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“Alimenta” tejocote mercado de exportación y genera ingreso a productores poblanos

ERNESTO PEREA, enviado

Calpan, Puebla.- En las faldas de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, donde se ubican municipios que tradicionalmente expulsan mano de obra hacia Estados Unidos, pequeños ejidatarios producen tejocote que envían a sus paisanos que demandan este fruto para la temporada navideña, alimentando así el “mercado de la nostalgia”.

Los productores cuidan sus huertas meticulosamente para cumplir con las normas de inocuidad y sanidad que les imponen las autoridades estadounidenses, que exigen que la fruta no rebase los residuos de plaguicidas permitidos por sus normas.

La creciente demanda de tejocote en los Estados Unidos ha generado más interés por este cultivo en municipios poblanos, y dado este boom hay entidades como Michoacán o Jalisco que ya empezaron a plantar Hay demanda en Texas, Nueva York, Los Ángeles o Chicago, estados receptores de migrantes, donde tradicionalmente los latinos consumen tejocotes, aunque también el gusto, en menor medida, permea en personas de otras nacionalidades.

Puebla es el primer productor nacional de tejocote, el año pasado cosechó en 29 municipios 824.65 hectáreas (has) con una producción de 5,107 toneladas (t) y un valor de más de 21 millones de pesos. En superficie sembrada sobresalen Calpan (136.2 has), Huejotzingo (116 has), Chiautzingo (112 has), Tlahuapan (65.5 has), Domingo Arenas (62.5 has), San Salvador el Verde (60.9 has), Tochimilco (45 has.) y San Felipe Teotlalcingo (43 has), de acuerdo con datos de la la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).

El tejocote es un árbol frutal perenne que se cosecha a partir del mes de octubre hasta mediados de enero, y se comercializa en el mercado local, regional, nacional y en el exterior.

Foto: Ernesto Perea

En San Lucas Atzala, en su huerto familiar, donde trabaja desde hace 15 años, Concepción Mateo Morales, explica los cuidados que tiene con los árboles de tejocote, cuyo frutos se exportan, a través de una comercializadora, en un 80% hacia los Estados Unidos 80%, mientras que el otro 20% se envía al mercado nacional.

En las zonas productoras de Puebla muchas personas se dedican al cultivo de este fruto y hay quienes lo intercalan con producción de ciruela, durazno y pera. San Lucas, donde cultiva Concepción Mateo, es una población de apenas mil habitantes, donde se cultivan unas 2,000 hectáreas de tejocote.

Entre los árboles que asegura cuida “como si fueran un niño”, Concepción Mateo Morales, detalla que éstos son longevos y si bien comienzan a dar frutos al primer año, lo hacen de manera significativa a los seis o siete años. La ventaja es que hay árboles en el huerto. herencia de sus ancestros, que tienen 80 años, otros de 40 o 15 años, los cuales ayudan a mantener la producción mientras crecen los árboles más jóvenes

En la pequeña huerta de apenas un cuarto de hectárea, la ejidataria mantiene 200 árboles y si de cada árbol cosechan dos cajas, en total obtiene 400 cajas. Ella cuida su cultivo desde la siembra hasta la cosecha, por lo que prepara composta, fertiliza, poda, fumiga y corta. “Es un trabajo muy laborioso”, subraya Concepción, quien con su familia también cultiva nopal y tuna.

La agricultura platica que en la zona quienes tienen árboles de tejocote son pequeños ejidatario, quienes poseen apenas media o una hectárea. Subraya que ha aumentado la superficie de esta plantación en la zona, aunque ahora la planta es muy cara, unos 25 pesos, y el injerto en 50 pesos y, además, no hay,

porque el hecho de que se pueda exportar abre las puertas para más productores y hay más gente que se va uniendo”.

Para poder exportar, los productores se han organizado en la Sociedad de Producción Xopallican, integrada por 20 personas.

Este año, al inició de esta temporada el precio de tejocote en huerta es de 15 a 20 pesos. La fruta que no alcanza cierta calidad se envía a la agroindustria de jugos.

Sobre los retos que enfrentan actualmente, Concepción asegura que los  costos de insumos se ha incrementado en 30%, por lo menos en comparación de hace un año. Aun así pueden amortiguar esta alza con la venta de su producto.

La ejidataria comenta que ante la actual crisis, “hubo una desbandada de jóvenes, muchos se fueron a Estados Unidos; se reciente porque ya no hay suficiente mano de obra, en general; pero hay que solucionarlo, nosotros tenemos que salir de esta crisis”, afirma sin perder el entusiasmo.

Cuidados para la exportación

Los productores de esta región hacen estudios de plaguicidas, ya que Estados Unidos regula mucho que no tenga residuos de éstas sustancias y aseguran que llevan cuatro años que no los registra ningún problema con esto. Concepción Mateo considera que la cantidad de plaguicidas es algo de cultura, “de que aprendas a usarlos para que no se excedan”. En su huerta también controla algunas plagas, como la mosca de la fruta, con trampas, productos orgánicos, deshierbe o quitando los nidos de los pájaros.

Al respecto, Jacinto Salvador Lira, profesor investigador del Tecnológico Superior de San Martín Texmelucan, quien también es productor desde 2007, indica que su parcela esta certificada en inocuidad agrícola. Destaca que parte de su trabajo es monitorear más de 400 ingredientes activos de plaguicidas y ver si cumplen con los mínimos requeridos para exportar hacia los Estados Unidos. El tejocote utiliza diez de estas sustancias, entre ellas el paratión metílico –insecticida organofosforado.

Con seguridad afirma que los agroquímicos que utilizan, “no son altamente peligrosos, se ocupan porque son menos residuales”, aunque reconoce que algunos productores aplican algunos productos que no se degradan fácilmente, como cipermetrinas, que son altamente residuales y “al final de la cosecha pueden aparecer y nos lo vamos a estar comiendo”.

Detalla que cuando empezó la investigación encontraron residuos de plaguicidas, pero en análisis de cinco años a la fecha en huertas con muestreos aleatorios no los han hallado. “El trabajo es saber usar los plaguicidas, porque a veces usan en cantidades no recomendados. Son buenos siempre y cuando se usen las dosis, los tiempos y los intervalos de seguridad que marcan”.

Comenta que Estados Unidos ha endurecido sus requisitos para exportar con la Ley FSMA –Ley de Modernización de la Inocuidad de los Alimentos, por sus siglas en inglés, de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA)–, por lo que estamos preparando a los productores de tejocote para cuando entre en vigor para esta fruta cumplan sin problema.

Del empaque hacia EU

Los productores de tejocote envían su fruto a la comercializadora Villanueva Produce, ubicada en Acatzingo Villanueva, que fue la empacadora con mayor volumen de exportación en 2021, al aportar 30.9% (353.98 toneladas), seguida de Agroexportadores de Puebla de Tlahuapan, con 21.9% (251.43 ton) y Fulvia Nataren Aguilar, con el 17.4% (199.23 t), según datos oficiales.

Desde hace seis años, Villanueva Produce trabaja con los agricultores de la Sociedad de Producción Xopallican. El primer año empezaron con 50 o 60 toneladas y hoy entre todos los empaques maneja unas mil toneladas por año, platica Luis Juárez, director genera de dicha empacadora, que además comercializa tuna y nopal.

El tejocote es un produto de la nostalgia, es para los paisanos, quienes lo usan para ponches y se envía vía terrestre en fresco desde Puebla hasta Texas, Nueva York y Chicago, “en 24 horas estan del otro lado”, asegura.

Luis Juárez puntualiza que parte del programa para exportar es pasar por verificaciones y tener certificados de exportación. En el caso de los productores de tejocote no han tenido problemas porque cumplen con todo, tienen sus huertos y empaques certificados. En su empacadora realizan una serie de procesos para asegurar que la fruta cumple con las medidas de sanidad e inocuidad que marca el mercado de exportación.

En los Estados Unidos la demanda es de restaurantes, mercados o personas en lo individual. Un kilo de tejocote en México se vende de 30 a 35 pesos, en territorio estadounidense el consumidor final paga de dos o tres dólares por libra, es decir por 0.453 kg.

Cultivo tradicional multiusos

Foto: Ernesto Perea

Los productores poblanos recuerdan que el tejocote es nativo de México y tiene raíces prehispánicas. Es un fruto que se consume en ponche, en fresco, en ate, mermelada o conserva, pero que también es fuente de pectina, tiene uso medicinal o como alimento de varias especies animales.  “Es expectorante, no tiene muchas calorías, te quita el hambre y no engordas”, remacha Concepción Mateo.

El año pasado en México se cosecharon 862 hectáreas (ha) de tejocote con una producción de 5,251.64 toneladas y un valor de más de 22 millones de pesos, de acuerdo con información de Sader.

Puebla ocupó el primer lugar con una superficie sembrada de 835.65 ha seguido de Chiapas (22.5 ha.), Ciudad de México (9.47 ha), Zacatecas (6 ha.), Jalisco (4 ha) y Estado de México (7 ha).

En la temporada 2021, como resultados del Programa de Exportación de Tejocote a Estados Unidos, en Puebla se registraron 276 huertos con un total de 319.9 has de ocho municipios del estado, donde destaca Huejotzingo (91 huertos con un total de 116.80 has), Calpan (73 huertos con un total de 83.70 has), Tlahuapan (67 huertos con un total de 67.90 hass),  San Salvador el Verde (20 huertos con un total de 22.00 has), Chiautzingo (20 huertos con un total de 19 has.

Foto: Ernesto Perea

El año pasado se enviaron al exterior 1,146 toneladas del fruto, donde Huejotzingo aportó 540.9 t, seguido de Calpan (331.9 t), Tlahuapan (124.38 t), San Salvador el Verde (90.90 ton), (Chiautzingo (35.88 ton) y San Felipe Teotlalcingo (22.78 ton), principalmente.

Durante un recorrido por su parcela, Concepción Mateo asegura que enseña a sus hijos pequeños “a querer el cultivo, porque es nuestra herencia y quiero que lo aprecien”. También manifiesta que la actividad se ha mantenido en el tiempo, aunque “muchos jóvenes se han ido, creo que es un problema nacional porque no solo es aquí, es de otras parte de la República; pero los que estamos enamorados del campo, los que creemos que de aquí se puede vivir bien y con cierta calidad seguimos dándole”.

 

 

 

 

 

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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