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Canadá se suma a EU en consultas por restricciones de México a maíz transgénico

Agricultores canadienses llaman a su gobierno a no involucrarse

Luego de que el gobierno de Canadá anunciará que se suma al mecanismo de consultas solicitado por Estados Unidos al gobierno mexicano –contemplado en el T-MEC– sobre las restricciones al comercio de maíz transgénico, agricultores canadienses instaron a su gobierno a no involucrarse en esta disputa y “respetar la decisión de México de prohibir las importaciones de maíz transgénico”.

Las ministras canadienses Marie-Claude Bibeau, de Agricultura, y Mary Ng, de Comercio Internacional, Promoción de las Exportaciones, Pequeñas Empresas y Desarrollo Económico, respectivamente, dieron a conocer en un comunicado que: “Canadá comparte la preocupación de Estados Unidos de que las medidas de México no están respaldadas científicamente y pueden perturbar innecesariamente el comercio en el mercado norteamericano”.

Por ello, explicaron que Canadá participará como tercera parte interesada en el proceso de consultas para la solución de diferencias  y “seguirá trabajando con México y Estados Unidos para lograr un resultado que preserve la previsibilidad comercial y el acceso al mercado para nuestros agricultores y exportadores”.

La Unión Nacional de Agricultores (NFU, por sus siglas en inglés) envío una carta, a Mary Ng donde señala que en Canadá debe conocer el “alcance real” del decreto, dado que en una revisión “encontramos que no ha habido exportaciones de maíz (transgénico o no) a México durante muchos años”. Además, las medidas anunciadas por el gobierno mexicano, se centran estrictamente en el maíz, por lo que otros productos que Canadá pueda exportar a esa nación “no se ven afectados”.

A la luz de estos hechos, le instamos a tomar la decisión correcta, que es abstenerse de unirse a la disputa comercial de Estados Unidos contra México, y respetar el derecho mexicano a prohibir las importaciones de maíz transgénico para consumo humano”.

En la misiva signada por Jenn Pfenning, presidenta de la NFU, indica que el decreto que México emitió el 13 de febrero de 2023, “aporta claridad en sus objetivos y certeza regulatoria basada en evidencia técnica y científica”, dado que “limita estrictamente al maíz. La canola, la soya, el algodón y el resto de las materias primas no están sujetas a este reglamento” y “el decreto prohíbe el uso de maíz genéticamente modificado para masa y tortillas”.

La carta puntualiza que los anterior, “no afecta al comercio ni a las importaciones, entre otras razones, porque México es más que autosuficiente en la producción de maíz blanco libre de transgénicos. Se trata de consolidar dicha soberanía y seguridad alimentaria en un insumo central en la cultura de los mexicanos”.

Recuerda que en cuanto al uso de maíz transgénico para forraje e industria, en el decreto se elimina el plazo para prohibir su uso y queda sujeto a la existencia de un abasto suficiente y plantea crear grupos de trabajo con el sector privado nacional e internacional para lograr una transición ordenada.

El gobierno de México también establece explícitamente que la Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) realizará investigaciones científicas sobre los posibles impactos del maíz transgénico en la salud de las personas.Dichos estudios se llevarán a cabo con organismos de salud de otros países.

Refiere que las medidas establecidas por México relativas a las importaciones de maíz transgénico para consumo humano son “para defender su soberanía alimentaria, incluidos los sistemas agrícolas tradicionales indígenas conocidos como milpa”.

La NFU expone en su carta que Canadá firmó el Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica en 1992, donde se compromete a establecer o mantener medios para regular, gestionar o controlar los riesgos asociados a la utilización y liberación de organismos vivos modificados mediante biotecnología que puedan tener impactos medioambientales adversos, afectar a la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica, considerando los riesgos para la salud humana. Además, el 21 de junio de 2021 entró en vigor la ley canadiense por la que se aplica la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Por ello, los agricultores canadienses consideran que sería  inconsistente que Canadá se involucrara en una disputa comercial para contrarrestar el derecho mexicano a proteger el patrimonio alimentario y agrícola de sus pueblos indígenas y como centro de origen del maíz.

“Es fundamental que México haga todo lo posible para evitar la pérdida o degradación de este patrimonio genético y cultural”, apuntan.

 

 

 

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