Agronegocios

Demuestran citricultores que es posible sustituir glifosato con prácticas agroecológicas

El uso de herbicidas es común en el manejo de arvenses o malezas; empero ya existen experiencias de citricultores desarrolladas en huertas orgánicas y agroecológicas en las cuales se ha sustituido, con éxito, la aplicación de este químico por prácticas agroecológicas.

Aplicar agroquímicos, herbicidas o plaguicidas es una práctica que se ha extendido por los campos agrícolas de México, casi como una “plaga” y abarca diversos cultivos, entre ellos el maíz donde la aplicación del glifosato representa 35% del total que se cultiva, seguido de la producción citrícola con alredeedor del 14%, según porcentajes del CONACYT-PRONAII.

En maíz –un cultivo emblemático para esta nación– dejar de usar glifosato no ha sido imposible, como lo demuestra la experiencia de los agricultores de Sinaloa. En el caso de naranja desde hace dos décadas se gestó en Veracruz una experiencia, basada en ciencia y prácticas agroecológicas, que demuestra que es posible una citricultura sin agroquímicos, incluido el glifosato.

Muchos productores están acostumbrados a la aplicación de líquidos, glifosato, glifos o herbicidas y creen que es la única forma de quitar las arvenses o malas hierbas, pero no es así como lo demuestran las experiencias documentadas en el manual Sustitución del Glifosato en el Cultivo de Naranja Valencia Tardía, publicado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias para el Desarrollo Rural Integral (CIIDRI), de la Universidad Autónoma Chapingo.

El documento describe como en el Norte del estado de Veracruz, desde hace dos décadas,  inició un trabajo de desarrollo tecnológico, investigación y difusión de las prácticas agroecológicas en el cultivo de naranja, cuyos resultados demuestran lo que la agroindustria o los promotores de la agricultura industrial consideran impensable: los productores sí pueden trabajar sin líquidos o herbicidas, incluído el glifosato.

En México, puntualiza el manual, existen aproximadamente 200 mil productores que son orgánicos, es decir, no usan glifosato ni ningún tipo de agrotóxico, tienen buena producción –pueden alcanzar 40 toneladas por hectárea y sobreprecio de hasta 100%– y al darle ese valor agregado mejoran sus ingresos. Sólo en territorio veracruzano hay 4 mil hectáreas de naranja y 600 productores que no utilizan herbicidas o agroquímicos, en general.

El manual “tiene como objetivo dar a conocer las prácticas en el manejo de arvenses que han sido utilizadas con éxito por citricultores en huertas orgánicas y agroecológicas del norte de Veracruz en las que se ha eliminado por completo el uso de herbicidas, y con esta experiencia, puedan replicarse dichas prácticas en la producción de naranja que utiliza líquido, herbicida o glifosato (algunos nombres de productos comerciales son Glifos, Lafam, Faena, etc.)”.

Veracruz –detalla el documento– es el principal estado productor de naranja al aportar 51% al total nacional. La zona norte de esta entidad comprende 13 municipios productores de cítricos: Álamo Temapache, Papantla, Tihuatlán, Castillo de Teayo, Chicontepec, Martínez de la Torre, Gutiérrez Zamora, Tecolutla, Tuxpan, San Rafael, Misantla, Ixhuatlán de Madero, y Cazones de Herrera; que representan 82% de la superficie dedicada a la producción de naranja del estado.

Para iniciados y no tanto…

El manual, escrito de manera didáctica, “permitirá al productor iniciarse en la agricultura agroecológica y orgánica, conocer las prácticas para mejorar el manejo que ya se tiene, incorporar otras que permitan un mejor manejo libre de sustancias peligrosas como el glifosato. El manejo de las hierbas, malezas o arvenses es muy diverso, las prácticas que se seleccionen dependerán de las características de cada huerta, la situación socio económica del productor y de su grado de conciencia sobre la importancia de producir de forma sana y segura para la tierra, el medio ambiente y la salud de él, de la familia, consumidores y todos sus semejantes”.

Entre las prácticas agroecológicas que detalla y describe el documento están los planes de manejo más comunes, como 1) Cruce de calles. Uso de tractor y desbrozadora o machete. 2) Limpieza de la hilera de naranjos y una calle. Uso de tractor, rastra o chapeadora en la calle entre naranjos y desbrozadora o machete al hilo de naranjos. 3) Cobertura de leguminosas. Uso de leguminosas y desbrozadora o machete. 4) Limpieza total. Uso de desbrozadora o machete.

Aprovechar lo nativo

Dentro de la agricultura industrial, las hierbas o arvenses nativas son consideradas como malezas o “malas hierbas”, pero en la realidad poseen características biológicas y ecológicas que aportan beneficios al agroecosistema.

“Muchas de las plantas nativas aportan refugio y alimento alternativo a insectos benéficos, tanto depredadores como parasitoides de plagas agrícolas, permiten diversificar el agroecosistema y favorecer el equilibrio ecológico”, refiere el manual.

Recomienda a los productores utilizar diferentes prácticas para el manejo de arvenses, tomar en cuenta aspectos como la época del año. Por ejemplo, si es temporada de sequía éstos no se deben retirar ya que ayudan a retener la humedad del suelo; en temporada de brotación del naranjo se dejan las arvenses ya que sirven de refugio de enemigos naturales los cuales ayudan al control de plagas.

También hace énfasis en la importancia de que los insectos se refugien en las hierbas o arvenses, como catarinas que son depredadores del pulgón café el cual transmite el virus de la tristeza de los cítricos (VTC);

las arvenses favorecen la presencia de controladores biológicos de la Diaphorina citri vector del HLB, como es el caso del parasitoide Tamarixia radiata.

Estas son sólo algunas de las recomendaciones que hace el manual Sustitución del Glifosato en el Cultivo de Naranja Valencia Tardía, que busca contribuir a la presentación de alternativas al glifosato y que se cumpla con el decreto presidencial del 31 de diciembre de 2020 que entre otras cuestiones plantea “[…establecer las acciones para sustituir gradualmente el uso, adquisición, distribución, promoción e importación de la sustancia química denominada Glifosato por alternativas sostenibles y culturalmente adecuadas, que permitan mantener la producción y resulten seguras para la salud humana, la diversidad biocultural del país y el ambiente]” (DOF, 2020).

 

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