capacitaciones en 20 estados, ocho están en proceso y cinco más pendientes, además de que existen mil 100 capacitadores que replicarán este programa en beneficio de todas las cadenas productivas del país. La Sader ha impartido más de 244 cursos relacionados con las necesidades nutrimentales de las plantas y el suelo, procesos biogeoquímicos y en temas de interacciones de microorganismos, entre otros.

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