Espirulina puede mejorar dieta de comunidades con pobreza en el país
Por sus propiedades alimenticias, la espirulina –que está compuesta por microorganismos formados en cuerpos de agua y contiene vitaminas, minerales, hierro y proteínas– tendría que ser incluida en la dieta de los mexicanos, afirmó la doctora Mónica Cristina Rodríguez Palacio, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Al participar en el ciclo de conversatorios Tan claro como el agua, Las mujeres del agua, explicó que esta alga crecía en el Lago de Texcoco en forma natural por las características del agua y los pueblos originarios que habitaban las riberas la cosechaban y consumían, y según se narra en el Códice Florentino, los españoles la llamaban excremento de piedra.
Sin embargo, con el tiempo su consumo se perdió y si bien entre los años setenta y ochenta del siglo pasado una empresa –Sosa Texcoco– la cosechaba y comercializaba, en la actualidad ya no existe esa posibilidad puesto que los cuerpos de agua están contaminados con metales pesados y otros agentes nocivos, reconoció en su conferencia Agua, algas y alimentación.
Frente a ese escenario, en el Laboratorio de Ficología Aplicada de la Unidad Iztapalapa cultivan y estudian esa especie de alga. En ese proceso “buscamos una aplicación de este recurso para obtener beneficios para el ser humano a fin de mejorar la calidad de la dieta de sectores de población de comunidades que padecen pobreza”.
Los investigadores han estudiado las características nutricionales del organismo mediante medios de cultivo para encontrar la mayor biomasa y “hemos trabajado con la cepa mexicana logrando un 70 por ciento de proteína”.
En la zona andina de América Latina se está trabajando con las comunidades para incorporarlas a la dieta humana, mientras que en México se han realizado pruebas de las condiciones ambientales para que creciera de manera accesible y económica.
El objetivo de la investigación de la doctora Rodríguez Palacio busca que las comunidades tengan una fuente de proteína para asegurar su alimentación y hasta ahora han trabajado con poblados de Puebla, a quienes les fue donado un paquete tecnológico para producir el alga.
En el laboratorio lograron obtener un modelo tecnológico que posibilitó dotar a las colectividades de esa opción, a la par se motivó a las familias para incorporarlas a los alimentos e incrementar su contenido de proteína.
La espirulina, “también agrega a la dieta otros elementos como hierro y componentes nutricionales que hacen viable contemplarla como una alternativa adecuada ante la falta de otros suministros en las regiones pobres” resaltó la investigadora del departamento de Hidrobiología.
El proyecto también fue llevado a comunidades de Oaxaca, donde se contó con un equipo de trabajo compuesto por sociólogos y nutriólogos de la UAM con la finalidad de socializar su uso entre las familias.
Con la espirulina también pueden prepararse mermeladas y otros productos, que en una primera etapa la gente ocupa para su autoconsumo, pero también abre la posibilidad de sacarlas al mercado para obtener recursos y mejorar la economía familiar.
“Otras posibilidades son agregarlas al maíz para hacer tortillas o incorporarlas a los dulces de amaranto. En las ferias de las ciencias celebradas en la UAM hemos hecho agua de naranja, se ha elaborado pan verde en una comunidad oaxaqueña y también pasta a partir de la harina de trigo y además es posible combinarlas con espinacas”.
También sería viable crear una empresa para producir consumibles a base de algas espirulinas y con el apoyo de la ingeniería de alimentos desarrollar un proyecto universitario.
Otras algas pueden ser utilizadas para fertilizar los suelos, ya que “hemos realizado investigaciones para usarlas como abono en cosechas de maíz con resultados exitosos, además de que es mejor usar biofertilizantes para huertos familiares que benefician la naturaleza al no usar insecticidas, aunque para esos fines se emplea otro tipo de planta acuática para desarrollar cianobacterias”.
En la actualidad “estamos trabajando en un paquete de biofertilizantes para la comunidad afromexicana en comunidades de Veracruz y de la zona de la mixteca oaxaqueña e instalamos un huerto en una escuela primaria de la Alcaldía Iztapalapa”, finalizó.